Año de publicación: 2020
Valoración: Muy recomendable
En este blog somos muy fans de Jon Bilbao: hemos reseñado una buena parte de su obra, y siempre ha tenido valoraciones del "recomendable" para arriba. Así que no podíamos dejar de reseñar también Basilisco, su última obra recién publicada, que ha sido aclamada por muchos como su mejor obra. Y sí, no vamos a andarnos con rodeos: esta es probablemente la obra más acabada y compleja de un autor con una trayectoria ya de por sí muy sólida. Ya su anterior publicación, El silencio y los crujidos, anunciaba un paso más allá de la "simple" (con muchas comillas) recopilación de relatos, planteando variaciones sobre un mismo tema, pero en este caso va un poco más allá, forzando los límites de los géneros narrativos (relato, novela corta, novela) y construyendo una obra poderosa y ambigua.
Quien conozca la obra anterior de Jon Bilbao, al empezar a leer Basilisco es posible que tenga una cierta sensación de déjà vu. La primera historia, "La asombrosa historia de los hermanos ladrones de tumbas", nos presenta a un tipo de personajes que ya conocemos de otros relatos anteriores del mismo autor: una pareja compuesta por un escritor con formación en ingeniería y una investigadora académica, envueltos en trifulcas más o menos banales en el Oeste americano. Solo que la segunda mitad del relato abre una vía diferente con la historia de los hermanos Dunbar, situada, también, en el Oeste americano, pero en el mítico, el de las películas, el de la expansión de la frontera, la lucha contra los indios y los forajidos, la fiebre del oro, etc. El lector todavía no lo sabe, pero en este primer relato (que es, al final, algo más que un relato) se encuentran ya las dos líneas en que se desdobla el libro: una que roza lo autoficcional (volveré a esto más tarde), y otra, la historia de John Dunbar, que comienza como un western bastante tradicional, y que luego se adentra por otros caminos más sinuosos.
De hecho, el siguiente relato, "La playa del naufragio", parece confirmar que nos encontramos ante otro libro de relatos de Jon Bilbao (lo que ya no sería decir poco), al presentar una historia independiente de la(s) del relato anterior: la de un hombre que por arrogancia e imprevisión se encuentra en medio de un naufragio, flotando en un mar que lo arrastra a la deriva y obligado a mantener con vida, a lo largo de toda una noche, a las dos niñas que estaban a su cargo, su hija y su sobrina. Lo que pasa es que más tarde descubrimos que quizás esta historia no esté tan separada del resto del libro como a primera vista parece.
A partir de aquí podría decirse que el libro entra en los carriles que lo estructuran: los capítulos alternan la historia de John Dunbar, un hombre silencioso, misterioso y violento embarcado en una expedición por las tierras de la frontera americana; y el narrador-escritor-ingeniero, padre de familia y marido inseguro, algo torpe para las relaciones humanas, cargado con una irritación casi constante hacia la vida que vive, que no es la que le gustaría vivir. Pero una vez, más, Jon Bilbao no se limita a narrar estas dos historias en paralelo, unidas solo por lo temático o lo simbólico (a lo Las palmeras salvajes de Faulkner), sino que establece entre ellas puentes más directos, cuestionando la separación (cronológica y narrativa) de sus tramas.
He escrito varias veces la palabra "hombre" a lo largo de esta reseña, y no es casual: este es un libro sobre hombres, en el sentido puramente masculino del término. El narrador, John Dunbar, el protagonista de "La playa del naufragio", son hombres que cargan con una masculinidad si no opresora, sí al menos incómoda: una irritación constante contra el mundo que descadena la tragedia (como en "La playa del naufragio"), la violencia (como en "Basilisco") o la huida (en "Hacia el nido de la araña"), unida a la incapacidad, o a la imposibilidad, de comunicarse con los demás y con el mundo de forma positiva. Con todo, si desde un punto de vista de los personajes y las historias Jon Bilbao tiene, efectivamente, algo de faulkneriano (marca de estilo que quizás heredó de Ramiro Pinilla, al que tanto admira), en esta obra parece haber querido vestirse, hasta cierto punto, de Pynchon, jugando con los planos narrativos, las dimensiones de la historia que se (con)funden o la mezcla de tiempos y espacios a través de túneles, en este caso literales, que atraviesan la obra.
Desde el punto de vista puramente literario, me pregunto también si con esta obra Jon Bilbao no ha querido dejar su mensaje en relación con la autoficción, uno de los géneros de moda en este inicio del siglo XXI: el narrador y protagonista comparte bastantes características con el propio autor (asturiano, residente en Bilbao, formación en ingeniería, entre muchos otros detalles), aunque en ningún momento se produce una identificación explícita. Dado que el narrador-protagonista es pintado a veces con rasgos poco halagadores (inseguro, inmaduro, irresponsable), quizás Jon Bilbao haya creado un alter ego de sí mismo, con el que jugar a construir ficciones; o quizás haya creado dos alter egos, como Superman y Clark Kent: el superhombre John Dunbar, y el algo-menos-hombre atrapado en una vida mundana y familiar (cenas, pañales, exnovios, padres ancianos) en la que no se reconoce. No creo que se pueda decir que Basilisco es una parodia de la autoficción; pero sí sería una variante, autoconsciente y distanciada, creada por alguien habituado a escribir ficción a secas (si es que eso existe).
Al final, como decía al principio, lo que queda es la sensación de que estamos ante una obra de plenitud de un escritor que domina su oficio: a las cualidades ya habituales de sus obras, como la tensión narrativa medida, la atención al detalle (tanto en las abundantes y pormenorizadas descripciones como en el uso del léxico exacto para cada objeto, planta, animal o idea) o la construcción de tramas y personajes llamativos, se une en este caso una ambición mayor en la estructura de la obra, en los juegos con los planos y voces narrativas, y por lo tanto en la capacidad para sorprender al lector y desafiar sus expectativas desde el principio mismo del texto. Ahora solo cabe preguntarse hacia dónde va a ir Jon Bilbao después de esta obra, y si conseguirá volver a superarse a sí mismo.
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P.D.: Para quien no lo recuerde (yo mismo tuve que ir a buscarlo), el Basilisco es un animal mitológico, "el rey de los reptiles", tan mortífero que es capaz de matar con la mirada o el aliento.
Compra segura. El anterior, El silencio y los crujidos, me encantó.
ResponderEliminarHe leído hasta la palabra "autoficción"...XP
ResponderEliminarA ver, que si es autoficción (y es discutible incluso que lo sea) es una autoficción muy sui generis. Alguien que no conozca la vida y milagros de Jon Bilbao puede perfectamente leer "Basilisco" sin saber que hay elementos comunes entre autor y personaje...
ResponderEliminarY GtM, adelante con el libro, es muy bueno...
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ResponderEliminar???
EliminarEra un comentario con spam, nada más 😊
EliminarAh!!! Muy bien. Gracias
EliminarJon Bilbao es uno de los autores contemporáneos de los que siempre quiero leer cada libro que publica. Leí la primera historia de "Basilisco" y me recordó al primer cuento de "Estrómboli", el libro que publicó ya hace unos años.
ResponderEliminarUn saludo desde Colombia.
¡Hola, Roberto!
ResponderEliminarHaces bien en seguir a Jon Bilbao, también me parece un autor al que conviene seguir en cada nuevo libro... Sobre lo que comentas del parecido entre el primer relato de Basilisco y Estrómboli, me atrevería a decir que es un efecto buscado, para jugar con el lector: parece decir, "vas a leer otro libro de Jon Bilbao como los anteriores", para después hacer una cosa (casi) completamente diferente...
Suelo disfrutar de vuestras reseñas,
ResponderEliminarpero creo que en esta oportunidad se les pasó la mano con los spoilers
Hola, RB. Entiendo por qué lo dices, y cuando estaba escribiendo la reseña tuve ciertas dudas. Es verdad que quien lea la reseña pierde una parte de la "sorpresa" que reserva el libro. Pero al mismo tiempo, es muy difícil explicar (o describir) un libro como este sin analizar su estructura interna, que es la parte más original, sobre todo si la comparamos con otras obras del mismo autor...
ResponderEliminarEn cambio, he tenido mucho cuidado de no destripar nada sobre la trama, ni del libro en general ni de las historias independientes, eso sigue siendo territorio virgen para los lectores.
Es un equilibrio difícil, a veces, cuánto decir y cuánto callar en una reseña. Pero releyéndola, creo que no desvelo demasiado...
Jon Bilbao escribe muy bien y sus historias siempre interesan, pero me da la impresión de que se repite. Es bueno pese a resultar reiterativo. Este autor innovó el relato español con sus historias oscuras inspiradas en la narrativa norteamericana. Un estilo sencillo e impecable, personas normales y corrientes, ambiente aparentemente placido y sin problemas, finales abiertos. Sin embargo, de manera soterrada e indirecta discurre un río negro que acaba por anegar todo el relato de una atmósfera inquietante, malsana, cuando no de puro terror. En sus cuentos, algunos perfectos, hay un descenso progresivo a los infiernos tan logrado que basta con insinuarlo para levantar la inquietud del lector. A Jon Bilbao le gusta más lo latente que lo patente, por eso es tan buen escritor. Terrores de lo vulgar. Su obra es una gran aportación al cuento español. Pero es siempre lo mismo.
ResponderEliminarEstupenda reseña Santi. Kempes 19
ResponderEliminarTestosterona directa a la vena. Pero que bien escribe el muchacho!
ResponderEliminarUn toque de constante desencando que a mi, en momentos, llega a producirme un cierto rechazo, pero compensa con creces el relato, la imaginaciòn,la forma de tratar a los personages, el brio...
En resumen, a pesar de los pesares, disfruté mucho con la lectura.
Excelente reseña .Es efectivamente muy recomendable . Aunque veo más Cormac McCarthy que Faulkner en su contenido e incluso en su estilo . Se percibe además , intermitentemente, un aroma Kafkiano nada despreciable en el efecto “collage” del libro .
ResponderEliminarNo creo en la autoficción ni he leído otros libros suyos pero si este es su mejor libro , leeré el siguiente .
ResponderEliminarNo veo que sea una autoficción "sui generis" como dices, Santi. ¡Pero si hay hasta una escena en que el escritor está concentrado en su trabajo y se molesta porque aparecen su mujer y sus niños y le interrumpen la novela que está escribiendo! Es autoficción pura y dura, el relato de un escritor que quiere concentrarse en su trabajo y su relación con su mujer se está viendo sacudida por el estrés que producen dos niños pequeños. Algo que cualquiera que tenga amigos o hermanos en esa tesitura habrá escuchado antes. Esto de la autoficción creo que tuvo su punto en su momento, me gustó "Soldados de Salamina", pero en ese caso ese "makin of" dentro del propio relato tenía su sentido, en el caso de "Basilisco" enterarnos que el autor está pasando por una crisis con su pareja mientras escribe un western, no tiene la misma fuerza.
En segundo lugar, el "western" en sí tampoco me ha gustado. Me parecen una serie de escenas deslabazadas en las que no sabes muy bien a dónde quiere ir el autor o qué te quiere contar. Más parece que el recurso de los tramos autoficcionales es precisamente crear una especie de argamasa para unir una serie de relatos que sin esa unión no darían la impresión de un todo conjunto.
Por último, me ha llamado la atención ciertos parecidos entre "A lo lejos" de Hernán Díaz, novela que tradujo al castellano Jon Bilbao y "Basilisco". Incluso en ambas novelas aparece el relato de una expedición que busca pruebas fósiles a fin de ratificar la teoría de la evolución darwiniana en plena frontera americana.
Un saludo
* deslavazadas
ResponderEliminarBuenos días,
ResponderEliminarleyendo vuestra crítica me he animado a leer el libro, lo tenía comprado desde hacía varias semanas pero aún no me había puesto a ello.
El libro me ha gustado bastante, y es de esos que te hace pensar en cómo está diseñada la estructura (más allá de la historia en sí); de hecho, tan satisfecho he quedado con su lectura, que me he comprado Estrómboli.
De aquí en adelante trepano un poquito el libro, advierto para los que no lo han leído.
Las virtudes son muchas y ya las han comentado. No, no voy a poner los aspectos que no me han gustado (que los hay), sino que me gustaría que alguien que lo haya leído me dé su opinión sobre la cuestión que voy a tratar. El engarce de la historia del oeste y la del prota no consigo ver que esté bien conseguida, y doy por hecho que lo está (es decir, entiendo que hay algo que se me escapa). La historia del oeste, la de Dunbar, empieza por ser contada por un conocido del prota, capítulos 1 y 3, para posteriormente volar libre (ya no se hace más referencias a ese conocido que narra la historia). Por este lado, sin problemas (lo típico de las películas que una vez fijado el marco de la narración, no se vuelve al punto referencial). Sin embargo, en la página 200 (insisto para los que no hayan leído el libro, desvelo aspectos importantes del mismo) creo que intenta unir las tres vidas: Jon Bilbao, escritor ficcional y Dunbar (son las páginas que habla de unos cuerpos dentro de otros y, además, la araña). Esta es mi interpretación, pero me gustaría que alguien me comentara la suya (Santi, si no es mucha molestia...). Si es como comento, me gusta mucho lo que pretende hacer, pero no termina de convencerme, entiendo que muestra cómo una historia la de Dunbar se "adueña" del escritor y cómo está "obligado" a volcarla en un libro (el que leemos). Por otro lado, no sé si hacía falta este engarce para el paralelismo que hay, evidente, entre el escritor ficcional y Dunbar, creo que no.
En cuanto a la comparación con "Las palmeras salvajes", es cierto que en los dos libros hay dos historias (como en otros muchos), pero cómo se establecen los nexos de unión entre ambas (lo que he comentado en el párrafo anterior) creo que no puede compararse (si no recuerdo mal, la leí hace unos 10-15 años). Cuando antes de terminar Basilisco visualicé el artefacto que había ideado JB, pensé en Cartarescu (por el hecho y la forma en la que muestra el escritor dentro del relato).
Muchas gracias por vuestras entradas diarias.
Un saludo,
JCF