Valoración: Curioso y recomendable
Pues es este un libro muy breve, de apenas 80 páginas, que contiene 23 "microhistorias" y 21 ilustraciones que tienen como nexo común la loca historia de la Sociedad Ectográfica Argentina. Estructurados a su vez en cuatro partes - apariciones, teoría ectográfica (y alguna que otra anomalía), breve historia de la ectofotografía e "intrahistoria" de la Sociedad - los textos se sirven de diferentes materiales y de diferentes géneros para construir un volumen a medio camino entre el absurdo y el delirio.
En la primera parte de "Informe sobre ectoplasma animal" se nos presentan en forma de microrrelatos una serie de apariciones (un mono albino en Montevideo 1940, un pato en un mingitorio de una confitería bonaerense en 1952, todo un océano que cubría la Pampa...) que sitúan los textos entre el terror, la ciencia-ficción y el humor surrealista.
En la segunda parte, cuatro breves textos sirven para presentar aspectos de la teoría ectográfica ya insinuados en los microrrelatos anteriores. Esta parte emparenta con la posterior historia de la ectofotografia y de la Sociedad Ectográfica Argentina, en la que Larraquy detalla principios y definiciones, técnicas y descubrimientos obtenidos de fragmentos del diario del fundador de la Sociedad, un tal Severo Solpe.
Cierra el libro la que quizá sea la parte más interesante del mismo, esa en la que se mezclan la búsqueda de financiación, la búsqueda del reconocimiento de la ectografía como ciencia y su uso para fines político-militares con el contexto político del momento (el Golpe de Estado de Uriburu, etc). Para esto, el autor abandona el campo del microrrelato al uso y se sirve de las cartas que el ya citado Solpe envía a un senador de la República, Por otra parte, y si alguien ha leído la magnífica "La comemadre", este parte final de "Informe sobre ectoplasma animal" emparenta con aquella en tiempos, lugares, obsesiones y ciertas refinadas y no tan refinadas crueldades.
En cuanto a las ilustraciones de Diego Ontivero, y un poco en la línea de lo que podéis ver en la fotografía de la cubierta, predomina la geometría y la abstracción con imágenes cercanas, en ocasiones, al cubismo. No siempre la relación con los textos a los que acompañan en clara al 100%, aunque constituyen un acompañamiento de lo más curioso.
Y por lo que respecta a los textos, resultan estos sorprendentes y divertidos, completamente locos algunos, pero me queda la sensación de que la historia de esta Sociedad Ectográfica Argentina podría ser el punto de partida de una gran novela en manos de un Roque Larraquy que ya dejó en "La comemadre" un muy buen ejemplo de lo que es capaz de hacer.
También de Roque Larraquy en ULAD: La comemadre
Fíjate que he leído el título y he pensado que la reseña era de Oriol, no sé por qué...
ResponderEliminarBah, esto para Oriol es muy light
ResponderEliminarLa duda ofende, Juan. Yo leería más bien algo rollo "El decapitador de fetos informa sobre el ectoplasma animal."
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