A Mario Levrero no le gustaba que hubiera intermediarios entre su trabajo y los lectores. Y aquí estoy yo, escribiendo sobre la Trilogía involuntaria. Pero bueno, tomad esta reseña como un mero reflejo de mi experiencia personal (¡faltaría más!), y no como la única aproximación posible a estas novelas. O mejor: leedlas a ellas antes que a mí. En cuanto a ti, Mario, perdóname; sólo quiero compartir mi admiración por este fascinante retablo con el que te diste a conocer.
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La Trilogía involuntaria está compuesta por La ciudad (1966), El lugar (1969) y París (1970), las primeras novelas de Mario Levrero. Novelas que gravitan alrededor del individuo, de su percepción del mundo y, sobre todo, de su percepción de sí mismo. Es por ello que, pese a los elementos aparentemente fantásticos que las engalanan, no hay que encajonarlas en ese género. Si acaso, estaríamos hablando de «realismo introspectivo». Y es que, a la postre, el escritor no inventa nuevos mundos; más bien, filtra la realidad a través de sus personajes. Los cuales son poco fiables, por otra parte.
Todos los protagonistas de estas ficciones son varones innominados que narran su historia en primera persona. Historia que, por cierto, es un viaje. Uno que deja en pañales a la literatura de autoayuda. En Levrero no encontrarás el componente edulcorante que tanto predomina en ese tipo de productos. El viaje en el que se embarcan los protagonistas no les cambiará, y menos todavía para bien; la anagnórisis ansiada jamás llega a cristalizar. Además, dicho viaje es siempre una frustrante imposición, no una oportunidad.
Estos narradores están de paso en un sitio que les es ajeno, en el que se sienten asfixiados, desamparados y alineados. A eso hay que sumarle que, para la visión posmoderna de Levrero, el mundo es algo incierto, y el individuo carece de referentes estables a los que asirse para abordarlo. Para colmo, las tres novelas cierran con un final abierto, normalmente negativo. De hecho, sólo La ciudad finaliza con una nota vagamente positiva, o, al menos, optimista, pero en ningún momento da por sentado que nada se vaya a solucionar. En otras palabras: cada uno de los tres viajes que propone esta trilogía es una odisea de pesadilla. O sea, que si la lees, prepárate para experimentar desasosiego.
Porque desasosiego es lo que te va a reportar esta lectura, créeme. Y no se marchará en unos días, te lo aseguro. Estas novelas son, ya lo he adelantado, una especie de pesadilla. Una pesadilla vigil con su hermetismo intrínseco, y a su vez, con su coherencia interna. Para mí, lo más fascinante de Levrero es que no se abandona a la asociación de ideas arbitrarias o inconexas. En los libros del escritor existe una coherencia interna, a menudo difícil de aprehender, de atisbar siquiera (como viene siendo el caso de París), pero presente a fin de cuentas, como en un sueño febril.
Un elemento recurrente en esta trilogía son los espacios. No digo que sea el elemento aglutinador, porque creo que la relación que existe entre estas novelas va más allá de que aparezcan en ellas espacios vagos y abstractos. Pero bueno, éstos siguen teniendo un interés primordial. No es para menos: la portentosa imaginación de Levrero le granjea un hueco en la tradición de arquitectos soñadores de la talla de Piranesi o Calvino.
Personalmente, sugiero el siguiente orden de lectura: empezad por La ciudad y El lugar, ambas novelas que tienen mucho en común tanto en forma como en fondo, y pasad luego a París, sensiblemente distinta de sus predecesoras.
Ah, que no os engañe mi entusiasta reseña, ni la valoración extremadamente positiva que le doy a esta trilogía. No pienso que estas piezas de Levrero estén libres de defectos. Sin embargo, creo que éstos palidecen frente a los aciertos. Y, la verdad, la mayoría son bastante insignificantes, como el uso caprichoso de ciertos recursos tipográficos, o alguna voz puntual que no acaba de cuajar. Lo dicho: una lectura muy recomendable de un autor al que hay que descubrir.
Idioma original: Español
Año de publicación: 1970
Valoración: Recomendable
La ciudad sienta la tónica general de la trilogía: el protagonista perdido en un sitio extraño, asediado por una sensación de pérdida, desamparo, incomprensión, y hasta de amenaza latente; la atmósfera extraña de tintes surrealistas; el subtexto kafkiano...
A mi juicio, lo mejor de esta novela es la originalidad de su planteamiento. Es algo lenta, sobre todo en su primera mitad, y tiene detalles que no me acaban de convencer. Pero vale la pena en su conjunto, y sólo como umbral de la Trilogía involuntaria ya habría que leerla sí o sí.
Idioma original: Español
Año de publicación: 1982
Valoración: Casi imprescindible
En este libro hallamos las descripciones arquitectónicas más ambiciosas. También hay un manejo del misterio muy trabajado. Éste no pretende ser desentrañado en ningún momento. Llegados a cierto punto, de hecho, se acaba desistiendo a buscar un sentido, una lógica, para focalizarse en el mensaje.
Decididamente, mi pieza favorita de esta maravillosa trilogía. Si alguien no fuera a leerla íntegramente, que al menos le de una oportunidad a El lugar.
Idioma original: Español
Año de publicación: 1980
Valoración: Muy recomendable
París es, probablemente, la pieza más compleja de la trilogía. En primer lugar, porque la prosa alterna constantemente dos tiempos verbales, pasado y presente. También, porque en ella se solapan la vigilia y el sueño, los cuales conviven como dos realidades igual de tangibles. Y, sobre todo, porque los simbolismos que la recorren son más crípticos aún que en sus predecesoras. Asimismo, es un bloque monolítico de texto que no está dividido en varios capítulos que permitan al lector descansar, al contrario que La ciudad y El lugar.
Pero creedme cuando os digo que el esfuerzo de leer esta obra es recompensado con creces. No en vano, esta es la novela de la Trilogía involuntaria con las imágenes más poderosas y el lenguaje más rico. De igual forma, es aquélla en la que aflora libremente el gusto de Levrero por la serie B, guiño que sin duda apreciarán los mitómanos del autor.
También de Mario Levrero en ULAD: La Banda del Ciempiés, Dejen todo en mis manos
Ah, que no os engañe mi entusiasta reseña, ni la valoración extremadamente positiva que le doy a esta trilogía. No pienso que estas piezas de Levrero estén libres de defectos. Sin embargo, creo que éstos palidecen frente a los aciertos. Y, la verdad, la mayoría son bastante insignificantes, como el uso caprichoso de ciertos recursos tipográficos, o alguna voz puntual que no acaba de cuajar. Lo dicho: una lectura muy recomendable de un autor al que hay que descubrir.
Idioma original: Español
Año de publicación: 1970
Valoración: Recomendable
La ciudad sienta la tónica general de la trilogía: el protagonista perdido en un sitio extraño, asediado por una sensación de pérdida, desamparo, incomprensión, y hasta de amenaza latente; la atmósfera extraña de tintes surrealistas; el subtexto kafkiano...
A mi juicio, lo mejor de esta novela es la originalidad de su planteamiento. Es algo lenta, sobre todo en su primera mitad, y tiene detalles que no me acaban de convencer. Pero vale la pena en su conjunto, y sólo como umbral de la Trilogía involuntaria ya habría que leerla sí o sí.
Idioma original: Español
Año de publicación: 1982
Valoración: Casi imprescindible
En este libro hallamos las descripciones arquitectónicas más ambiciosas. También hay un manejo del misterio muy trabajado. Éste no pretende ser desentrañado en ningún momento. Llegados a cierto punto, de hecho, se acaba desistiendo a buscar un sentido, una lógica, para focalizarse en el mensaje.
Decididamente, mi pieza favorita de esta maravillosa trilogía. Si alguien no fuera a leerla íntegramente, que al menos le de una oportunidad a El lugar.
Idioma original: Español
Año de publicación: 1980
Valoración: Muy recomendable
París es, probablemente, la pieza más compleja de la trilogía. En primer lugar, porque la prosa alterna constantemente dos tiempos verbales, pasado y presente. También, porque en ella se solapan la vigilia y el sueño, los cuales conviven como dos realidades igual de tangibles. Y, sobre todo, porque los simbolismos que la recorren son más crípticos aún que en sus predecesoras. Asimismo, es un bloque monolítico de texto que no está dividido en varios capítulos que permitan al lector descansar, al contrario que La ciudad y El lugar.
Pero creedme cuando os digo que el esfuerzo de leer esta obra es recompensado con creces. No en vano, esta es la novela de la Trilogía involuntaria con las imágenes más poderosas y el lenguaje más rico. De igual forma, es aquélla en la que aflora libremente el gusto de Levrero por la serie B, guiño que sin duda apreciarán los mitómanos del autor.
También de Mario Levrero en ULAD: La Banda del Ciempiés, Dejen todo en mis manos
Me falta París. Sin embargo, todavía tengo latentes las imágenes de las dos primeras en mi memoria. Se nota la astucia que le enseñaron los muchos oficios que ejercía, porque a lo largo de las novelas me dio la impresión de ver cómo se armaba y desarmaba un puzzle. El talento de Levrero me pareció más allá de saber contar una historia, te hace vivir en la realidad virtual, que es verse inmerso junto al personaje, en ese mundo cambiante y a la vez el mismo, que te está contando, que es al fin de cuentas lo que logra una buena historia.
ResponderEliminarPoy
Como siempre, un currelo espectacular, compañero. Y además haces que resulte apetecible, así que igual me decido con alguno de los tres.
ResponderEliminarSaludos!
Hola Oriol, leí de Levrero una antología de relatos y dos novelas cortas: Fauna y Desplazamientos. Las novelas me parecieron magnificamente escritas, Desplazamientos con un planteo muy interesante. Los relatos tenían un aire entre fantástico y onírico, que por lo que dices se asemejan más a estas novelas.
ResponderEliminarSaludos
Desde mi humilde punto de vista, la trilogía (acentuando la ciudad y el lugar(el mejor de todos,increíble,siempre estará en mi memoria)) debería de recibir la valoración de imprescindible,y eso que parís cojea. Los mundo donde me metió Levrero y como lo pude ver,palpar,sentirlo,tienen el toque de la magia. Cuando un escritor lo consigue,ya forma parte de mí. Gran reseña. Recomiendo "la novela luminosa",levrero en estado puro pero desde su mundo real,desde la visión personal su vida. Saludos
ResponderEliminarLeí La ciudad y estoy contigo en todo lo que dices sobre ella. Para bien y para mal.
ResponderEliminarYa veo que El lugar caerá seguro aunque será después de la novela luminosa.
Pero quería comentarte sobre la reseña. Me pareció estupenda, invita a leer pero también se contiene de no inflar el globo demasiado. Tienes una calidad muy buena, Oriol. De verdad.
Por esto mismo, también quiero decirte que lo que no me gustaron fueron las negritas. El remarcar partes del texto. Entiendo que es un recurso muy práctico, pero creo que lo bueno de esos mensajes, o sea, tus frases, ya contienen de por sí la calidad que las remarca para el lector en cuanto las lee, sin necesidad del artificio de las negritas.
Es solo mi opinión y no tiene peso porque no hay título ni licencia que la sostenga. Lo que sí quiero que quede claro es que entiendo que te estoy elogiando y no al revés.
Y bueno, felicitaciones y gracias.
Hola a todos. Contesto por orden:
ResponderEliminarPoy: Me alegra saber que has disfrutado con Levrero. Y más teniendo en cuenta que te lo recomendé un poco a ciegas. Yo tampoco olvido ciertas imágenes propuestas por el autor.
Carlos Andia: Gracias por elogiar la reseña. Y si he logrado despertarte el gusanillo, me doy por satisfecho. Levrero ha sido un descubrimiento estupendo para mí, y me gustaría compartirlo con vosotros.
Gabriel Diz: Aunque en un mes llevo siete libros de Levrero (imagínate si me ha gustado este autor), no hemos coincidido en ninguna lectura. Intentaré hacerme con "Fauna / Desplazamientos" y luego pasaré a los relatos.
Anónimo: Yo también diría que esta trilogía, en su conjunto, es imprescindible o casi. Sobre todo, por "El lugar". Ambos pensamos que es la mejor de estas novelas.
"La novela luminosa" no la he leído, pero, por lo que veo, parece similar (salvando las distancias) a "El discruso vacío". Éste último no me acabó de gustar, pese a que tenía pasajes impagables. Tampoco las novelas de "El alma de Gardel" o "Dejen todo en mis manos" me parecieron tan buenas como las piezas de la "Trilogía involuntaria". Pero bueno, Levrero tiene un algo, e incluso sus obras menores son interesantes.
Diego: ¡Qué sorpresa que hayas leído "La ciudad"! No sé por qué, pensaba que la mayoría no conocería a Levrero, y veo con regocijo que varios de vosotros habéis leído al menos una de las novelas que componen la "Trilogía involuntaria". ¡Fantástico! Por cierto: espero impaciente tu opinión sobre "El lugar".
Sobre la reseña, decirte que puedes decirme con total sinceridad lo que te plazca. Y, en esta ocasión, no te falta razón: en esta el uso de negritas no me acaba de convencer. Igual prescindo de ellas, me resultan distractoras. Últimamente intento experimentar mucho con el formato de las reseñas, y a veces acierto, otras no.
En fin: que gracias a ti por expresar tu opinión, siempre constructiva y bienvenida.
Siete libros de Levrero en un mes. ¡Qué bestias sois!
EliminarClaro que le conozco ya que es compatriota. Somos un país chico y tenemos poco de todo, escritores también. Aunque leyéndote, leyéndolos, veo que le conozco bastante menos que ustedes.
A mí lo de que usen distintos formatos para las reseñas siempre me gusta. Y no creo que a mí se me ocurrieran las ideas que afortunadamente se le ocurren a ustedes.
El tema de las negritas si es para subtitular o encabezar o cualquier cosa que apunte a lo estético, bienvenido sea. Pero en este caso lo encontré haciendo una función que es normal leer en la prensa escrita o la publicidad: "remarcarle al lector lo importante". Y eso, más allá de que a algunos lectores nos sobre porque estamos hasta las pelotas de que nos digan por dónde ir, creo que para un texto como el tuyo, que a diferencia de los de la prensa no se compone solo de esas frases y luego relleno, ya que todo es contenido, es más justo que todas las letras vayan con igual intensidad, y que sea su significado, tu manera de darle sentido con el lenguaje, lo que las haga destacar a unas sobre otras.
El lector después pinta negritas al leerte, pero cada lector lo puede hacer en distinto lugar.
Un saludo.
El lugar me gustó mucho, aunque también me desesperó en algunos momentos. No dudo de que esa podría ser precisamente la intención del autor. Chapeau por la reseña, si lo que querías era suscitar interés, lo has conseguido. A quién no haya leído El tercer policía, de Flann O'Brien, se la recomiendo.
ResponderEliminarHe leído “El tercer policía”. Tiene alguna relación con estas novelas de Levrero?
Eliminarhttp://unlibroaldia.blogspot.com/2014/08/colaboracion-el-tercer-policia-de-flann.html?m=1
ResponderEliminarNo sé si viene mucho a cuento, pero bueno
ResponderEliminarAh, sí, Carlos y Gabriel. Es cierto que el tono, el humor y el surrealismo de El tercer policía tienen poco que ver con El lugar. Tal vez no venía a cuento. Simplemente me parecieron dos aventuras pesadillescas y yo iba recordando una al leer la otra. ¡Saludos!
ResponderEliminarPerdón, lo de venir o no a cuento lo decía por mi, por haber comentado que ya había reseña de ese libro, nada más.
ResponderEliminarSaludos.
Acabo de leer tu reseña. Muy buena. ;)
EliminarJamás había escuchado o leído comentarios acerca de Levrero. Por lo dicho por Diego, me entero que es uruguayo. Buscaré algo más sobre este hombre, ya que la estupenda reseña de Oriol me invita a ello.
ResponderEliminarParís me resultó extraordinaria. Le creí por completo ese París un poco extraño, diferente al que he visto en pelis y fotos.
ResponderEliminarPoy
Òscar, como digo en la reseña, las novelas de la "Trilogía involuntaria" son, cuanto menos, desasosegantes. Es por eso que tengo clarísimo que la intención de Levrero era que el lector se desesperara. A mí me pasó, igual que a ti, con "La ciudad". Como soy un masoquista, elevé al cubo esa sensación leyendo también "El lugar" y "París".
ResponderEliminarEl Puma: Si al final te decides y le das una oportunidad a Levrero, ya nos dirás. Ojalá te guste, aunque sea la mitad que a mí.
Poy: ¡Qué rápido has acabado "París"! Yo quiero una edición ilustrada de esta novela. ¡La escena de la mujer en el tejado, con todos aquellos lobos encima, representada por Luis Scafati, sería cojonuda! Y, ya que estamos, me encantaría que las estructuras de "El lugar" las plasmase Santiago Caruso (o Tsutomu Nihei, ya puestos).
Sí, sí jajaja últimamente, con los libros de pocas páginas duro 2 días XD Curioso como por unas páginas me imaginé los perros, el más grande como hombre lobo y al protagonista como una especie de vampiro o gárgola.
ResponderEliminarMe encantan los libros ilustrados. Apoyo la idea.
Poy
Para los "levreristas" mi recomendación sería "Conversaciones con Mario Levrero", aparte de un catálogo de sus filias y fobias es un maravilloso manual de escritura con una serie de consejos prácticos alucinantes como el "escribir mal" o la necesidad de escribir desde las imágenes. 100% recomendable:
ResponderEliminarhttps://edicionescontrabando.com/libro.php?l=112
Bueno, Oriol!
ResponderEliminarAcabo de terminar "La ciudad".
El lado bueno: primera novela, escrita con 25 años, clima desasosegante y absurdo muy logrado
El lado no tan bueno: cierta impresión de relato "algo estirado" y el final (no me ha terminado de convencer, pese a que cuadra muy bien con el absurdo de las páginas anteriores)
No sé si bueno o malo: influencias muy muy evidentes (Kafka, obviamente, pero también Onetti, Sábato, etc)
Pero sí, es un libro recomendable y buscaré el resto de la trilogía. Me habéis convencido!
Un abrazo, compay!
Totalmente de acuerdo con lo que dices, Koldo. La siguiente novela, “El lugar”, es todavía mejor que esta, ya verás. ¡A disfrutarla!
ResponderEliminarUn saludo.