Año de publicación: 1931
Valoración: Muy recomendable
Dice la tercera parte del Plan General de Contabilidad español que “la memoria completa, amplía y comenta la información contenida en los otros documentos que integran las cuentas anuales”. No se me ocurre una mejor definición para “Los lanzallamas”, novela que completa, amplía y comenta la información sobre sucesos y personajes incluidos en “Los siete locos”. De hecho, creo que la lectura previa de esta última es más que necesaria para poder comprender en su totalidad “Los lanzallamas”.
Digo que completa, amplia y
comenta la información porque, pese a la innegable continuidad cronológica y
temática, se observan algunos elementos de ruptura.
Así, aunque Arlt hace arrancar la
novela en el punto en el que lo dejó en “Los siete locos” y continúa con el recorrido iniciado por Erdosain y con los planes de ese gran cínico que es el Astrólogo, en
“Los lanzallamas” cobran relevancia ciertos flashbacks en los que se nos ofrece información clave acerca del pasado de
algunos de los personajes. Gracias a estos hechos, entenderemos mejor a esos seres que transitan entre la humillación y las lágrimas, entre la angustia y la locura, y
su búsqueda de una vía de redención a través del dolor. Por otra parte, a pesar de que Erdosain continúa siendo personaje central de la novela, Arlt profundiza en esta ocasión en los personajes secundarios.
En cuanto al género, continúa
siendo fundamental el componente filosófico-existencialista de “Los siete
locos” – de hecho, buena parte de “Los lanzallamas” ahonda en las causas de
la angustia individual y colectiva y en las formas elegidas por los
protagonistas para huir de ella a través de diversas formas de pertenencia -, pero
el aspecto distópico pierde peso a medida que avanza la acción y deja paso a
formas que se acercan a la novela negra, policial o de misterio.
Otro aspecto significativo es que
muchas de las escenas de “Los lanzallamas” se mueven entre la picaresca y la
mística, entre lo teatral y lo onírico, lo que confiere a la novela un más que
interesante matiz expresionista. Así, se
observan influencias que van desde el Lazarillo de Tormes (los hermanos Espila
dando vueltas por la ciudad) hasta los momentos oníricos de Cartarescu, pasando
por el omnipresente Dostoyevski.
Todo lo anterior hace que “Los
lanzallamas”, individualmente considerada, sea una novela más variada, completa
y compleja que “Los siete locos”, lo que no es óbice, sin embargo, para que su
valoración sea ligeramente inferior. Creo que le perjudican una serie de
páginas en las que Arlt se explaya sobre aspectos “técnico-organizativos” de la
revolución social que predica el Astrólogo. Pecan de una excesiva reiteración y
ralentizan el desarrollo de la novela sin ninguna necesidad.
Pese a lo anterior, “Los
lanzallamas” es por sí sola una magnífica novela (imprescindible si
consideramos el conjunto “Los siete locos” + “Los lanzallamas”) de un autor que
creo que en España es, por desgracia, bastante desconocido).
También de Roberto Arlt: El juguete rabioso, Los siete locos
También de Roberto Arlt: El juguete rabioso, Los siete locos
Qué ilusión has despertado, Koldo, con esa introducción referida a la Memoria de las Cuentas anuales! Ahora ya tengo claro que para la próxima Tochoweek mi opción será el PGC de 2007.
ResponderEliminarPor cierto, aunque no conozco al autor, una reseña con una explicación bien clara! Envidia!
Jajajaja. Me pido la Normas Internacionales de Auditoria!
ResponderEliminarEn cuanto al autor, fue contemporáneo de Borges y compañía, pero con un origen / estilo / visión de la vida y la literatura completamente diferente. En Argentina está (creo) muy muy reconocido, sobre todo por textos breves y por sus Aguafuertes porteñas. Vamos, que si no lo conocés (con tilde en la e), te animo a asomarte a él.
Un abrazo, compañero
Hola Koldo:
EliminarArlt fue un gran periodista, además de escritor. Sus Aguafuertes son muy divertidas. Y sí, Arlt es parte del Olimpo de la literatura argentina. Piglia contribuyó a consolidar su reconocimiento.
Saludos
¡Hola! Muchas gracias por la reseña.
ResponderEliminarUn detalle: ¿Podríais revisar el enlace final a la reseña de "Los siete locos"? A mi no me funciona. Saludos
Arreglado! Gracias por avisar
ResponderEliminarEstupendo todo el texto mayor Thompson
ResponderEliminarBuena reseña. La he leído y añadiría que es una novela dura, muy dura; tiene una de las escenas finales -que no voy a desvelar- más espeluznantes y fuertes que he leído.
ResponderEliminarUn saludo de un compañero que os sigue a diario.
Cierto! Tiene un final brutal (y además totalmente coherente con el resto de los dos libros). ¡Muchas gracias por seguirnos y por comentar!
ResponderEliminarVoy a aportar una curiosidad. Como bien señala Gabriel, Roberto Arlt forma parte del Olimpo literario argentino, en alguna medida ayudado por la promoción de Ricardo Piglia. Sin embargo. pude acceder a él mucho antes, y gracias al cine, ya que Los siete locos fue llevada a la pantalla grande por el reconocido cineasta argentino Leopoldo Torre Nilsson, a comienzos de la década del 70. Estaba protagonizada por quienes, quizas, fueron y son dos de los más grandes artistas argentinos de todos los tiempos, Alfredo Alcón y Norma Aleandro.
ResponderEliminarTe preguntarás, Koldo, qué tiene de curioso todo esto? Pues que el guión de la película fue escrito por el propio director, su esposa, Beatriz Guido, y Luis Pico Estrada. Esposo de Sara Gallardo y padre de Paula, con quien dialogaras semanas atrás.
Un gran saludo,
El Puma
Otro grande Don Ricardo Piglia, Gabriel! A ver si cuando pase todo esto encuentro por ahí los Aguafuertes!!
ResponderEliminarY tu comentario, Puma, es magnífico y muy muy curioso. Creo que de la película ya hablasteis en los comentarios a la reseña de Los siete locos, pero no tenía ni idea del vínculo con Sara Gallardo. Vamos, que el refrán que dice que "el mundo es un pañuelo" vuelve a mostrar su vigencia.
Un abrazo desde la cueva y muchas gracias, como siempre, por aportar!