Año de publicación: 2020
Traducción: José M. López
Valoración: entretenido
Llegué a Sarah Andersen a través de sus tiras Sarah’s Scribbles en redes sociales, unos dibujines desaliñados con una protagonista también desaliñada pero entrañable, divertida, imaginativa y, sobretodo, amantísima de la lectura y de los libros.
Colmillos, sin embargo, hace gala de una ilustración mucho más cuidada, fina, minimal, un poco al estilo japonés incluso en la estética de los protagonistas; la historia, una sucesión de pequeños episodios que ilustran con humor y simpatía las dinámicas de una (muy insólita) pareja que está empezando a convivir y a conocerse.
Resumen resumido: una joven vampira de trescientos años (Elsie) y un hombre lobo (Jimmy) se conocen una noche en un bar y se sienten atraídos al instante. A partir de ahí viviremos con ellos su singular relación en la que todo aquello que los hace tan dispares y que, en principio, debería distanciarlos es precisamente lo que los une.
Al final son un conjunto de historietas cargadas de humor y originalidad, que sacan el máximo partido a la condición particular de cada uno de sus protagonistas.
Lo mejor de todo, lo bien que la autora retrata a Elsie y a Jimmy que, más allá de su naturaleza sobrenatural, cuentan con personalidades propias y unos bagajes vitales que les condicionan sin remedio: Jimmy vive de algún modo sometido a los ciclos lunares y se pone nervioso cuando ve venir al cartero, Elsie marchita todas las flores a su paso cuando está triste y no puede hacerse un selfie ni tener redes sociales porque, sencillamente, la cámara es incapaz de captarla.
Es Elsie la que tiene un mayor protagonismo en las historietas al ser la más carismática de ambos. Al fin y al cabo tiene trescientos años y ya está de vuelta de todo. Es sofisticada, irónica, escéptica, elegante, atractiva y excéntrica, con un punto de mínima amargura en el reconocimiento de las limitaciones que le supone su condición de vampira, en contraste con una tremenda frescura para expresar sus impulsos más primarios cuando está con Jimmy que, al fin y al cabo, es la única persona del mundo que no va a juzgarla.
No será un librazo que pase a la historia de la novela gráfica pero tiene una edición impecable y está hecho con mucho ingenio y buen gusto; y resulta más que Entretenido. Vale la pena zambullirse en su curiosa amalgama de ironía, humor un poco negro y cero ñoñeces que logra proyectar un buen puñado de escenas de dinámicas amorosas y (sí) románticas en el marco de una relación sana y con más futuro del que se podía imaginar.
Sin mayores pretensiones que hacernos pasar un buen rato y obligarnos a reflexionar sobre qué tipo de relaciones de pareja mantenemos hoy en día y en qué se sustentan. ¿O acaso no estamos un poco encallados en la idea de valorar en el otro únicamente lo que nos recuerda a nosotros mismos?
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