Título original: Joko fête son anniversaire
Traducción (al catalán): Maria Garcia Soriano
Año de publicación: 1969
Valoración: Recomendable
Joko fête son anniversaire, novela breve ganadora del premio Les Deux-Magots en 1969, fue escrita por el inefable Roland Topor. ¿Cómo? ¿No os suena este escritor francés? Pues sabed que Topor, además de a la literatura, se dedicó a las artes visuales, a cantar y a dirigir, y que se juntó con creativos de la talla de Fernando Arrabal o Alejandro Jodorowski.
Sabed también que Topor es autor de algunas de las ficciones más inquietantes jamás concebidas. Y si no, que se lo digan a Joko fête son anniversaire. Esta historia es desconcertante a más no poder. A ratos parece una diablura ociosa, una amalgama de absurdo y humor negro, y al instante siguiente se revela, quién sabe si engañosamente, como una fábula cargada de simbolismo.
En efecto, Joko fête son anniversaire puede leerse como una fábula. Una que critica a la clase dirigente, la cual parasita a los trabajadores. Una que denuncia la humillación que alguien está dispuesto a soportar con tal de llevar algo de comida a casa. Una cuyo mensaje seguiría vigente hoy día, pues en Barcelona no dejo de ver a turistas siendo transportados arriba y abajo con los "rickshaw" esos, la precariedad laboral campa a sus anchas y el pluriempleo degrada a quienes lo tienen que realizar porque no les queda otra. Pero insisto en que esta es sólo una posible lectura de Joko fête son anniversaire, obra, como digo, empañada por el absurdo y con una segunda mitad que cambia bastante de registro.
Sabed también que Topor es autor de algunas de las ficciones más inquietantes jamás concebidas. Y si no, que se lo digan a Joko fête son anniversaire. Esta historia es desconcertante a más no poder. A ratos parece una diablura ociosa, una amalgama de absurdo y humor negro, y al instante siguiente se revela, quién sabe si engañosamente, como una fábula cargada de simbolismo.
En efecto, Joko fête son anniversaire puede leerse como una fábula. Una que critica a la clase dirigente, la cual parasita a los trabajadores. Una que denuncia la humillación que alguien está dispuesto a soportar con tal de llevar algo de comida a casa. Una cuyo mensaje seguiría vigente hoy día, pues en Barcelona no dejo de ver a turistas siendo transportados arriba y abajo con los "rickshaw" esos, la precariedad laboral campa a sus anchas y el pluriempleo degrada a quienes lo tienen que realizar porque no les queda otra. Pero insisto en que esta es sólo una posible lectura de Joko fête son anniversaire, obra, como digo, empañada por el absurdo y con una segunda mitad que cambia bastante de registro.
Quizás lastra a este texto su mentada segunda mitad. No exprime todos los elementos sugeridos en su predecesora ni acaba de cerrarlos satisfactoriamente. De hecho, los justifica demasiado, y no creo que a una historia absurda le convenga semejante amago de lógica.
La crueldad que supuran estas páginas, por cierto, no es apta para cualquier estómago. Yo, que estoy acostumbrado a la violencia explícita y a la escatología más extrema, debo admitir que algunos capítulos se tornan extremadamente indigestos. Conste que no me quejo, ¿eh? En absoluto.
La crueldad que supuran estas páginas, por cierto, no es apta para cualquier estómago. Yo, que estoy acostumbrado a la violencia explícita y a la escatología más extrema, debo admitir que algunos capítulos se tornan extremadamente indigestos. Conste que no me quejo, ¿eh? En absoluto.
Poco más que añadir. Joko fête son anniversaire es una novela recomendable. Bueno, recomendable para aquellas personas que tienen un estómago fuerte y gustan de experimentos literarios algo rarunos. Inédita todavía al español, los que sabemos catalán tenemos la suerte de que ha sido el primer título publicado por la incipiente Extinció Edicions, editorial cuyo catálogo estará volcado a la difusión de obras preñadas de surrealismo, absurdo y humor negro. ¡Habéis elegido una opción inmejorable para inaugurar vuestra andadura, chicos!
Madre mía, Roland Topor!!!. En mis años mozos leí varios libros de este hombre, artista polifacético donde los haya: dibujante, escritor y cineasta. Tiene una novela estremecedora porque inserta el horror en una trama absurda de despersonalización, soledad urbana y finalmente locura: El quimérico inquilino. De esta novela delirante -pero de un delirio estructurado y cartesiano- y perfecta hizo Polanski una gran película en 1976. Topor también escribió libros de cuentos y textos inclasificables del humor negro más feroz. Un gran artista.
ResponderEliminarArrabal-Topor-Jodorowsky si no recuerdo mal eran los principales integrantes (no sé si los únicos) del grupo Pánico. Una cosita bastante extraña que personalmente solo conozco a través de Arrabal. Por lo que veo su compinche francés no le iba a la zaga en lo de explorar los límites.
ResponderEliminarBuena reseña, compañero!
Sin duda alguna, 1984. Topor es un artista con todas las de la ley. Me encanta, además de su faceta literaria, su vertiente gráfica. La ilustración de la cubierta de "En Joko celebra l'aniversari", por ejemplo, es un dibujo suyo.
ResponderEliminar"El quimérico inquilino" lo tengo pendiente desde hace tiempo; por lo que cuentas, suena bastante similar a "Joko fête son anniversaire". Aquí también encontrarás horror y delirio, humor negro y reflexiones sobre la despersonalización.
Carlos, esta obra es única y, como dices, explora sin pudor los límites de la narrativa. Menudo nivelón había en el grupo Pánico.
Ah, gracias por halagar mi reseña, pero siento que es muy mejorable: abusa de las palabras "absurdo" y "esto", no deja muy claro a qué viene lo de los "rickshaw" (una sinopsis no hubiera ido mal para aclararlo, pero quizás con la ilustración de la cubierta se entiende por dónde van los tiros), etc, etc...