Año de publicación: 2021
Valoración: imprescindible
Me tomo las licencias propias del mundo anárquico y descontrolado de la blogosfera para empezar mi reseña con una aseveración que quizás debería haber ido al final, en plan colofón. Pero es que no debería permitir que algún párrafo extendido en exceso distrajera o evitara al lector en lo de llegar a la conclusión:
** Si esto lo publicara Tusquets, Siruela, o Anagrama y le prestara su consabido despliegue promocional, hablaríamos de fenómeno editorial y cosas de esas. No creo que la cuestión con el autor sea ego o ambición, pero no habrá muchos libros mejores que este en 2021, de hecho hasta hoy es lo mejor que yo he leído. Y desde este inmodesto rincón de este modesto blog, solamente aspiro a que se le haga justicia.
Afirmado esto, justificar mi contundencia dista mucho de ser una corriente a remontar. Eduardo Jordá, cronista, autor de relatos, comentarista literario de mucho fiar, traductor, etc. escribe una biografía en primera persona, la de Anna Ajmátova, poetisa rusa fallecida en 1966 sin haberse dejado vencer por la tentación del exilio, a pesar de todas las vejaciones que sufrió, en particular y de forma muy cruel durante el mandato de Josef Stalin. La escribe con seguridad, firmeza, dignidad, un rencor más que directo e intenso, atomizado a lo largo de toda su existencia. Claro que puede haber especulado con alguna sensación, con algún detalle, pero más que licencia creativa, que tendría todo el derecho, lo habría hecho al servicio de uno de los esqueletos de este texto, que es el de la dura narración de la vida de quien es marcado como disidente desde el primer momento, ex personas llegan a denominarlos por haber convivido o haberse relacionado, en los años pre-revolucionarios, con cierta élite intelectual o incluso económica en el San Petersburgo de los primeros lustros del siglo XX. Jordá se ha documentado, seguro, la bibliografía es extensa, veremos desfilar los hombres de la vida de Ajmátova, marcada por la marginación y la miseria a la que solo puede oponer su poesía. Ejecuciones, depuración, campos de trabajo, exclusión por su escepticismo ante el régimen, por hacer alarde de coherencia rechazando prebendas a cambio de falsas adulaciones.
Entonces el segundo valor de Anna Ajmátova consiste en su condición de crónica de la época: una revolución y dos guerras mundiales. Personajes con los que Ajmátova se relaciona. Modigliani, Pasternak. Y es una crónica subjetiva, claro. La de una persona oprimida por el totalitarismo que anula a la obra y por tanto anula a su autora. Y Jordá/Ajmátova no quiere ser libre para conspirar ni para organizar acciones contrarrevolucionarias. Quiere expresarse a través de su obra y cómo no va a dejar que su opresión encuentre resquicios para mostrarse. El arte ante el poder, el arte contra el poder tanto más necesario el uno cuanto más opresivo el otro. Un tránsito vital fascinante que encima encuentra un caudal narrativo idóneo en la prosa de Jordá.
Añadamos que todo este recorrido es escenario ideal para intercalar fragmentos de sus poemarios, de los cuales contamos con no pocas muestras de las diversas traducciones al español, todas ellas acreditadas debidamente al final de este extraordinario texto del que, por si alguien se ha descontado, vamos ya por tres planos diferentes (el narrativo, el histórico, el poético) en los que este libro destaca de forma muy significativa. Muchos autores andan hoy en día perdidos sin acabar de manejarse bien en uno de ellos y Jordá se muestra brillante en los tres. De ahí el "imprescindible". Y aquí iría el segundo parrafito de marras **, que me ahorro repetir. Lo publica una editorial pequeñísima, así que a correr a la tienda y a exigírselo al librero.
Estoy totalmente de acuerdo con Francesc. Lo vi el jueves en el escaparate, pregunté el precio, 10,60 me dice la librera, lo compro a ciegas, total... y me he encontrado con posiblemente la mejor lectura de lo que llevo de año (y posiblemente de aquí a 31 de diciembre). Una "autobiografía-ensayo" estupenda, amena, muy bien escrita, delicada y con citas poéticas, puntuales y tan medidas como acertadas.
ResponderEliminarPosiblemente, en manos de una de las editoriales potentes con un poco de promoción, estaríamos hablando de uno de los libros del año.
Además, es una magnífica puerta para entrar y conocer el mundo Ajmatova, que siempre me había dado un poco de pereza...e inevitablemente el de Tsvestaieva. Claro, desde ayer lunes ya tengo Canto y ceniza...imperdonable no haberlo degustado antes y para cerrar el círculo, me lié la manta a la cabeza y me hice con otro estupendo librito recién publicado que cuenta también maravillosamente (llevo 30 páginas gozando) la relación amorosa y mucho más de Ajmatova y de Modigliani en el París de hace ya más de un siglo. "Un amor al alba" tiene por título.
Animo a leer el libro de hoy con tanto o más entusiasmo que Francesc. No hace falta en absoluto ser un poetaherido, no os dé pereza!!
Apunto el libro para comprarmelo. Gracias Francesc
ResponderEliminarMayor Thompson
Llevada por esta reseña, compré el librito hace unos meses, y ahora, habiendo terminado otro que tenía más de 600 páginas - y cuya reseña no encuentro aquí, una pena, me hubiera gustado saber qué opinan los ULAD de Papillon - pensé que sería un buen momento para coger este.
ResponderEliminarEl libro está bien, se lee muy rápido y con ganas, con una sensación extraña de estar leyendo una autobiografía escrita desde el más allá. Está bien, pero no es imprescindible, me parece a mí. Cumple la útil labor de acercarnos a la poetisa de los soviets, que no es poco. Pero como obra literaria en sí misma, me parece correcta, no más. Tiene puntos revisionistas que no me gustaron, y también una tendencia como hagiográfica que tampoco. Pero está bien, es un libro corto, de fácil lectura, se aprenden detalles interesantes, tal. Está bien.
Pero imprescindible, Ajmátova.