Idioma original: español
Año de publicación: 2019
Valoración: bastante recomendable
Pero, ¿cómo se nos puede atribuir de forma algo reiterativa el haber tomado manía a ciertos géneros, hoy muy en boga, relacionados con la autoficción y lo autobiográfico?
Si fuera así, ni me hubiera acercado a un libro que lo proclama a las claras desde su contratapa. Un libro que recoge tres textos, tres novelas cortas basadas en experiencias vitales del autor, supongo, convenientemente aderezadas con la necesidad de aportación de esa ambigüedad imaginativa, vamos a definirla así por hoy, consistente en ir dejando al lector siempre con la duda de si lo que lee es experiencia real o creación pura y dura o, cosa que resulta ser siempre cierta, una combinación difusa de ambas.
Y Mauro Libertella, escritor nacido en México pero criado en Argentina, integrante de algunas de esas sempiternas listas de escritores jóvenes a los que seguir, lo hace bien. Lo hace muy bien y solo el escepticismo inherente al género, que entiendo se está extendiendo por culpa de ciertos autores que abusan y franquean excesos por diversos flancos (el escatológico, el sentimentaloide, el solipsista, hay donde elegir) me impide entusiasmarme más y contagiar al lector.
Qué narices. Libertella consigue que sus reflexiones íntimas nos interesen. Consigue que esas tres historias de hombres en la veintena, supongo que el mismo hombre o parecido, que se enfrentan a las situaciones inherentes a cierta madurez, nos generen cercanía o expectativa, y sustenta esa atención en base a lo que debería requerirse a cualquier juntaletras: prosa dinámica, estilo claro y directo, ausencia de voluntad pirotécnica consistente en generar trascendencia de cualquier acto banal. Y sería fácil situarse en el otro extremo, el de banalizar lo trascendente, casi sería más moderno y todo desprender actitud punk y decir que todo es una tontería y que la vida consiste en tirar para adelante. Pero Libertella asistiendo a la decadencia física de su padre, una decadencia temprana y precipitada por cruel enfermedad, reuniéndose con los amigos que van y vienen de su vida universitaria, con los consabidos dilemas existenciales y el tanteo con la vida real que se cierne cual tormenta en el horizonte, o relatando sus experiencias en pareja, la evolución de sus relaciones con las mujeres, está tan alejado de lo frívolo como de esa pretendida espiritualidad generacional que contamina el género y lo toca de muerte.
Obvia influencia de Bolaño en ese tono de sarcasmo contenido, de humor oscuro pero alejado de desesperación, el tono del libro es acertado y desde luego muy influido por esa corriente actual de tono naturalista, donde el escritor desciende del pedestal de creador y se acerca al público, lo convierte en su cómplice y no en el paño de su lloriqueo. Vamos a seguir a este hombre.
La portada es muy original Hormias
ResponderEliminarMuy interesante. Recomiendo de este mismo autor "Mí libro enterrado", una carta de adiós a su padre (otro gran escritor argentino), y un imprescindible en eso que el mismo llama "el subgénero de la muerte del padre". Su prosa me maravillo y la longitud del texto me parece exacta. Sin dudas, un autor para seguir de cerca.
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