Idioma original: español
Año de publicación: 2018
Valoración: a quién le importa lo que yo haga (a quién le importa lo que yo diga)
Un momentito. Acabo una carta y empiezo:
Queridos responsables de promoción de las editoriales. Primero de todo agradeceros las copias que de vez en cuando me enviáis, aunque a veces los libros no acaben de gustarme. Ya sabéis lo de la coherencia y la independencia a ultranza de este blog. Solo un detalle a comentaros: cuidado con exagerar con determinadas obras. Ya sabemos que habéis de vender libros y que los super-ventas (se dice) pueden permitir acometer proyectos más artísticamente arriesgados. Pero cuidado con las expectativas. Y con lo que ponéis en las fajas, ya de paso.
Pues eso. Que las grandes expectativas son un arma de doble filo. Cuidado si estas son exageradas (una de mis valoraciones alternativas para el libro era : Dembélé).
El resultado es, entonces, la desazón. Bueno, si uno ha leído todas esas críticas inflamadas y ha leído esos tweets con menciones a pasajes del libro (uno en concreto fue el que hizo que me decidiera a leerlo) como si Ordesa fuera EL PUTO FUTURO DE LA NARRATIVA, lo de desazón puede que se quede corto. Hablemos de decepción, hablemos de engañifa, hablemos de cabreo, de un cabreo de dimensiones considerables.
Lo he de confesar: desde la página 24 o así tenía claro lo que pensaba de este libro. Las 363 adicionales (interminables) solo lo han corroborado y, eso sí, me han permitido hacer acopio de montones de ejemplos por lo general bastante sonrojantes, que voy a usar más que nada para a) demostrar que he leído todo el libro y b) hacer un poquito llevadera esta reseña que, a la fuerza, va a resultar un poco reiterativa.
Pág. 84.
Eran guapos. Los dos eran guapos. Por eso estoy escribiendo este libro, porque los estoy viendo.
Los vi entonces, cuando eran guapos, y los veo ahora que están muertos.
Que mis padres fueran tan guapos es lo mejor que me ha pasado en la vida.
Vilas se muestra incapaz de parar en la descripción de obviedades. Su prosa es formulaica. Frases sueltas, ideas poco floridas, de esas que algún reseñista sobreexcitado llamaría dardos o flechas o vete a saber qué. Otros podemos decir que algunas son frases para jarras de Mr. Wonderful. Unas cuantas de ésas y entonces, patapum, frase larga que apuntala y desarrolla y aglutina los conceptos y mirad cómo me extiendo. Y conclusión final, a modo de remate. Una y otra vez. Esa combinación busca abarcarlo todo. No hay duda de ello. Pero hay capítulos que parecen redacciones de alumno de ESO. Manolito: escríbeme un folio sobre alguien de tu familia.
Pág, 219
Los muertos anónimos están libres del ridículo del paso del tiempo. No fueron motivo de fotografías recordadas. Son nadie, son viento, y el viento no hace el ridículo.
Y vuelta a empezar. 387 páginas de insistencia narcisista (o de otro tipo, otra de mis valoraciones posibles era: onanista), de un narcisismo masoquista, como si fuera el único que ha perdido a los padres y se ha separado y vive la crisis de la media edad. Como si ello fuera suficiente para mostrarlo al mundo, para convencer a alguien más que a familia y amiguetes para que te lean. Coño, escribe un blog, confórmate con eso, como hacen muchos. Porque forzar cada acto de la existencia humana como una analogía de la trascendencia es risible. El pasaje que mencionaba el tweet hablaba de atar una bolsa de basura como una especie de catarsis de la existencia. Qué pretensiones, madre. No es una opinión mía. Es un hecho. O es que el extremo de banalizarlo todo es teñirlo todo de sentido del destino. Al final, uno acaba pensando que se trata de una simple falta de madurez.
Este libro es, por todo ello, un absoluto desastre. Este libro, semblanza autobiográfica que no moviliza al lector salvo, especulo, por curiosidad morbosa, rollo reality-show, me ha traído a la cabeza a Loriga, a Pérez Andújar, a Trueba. Mediocres por distintos caminos, pero escritores de los que nadie se acordará en el futuro.
Este libro es, por todo ello, un absoluto desastre. Este libro, semblanza autobiográfica que no moviliza al lector salvo, especulo, por curiosidad morbosa, rollo reality-show, me ha traído a la cabeza a Loriga, a Pérez Andújar, a Trueba. Mediocres por distintos caminos, pero escritores de los que nadie se acordará en el futuro.
Pág. 197
No puedes renunciar a la catástrofe, es el gran orden de la literatura, el viento de la maldad y el viento de todas las cosas que han sido.Qué pesao con el viento. Obviamente, Vilas también tiene como ejemplo a Knausgard. Me lo va a negar. Solo espero que algunas de las elipsis de este libro (adolescencia, matrimonio, relación con el alcohol) no sirvan para eventuales nuevas entregas. Pero Knausgard, al menos, escribe con fuerza y convicción, puede que hasta con chulería. Vilas combina momentos de complejo de inferioridad con arreos de intelectual sensible y esa combinación no funciona. NO FUNCIONA.
Pág. 17
Antes la vida valía menos. Ahora vale más.
Sí: página 17. Ver lo que quedaba por delante me ha causado cierto desasosiego. Porque una de las características (la cuarta de mis valoraciones posibles era estéril) de la literatura ha de ser interesar, interesar lo suficiente como para seguir, ya puestos, seguir hasta la 361 en que el autor nos regala 26 páginas de epílogo poético como para recordar que es un gran narrador pero también un gran poeta. Poesía, interpreto para este caso, es coger un párrafo en prosa y recortarlo de forma caótica para que uno piense que, en vez de leerlo ha de recitarlo.
Pág. 371
El poder en todo tiempo siempre igual a sí mismo.
La historia humana en todo tiempo como ya fue hace tiempo.
El mismo tiempo siempre.
Repitiéndose la esencia de España, la esencia del mundo grande.Vilas, por eso, es el típico escritor que genera cierto efecto de llamada. Algún pesado (me viene a la cabeza Risto Mejide), lee un libro así, se entera de su inexplicable exitazo, y piensa qué guay, que sencillo, ser escritor no parece difícil, yo podría intentarlo.
Pág. 29
Los muertos no fumanPero a mí, sobre todo, me ha venido a la cabeza otro plasta: Albert Espinosa. Otro maestro de la repetición y la vuelta una y otra vez sobre el mismo registro.
Luego pasa lo que pasa.
Con Sant Jordi aquí al lado, alguien tenía que decirlo.
Totalmente de acuerdo, hay que tener cuidado con los comentarios de las editoriales. Lo empecé a leer porque soy de la misma tierra que Manuel Vilas, pero no pude pasar de la página 50, y además tengo una edad que si no me gusta el libro en las primeras páginas lo dejo y a otro.
ResponderEliminarMenos mal que estáis vosotros, García Martín y poco más en España como críticos independientes, no palmeros al servicio de las editoriales. Se puede discrepar y replicar (obviamente, y para eso están los comentarios), pero vuestras críticas son siempre creíbles e independientes..., y eso ya es muchísimo en los tiempos que corren. Gracias.
ResponderEliminarEste libro es un auténtico "bluff" y es bueno que algunos críticos independientes digan qué es lo que hay en este montaje editorial. Enhorabuena por la reseña.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu reseña, Frances Bon. Tu crítica es simpática y con un sentido del humor un poco desesperado.
ResponderEliminarLos párrafos que transcribes como muesta del relato son espeluznantes y para echar a correr. Hay gente muy osada.
Te felicito por tu sinceridad.
Un saludo
Ese "Antes la vida valía menos. Ahora vale más" parece extraído de un discurso de Rajoy! Vaya tela haberte tragado todo el libro. En fin, buen trabajo desenmascarando "el libro del año".
ResponderEliminarMadre mía, lo difícil que es hacer una buena reseña de un libro malo. Chapeau!
ResponderEliminarBueno, hubiera sido interesante comparar a este Vilas (que no he leído) con el Gran Vilas de ese precioso libro que es "España", o con su poesía, al fin y al cabo la voz de Vilas es una e inconfundible. Lo de Espinosa es un poco con calzador. La reseña, un poco a lo Malherido, que tiene gracia cuando lo hace, o hacía, Olmos.
ResponderEliminarUn saludo
¡Menudo favor me han hecho!Estuve a punto de llevármelo un par de veces, y salí de la librería con sentimiento de culpa por no comprar la joya literaria del año, el futuro premio Nobel.... pensaba que lamentaría toda mi vida no haberme llevado la primera edición de la joya...
ResponderEliminarEsta noche dormiré tranquilo. ¡Gracias!
La verdad es que agradezco bastante esta reseña. Me ha costado dios y gloria terminar de leer este libro, mientras lo veía recomendado en todas partes y por todo el mundo. No podía evitar pensar: "¿seré rara?", "¿seré yo?",...
ResponderEliminarSiento cierto sentimiento de culpabilidad, porque no me cabe duda de que Vilas debe ser un poeta excelente, lo cual no da de comer, reconozcámoslo. Pero por mucho que merezca ganarse mejor la vida como escritor, los lectores de prosa no tenemos la culpa.
Además de la pereza que me causa ese victimismo, negatividad y fatalismo a lo largo de toda la narración, en una vida que no es especialmente mala, por mucho que el Sr. Vilas se empeñe.
A veces las editoriales son grandes culpables de que la gente no lea, curiosamente.
¡Gracias de nuevo, Francesc!
Me lo habían recomendado bastante, pero su crítica negativa es lo que más me anima a comprarlo. Gracias.
ResponderEliminarGracias por quitarme ese peso que tenía desde el día que allá por la página 190 lo mande al rincón de libros mal recomendados, por insoportables.
ResponderEliminarGracias a todos por los comentarios, y espero que, conforme las ediciones se sucedan y el globo se hinche, la gente acuda a leer esta humilde reseña, aunque sea para chincharnos haciendo lo contrario. Y no suelo repetir en meses con autores que me decepcionan de forma ta profunda como este, y no sé no sé yo si un libro que se titula así: "España", no sé si me pilla en el momento adecuado. C'est la vie.
ResponderEliminarReseña de amargado , las mejores! Mañana me compro “Ordesa”. Me gustó mucho “America” y el de Lou Reed, estaba esperando a la Feria del Libro, pero las reseñas de amargados graciosillos me ponen , y Vilas seguro que no me decepciona.
ResponderEliminarFrancesc, que te haya entrado Vilas por el otro lado se puede entender. Pero no dejes de leer “España” por fobias que nada tienen que ver con lo literario. No fotem, home!
ResponderEliminar¿Una reseña hecha por la persona por la que descubrí a Spanbauer? No, no es la reseña de un amargado. No tengo ninguna necesidad de hablar bien de nadie, pero me fío mucho de la persona que firma esta crítica.
ResponderEliminarEsta es la reseña de alguien que todavía no ha tenido que enterrar a sus padres, ni sabe lo que es estar jodida después de los cincuenta y a mitad del camino. No entiendo las citas que se usan para desacreditar al autor. Pero claro como soy una señorona que lee y aprecia el uso de las palabras, y estudié la EGB y entiendo los recursos poéticos como la repetición para dar ritmo al texto....tal vez Vilas sea la lectura ideal para aquellos que entienden el sufrimiento ajeno y comparten la desazón de una época. Supongo que el rechazo a este libro es porque el crítico todavía no ha resuelto la relación con sus padres, ni el camino de sus propia existencia. Uno se aburre de este libro cuando no sabe qué hacer con el paso del tiempo y la vejez de sus progenitores...el vértigo vital da mucho rechazo. A los padres siempre los pateáis, reales o literarios os aburre la gente normal que ha vivido. Cuando mueran tus padre te acordarás de Ordesa y no querrás incinerarlos. No lo olvides. Puedes detestar la forma, pero no el fondo de lo que cuenta este libro, si te gusta pensar y leer a la vez.
ResponderEliminarDando por bueno que estudió usted la EGB, debería saber que esas alusiones personales son de pésimo gusto.
ResponderEliminarSeñora (o lo que sea): es usted una maleducada.
Pues muchas gracias por los nuevos comentarios. Parece que nos encontramos, por fin, ante una cierta diversidad de opiniones. Defensores tan convencidos que, mira por donde, sobreexcitan su imaginación y especulan sobre la situación personal de alguien tan osado como para leer un libro y opinar sinceramente sobre él. Especulaciones realmente descabelladas, a la par que lamentablemente erróneas, pero claro, perdonad que yo no sea Vilas y esparza mi vida a los cuatro vientos para capturar a lectores proclives a ello. Es lo que tiene el rollo cursi y sentimentaloide. Muy libres de picar el anzuelo, claro, cómo no.
ResponderEliminarNo me entusiasmó el libro, pues es bastante monótono. Pero tampoco merece una critica tan feroz. Por supuesto que vivir tres perdidas, tres lutos, ya que una separación lo es y más con hijos de por medio, merece no uno, sino muchos libros. Provoca un dolor tan grande que te destruye y te tienes que reconstruir. Eso es lo que intenta Vilas, a corazón abierto, y ese es su merito. Sin interponer la ficción a modo de escudo. Que no sea el único que ha pasado por eso no justifica tu descalificación. Todos los autores hablan de si mismos y las miserias humanas son siempre las mismas. La verdad, quiza no sea la novela del año, pero tú crítica te aseguro que tampoco, pues también te repites bastante en tus argumentos y te falta rigor. Por cierto que decir que no vas a leer un libro porque se titula España muy propio de un crítico imparcial y amante de la literatura no es.
ResponderEliminarA mi no me interesaba Vilas y sigue sin hacerlo, pero quiero aclarar algo con respecto al gremio de los amargados. Desde que los manuales para el buen nihilista neoliberal, o sea, los libros de autoayuda ganaron éxito, los amargados adquirimos una definición mucho más elocuente, subimos de grado, ahora somos: personas tóxicas.
ResponderEliminarAsí que ya vale de menospreciar nuestro poder maligno cuando somos capaces de cosas tan aberrantes como elegir qué leer y qué no.
Hola a tod@s. Después de leer vuestros comentarios ( muy variados y amenos, por cierto), quiero aportar algo yo. He leído con interés la reseña de Francesc por dos razones principalmente: porque no tenía ni idea de quién hablaba, y porque me ha gustado su argumentación.
ResponderEliminarPor mi vida personal no estoy muy al día de las novedades, y me ha sacudido de lleno este título, y el bombo que se le ha dado. ¿Cómo es posible que vaya todo tan rápido o haya tanta información que no me entere de nada?
A mí me gusta cómo ha argumentado Francesc porqué le ha defraudado el libro. Me ha recordado el estupor que he sentido algunas de las últimas veces que he abierto un libro de la llamada nueva poesía, llena de un narcisismo simplón y de obviedades vergonzosas.
Hay un generador de frases de Paulo Coelho en Internet con el que las personas hacen frases ridículas, del tipo: hoy es jueves, o sea que mañana viernes. Es una broma, y es muy divertido, pero si un libro que está plagado de semejantes memeces se lleva tales halagos, entiendo el desconcierto, y hasta cierto enfado.
Otra cosa es la que hay que saber distinguir entre lo que se cuenta y cómo se cuenta. Quim Monzó tiene un cuento sublime sobre un hombre que mira por la ventana. Pero podemos tener la mejor historia del mundo y no saber contarla.
Si este hombre ha tenido muchas pérdidas en su vida y quiere contarlo, pero hace una m..y lo digo, ¿ es que no entiendo el sufrimiento ? Me parece que no tiene nada que ver.
Respecto a lo que dice Interlunio: los amargados tenéis un gran poder. Después de oir a Rafael santandreu en la radio, quise volver a tener 20 años, pero además esta vez midiendo 1,75. Vino una persona amargada y tóxica que me dijo que no sólo no iba a pasar jamás, sino que mejor me dejara de gilipolleces y me fuera a trabajar. Saludos
Tras varios años constatando a diario el amor a la literatura, la ausencia de prejuicios y la independencia de criterio que destilan los críticos de ULAD, debo decir que "¡Ole ahí!". Debo decir que Francesc no me ha parecido jamás un amargado ni un "poseur" y que TIENE TODO EL DERECHO DEL MUNDO A CAGARSE EN LAS MUELAS DE TODO AUTOR QUE LE DEFRAUDE. Resulta curiosa también la presencia de algunos comentarios sospechosamente afectados hasta la médula por la crítica. Una militancia que confunde y que me recuerda a la de los defensores de ese pestiño llamado "Patria"
ResponderEliminarNi caso, Francesc.
Pues vaya: me estáis haciendo recuperar la sana costumbre de responder a tiempo los comentarios. Gracias por los de hoy. Agradezco sobre todo que la gente ya nos otorgue cierta autoridad y cierta responsabilidad, pero no hay que tomarlo muy en serio. Somos lectores compartiendo opinión en un entorno, parece, relativamente amplio en el tamaño y, espero, en las miras. Y perdonad a veces ciertas licencias. Lo de evitar leer a un escritor que me ha defraudado y en un libro cuyo título no me evoca nada bueno, pues es eso, una licencia a la que creo tener derecho. Ni que fuera con una camiseta amarilla, oiga.
ResponderEliminarLa verdad es que me ha sorprendido esta crítica acerba sobre esta novela que tenía pensado comprar y leer. Ahora dudoven que vaya a hacerlo. Sí un lector-consumidor se gasta 20 euros en un libro, y éste le ha decepcionado, ¿no puede devolver el libro en la librería dónde lo adquirió? No sé sé van a coger. Ha tenido mala suerte como lector-consumidor. Tan solo pidrp intentar venderlo como objeto de segunda mano en alguna página de Internet, y con una gran pérdida de su valor. Gracias por la crítica.cme has ahorrado lo que vale el libro. Y odio la llamada literatura del yo, que no es otra cosa que biografía camuflada de literatura.
ResponderEliminarMe resultaron sorprendentes algunos comentarios por el nivel de agresividad. Es sólo la opinión sobre un libro.....no la interpretación de las sagradas escrituras! Además me parece poco honesto refugiarse en el anonimato si se van a decir enormidades del tipo “ya te acordarás de Ordesa cuando mueran tus padres”.
ResponderEliminarGabriel
Ay, Francesc, qué alivio leerte. Qué alivio saber que alguien comparte conmigo la sensación de que este libro está inflado y sobrevaloradísimo. No lo dices tú pero lo voy a decir yo: es un truño de libro. Mira que es difícil, pero no conseguí ni terminarlo. Coincidió que hace un par de días venía el propio Vilas a presentar el libro y allá me fui a intentar que me convenciera de que estaba equivocada y que bien podría valer la pena el esfuerzo de terminarlo. Pues no. Escucharlo me produjo el mismo aburrimiento que leerlo. Y la misma incomprensión ¿de verdad este libro está teniendo éxito? ¿de verdad conmociona tanto a quienes lo leen? No será que no he leído libros del "desgarro" y de duelo. O será por eso, que leo mucha autoficción y resulta que hay libros inmensamente mejores y este me ha dejado fría y pelín anonadada por su poca consistencia, tanto narrativa como de contenido. Hasta me ha dado rabia que tengo el blog en standby porque habría querido dejar constancia de mi decepción.
ResponderEliminarHay tanta gente aplaudiendo este libro que me pregunto cuánto hay ya de postureo y cuánto de criterio lector propio.
Gracias, Francesc ;)
Un abrazo
Es horroroso, mal escrito, peor redactado, y sobre todo, es BLANDO. CURSI. REPIPI. Y sin ningún interés ni capacidad de crear empatía con los dramitas del autor. Un timo literario perfecto.
ResponderEliminarLa crítica más exigente, que para tu desgracia es independiente y objetiva, ha puesto el libro por las nubes. Lo ha puesto por las nubes, como han hecho los lectores, porque es un gran libro. La envidia y la insatisfacción mejor que te la cure un psicólogo. Tu rabia ante el éxito del libro me parece que no tiene cura.
ResponderEliminarPropongo un juego a los responsables de este blog: la semana de la crítica a ciegas!
ResponderEliminarLa idea no es nueva: se trata de forrar la portada y contraportada de un libro de vuestra elección, así como las guardas y todo elemento que nos pueda dar pistas de la mano criminal que se atrevió a escribir aquello. Y le pasáis el libro a reseñar así bien tapadito a uno de vuestros colegas. Preferiblemente una novedad.
Preferiblemente un libro alabado por la Santa Crítica a la que tanto criticamos.
Buenas tardes, y gracias de nuevo por los comentarios: pues seguimos con esa especie de enconizada lucha entre defensores del libro (mucho Anónimo ahí) y detractores, que parecen menos temerosos de ser identificados.
ResponderEliminarSi que me deja bastante mosqueado la profusión de alusiones personales. Como si cuando he mostrado entusiasmo por algún libro no envidiara también a su autor. La envidia y el resentimiento y la amargura son tan universales, queridos. Esto, es, básicamente, un blog de lectores intercambiando experiencias, con alguna pequeña ventaja para los que disponemos del soporte de este altavoz. No me molesta que me acusen de cosas. Sé porqué leo lo que leo. Pero sí que me molesta que se engañe al lector, mira por dónde. O que se le venda gato por liebre. Y tengo una cierta experiencia con la literatura de la pérdida. O sea: Giralt Torrente en Tiempo de vida, bien. Javier Cercas en Anatomía de un instante, bien. Pero la Busquets, o este... vamos.
Y Adrià: por las logísticas cuestiones de la dispersión geográfica de los miembros del blog resulta imposible organizar y llevar a cabo tu experimento. Resultaría interesante pero no va a poder ser.
Un poco de calma, lectores, quizás yo no he atinado nunca plenamente con ningún libro y por eso siempre cuento con que me va a hacer falta una podadora mental para extraer satisfacción de mis lecturas. Así he leído éste y otros incluso más fajudos y he encontrado pasajes conmovedores, poéticos y reveladores. Que he pasado con la podadora por las puerilidades y absurdos, pues también, pero entiendo que son impresiones sin elaborar que son potestad del que escribe. Con los fragmentos 'gustavo de básica' sencillamente me he reído. Reconozco que me han irritado los pseudónimos a lo melómano, pero mi balance es positivo. Si les ha horrorizado tanto esta lectura es que esperaban algo más profundo y cabal, que conecte más con su propia historia, pues ánimo, ¡escríbanlo!
ResponderEliminarAbsolutamente en desacuerdo con la crítica de Bon. Ordesa es un libro interesante, muy interesante diría yo. La profunda huella que un padre tan aparentemente plano deja en un hijo está contada con solidez literaria. Quizá es que tengo una edad parecida a la Vilas y en alguna de sus experiencias vitales me reconozco. A lo mejor alguno de los que desprecian ahora este libro lo apreciarán en el futuro. Con tpdo el respeto, por supuesto, a otras opiniones.
ResponderEliminarHola a todos
ResponderEliminarEl libro me ha encantado y luego también he leído otro titulado “El hundimiento” que es de poesía. Creo que este escritor tiene un estilo muy personal y llega a la gente. Ha sido la mejor recomendación de la temporada.
A veces las reseña de este blog orientan pero esta me ha dejado sorprendida porque el libro es muy especial y a la gente corriente nos llega. También me gustó “Patria”. Ambos escritores tienen trayectoria, no creo que sean inventos editoriales.
“Ordesa” quizás sea un libro para gente corriente que le gusta leer, y se lo estoy recomendado a todo el mundo, incluso a los que leen poco. Y me alegra que libros literarios tengan repercusión. Espero que no les sonroje mi comentario. Gracias .
Con este escritor no logro empatizar, no me llega en absoluto, estoy intentando llegar hasta la última página porque tenemos un club de lectura (en la biblioteca Zambrano del Cervantes en Roma) en el que hablaremos de "Ordesa". Por ejemplo, teniendo yo a un niño de tres años y medio, encuentro espeluznantes frases de Vilas como "Podría haber hecho más en los últimos tiempos... Mis hijos me pagarán con la misma moneda, así que cuenta salada" (p. 216). Tiene dos hijos y podría gozar de ellos en vez de reproducir los mismos desencuentros vividos con sus padres. Le sobran páginas a este libro, muchas páginas. Acabo de leer a Santiago Alba Rico, su obra "Leer con niños" y allí he encontrado mucha sabiduría, amor a la vida, al medio ambiente, al relato. No tiene nada que ver aquí la comparación con Alba Rico pero para mí la lectura es una sucesión, no un hecho aislado y he leído a Alba Rico justo antes de Vilas y ahora la lectura de Vilas me parece todavía más aburrida.
EliminarMe llamo Catia Argirò, no sale arriba
EliminarA duras penas llego a la página 230 de Ordesa que cada vez me resulta más indigesto. No consigo entender su éxito editorial y ,dado que ha sido tan grande, busco una opinión que coincida con la mía. Entonces encuentro tu crítica con la que me siento absolutamente identificada. Has dado en el clavo,Francesc, y no sabes como te lo agradezco porque estaba empezando a sentirme bastante marciana. Lo de las tazas de Mr Wonderfull me ha llegado al alma. Yo no hubiera sabido decirlo mejor. Y que conste que del libro me han gustado un par de capítulos y algunos párrafos, y que tampoco me niego a leer otras obras de Vilas. De momento a ver si soy capaz de acabar con esta que me está proporcionando una absoluta decepción.
ResponderEliminarGracias por tu opinión. De ahora en adelante voy a leerlas todas.
Muchas gracias por los comentarios y por la sana y didáctica discrepancia. Aunque la balanza anda equilibrada diría yo que el término sobrevalorado empieza a tener cierto peso aquí.
ResponderEliminarSeñores, no conozco al reseñador pero estoy 100% de acuerdo con él. Me leí el libro entero por recomendación de terceros y me pareció autocomplaciente y plañidero en extremo. Espero que no venga ahora alguien diciendo que los que lo criticamos no hemos perdido ningún familiar o tenemos sensibilidad atrofiada, no tiene nada que ver con eso sino con que hay poco tiempo para leer y libros maravillosos. No me explico su éxito aunque entiendo que haya lectores les guste este tipo de literatura masoquista. El autor encaja perfectamente en la categoría de brasas, su tono elegíaco se me hace insoportable y artificialmente simple, no sencillo. Pérdida de tiempo. Mejor ver la tele.
ResponderEliminarPues yo lo he leído y me ha encantado. Y lo recomiendo vivamente. Cada capítulo, y son breves, tiene algo interesante. Será que soy, como han dicho anteriormente, gente corriente. Menos mal que no busqué antes la reseña crítica, seguramente entonces no lo habría leído...y por eso siempre primero leo y luego miro las críticas. Grande Vilas, a partir de ahora tienes un incondicional. Y no me parece ni masoquista ni elegíaco, me parece magistral, y mucho mejor que ver la tele. Literatura de la buena y al alcance de todos.
ResponderEliminarSoy el Anónimo del 1 de julio.
ResponderEliminarCansa el argumento de si es para gente corriente esgrimido como sinónimo de calidad (que si el butanero de mi barrio se lo leyó y le gustó, que no conocéis la pérdida de seres queridos, que estoy en los cincuenta y he sufrido dos divorcios, etc.) Que el autor conoce el oficio, bien. Que emplea el viejo truco de frases dignas de ser halladas en galletas de la suerte, también. Que el tono del libro es elegíaco, esto es incontrovertible (según RAE, elegíaco; lastimero, triste). Se queja de la pobreza y humildad de su infancia pero según él mismo cuenta en el libro nunca pasó hambre, los padres le pagaron el piso y la carrera en Zaragoza y fue funcionario durante 20 años. Si eso, y lamentar continuamente la pérdida de los progenitores, no es elegíaco ¿qué lo será?.
¿Que os gusta? Me parece perfecto, hay libros peores. Que los expertos en mercadotecnia editorial quieran colarlo como revolución literaria origínalísima y que parte del público caiga en la estrategia a estas alturas, no sorprende. Ojo, entiendo que haya buenos lectores a los que les guste pero ¡¡que lo vendan como vanguardia renovadora literaria!! Este es el problema, sus pretensiones. Hay otros escritores extranjeros que hacen lo mismo, la autoficción no tiene nada de novedoso.
Aburrís. Lo de entresacar frases para ridiculizar un texto me alucina. Más que lo haga alguien que se da infulas de crítico literario. Los libros, le informo, funcionan como un todo.
ResponderEliminarY lo de enfrentar la opinión de un libro oponiendolo a la opinión de la faja o del crítico amigo ya cansa. Y mucho
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias por los comentarios. Me sigue fascinando que el libro provoque reacciones tan encontradas, con lo cual le agradeceré (aparte de su indiscutible acicate al insomnio, la depresión, y la crisis de la mediana edad) sirva de pretexto para aliviar la modorra propia de la equidistancia (los del "lo importante es que se lea" y bla bla bla, ejército de la tibieza cuyas filas preferiría no integrar). Gracias, @granvilas. (No es broma, el tío se llama así en Twitter)
ResponderEliminarPues tengo que decir que coincido con Francesc en su valoración del libro: yo no conseguí pasar de la página 40. Me parecía todo vacío, pretencioso, inconexo, y la autocompasión constante no me resulta nada interesante, la verdad. Tampoco entiendo que tenga tanto éxito, si no es porque se ha mencionado en televisión, y eso siempre es un plus...
ResponderEliminarPues Santi, podrías haber tenido otra opinión y la hubiera respetado, pero coincidir contigo me alegra particularmente, y comentarlo en persona más aún. Inexplicable el caso que se le está haciendo y prepárate para las listas de lo mejor del año de algún medio.
ResponderEliminarYo le pregunté si se había inspirado en el libro de Richard Ford "Entre ellos" publicado en Usa en 2017y de temática parecida, pues en las entrevistas contestaba lo mismo que Richard Ford cuando presentó su su libro y el gran Vilas no me contesto
ResponderEliminarUh. Esperar que te conteste, con los niveles a los que está (inmerecidamente) siendo elevado. Por favor. Yo no consigo que me conteste ni Soto Yvars.
ResponderEliminarMás basura vendida como "literatura magistral", como el libro aquél infumable de Milena Busquets... pues éste es parecido: simplón, repetitivo, inflado, superficial... lo que más me llama la atención es que teniendo entre manos un tema tan poderoso como el del duelo (y por los padres, además), estos autores supuestamente con oficio y ya cierta trayectoria se conformen con un acabado tan mediocre y un estilo tan poco cuidado, como si lo hicieran a posta para satisfacer el gusto de unas masas habitualmente no lectoras: es decir, van a lo fácil, a lo ramplón, a vender y a seguir contribuyendo con la estupidización general.
ResponderEliminarUy: la Busquets y el Vilas por fin surgen juntos en un comentario. Deberían quedar en algún café y tomarse unas copichuelas a costa del ejército de incautos a los que ellos, y sus editores, han embaucado.
ResponderEliminarMenos mal que este y el bodrio de la Busquets los saqué de la Biblioteca Pública y no los compré.¡ cóm nos engañan!
ResponderEliminarYo creo que le vino la idea cuando Richard Ford escribió sobre sus padres "Entre ellos", este libro salió en Usa en 2017 y Vilas siendo profesor de escritura allí debió tener conocimiento de dicho libro y su argumento. no he leído el libro de Richard Ford pero si he visto y oido las entrevistas que le hicieron sobre ello y viendo las de Vilas este ha copiado totalmente lo que responde Ford cuando le preguntan. Estoy segura que lo que cuenta Ford en "Entre ellos" es mucho más interesante y esta mejor escrito.
ResponderEliminarEs una narrativa diferente y como tal no puede gustar a todo el mundo. La manera de tratar los temas me parece novedosa y a veces brutal, por su sencillez, sin artificios. Tardé mucho tiempo en leer este libro, precisamente por las buenas crìticas que tenìa, pero reconozco que me ha gustado.
ResponderEliminarMe gustaría saber la edad de los que están a favor y en contra del libro. Igual nos llevamos una sorpresa (o no)
ResponderEliminar.
ResponderEliminarMuchas gracias por la reseña y los comentarios de los lectores, pues me alivian de mi sensación de soledad... ¡No soy el único al que "Ordesa" le ha parecido una estafa, un timo de la estampita!, ¡exijo que el autor me devuelva los 18 pavos que me gasté!
Vale que uno se puede hacer las pajas mentales que le venga en gana y darles forma de libro, pero si éstas vienen cargadas de cursilería, de idioteces, de naderías y de llantitos (es sonrojante que el tal Vilas este se pase la vida quejándose de provenir de una familia pobre, cuando en absoluto es verdad) es inadmisible que se pongan a la venta. Es una sinvergonzonería editorial.
Si "Ordesa" ha sido considerada la sorpresa editorial del año, el volver al refugio de los clásicos es hoy más que nunca necesario.
:-(
Me acabo de comprar el libro por lo que no puedo opinar. Pero sí diré que ni todos buscamos lo mismo en la vida, ni tampoco en la literatura. Existen autores de técnica magistral que por más que respete no me interesan para nada. Si de entrada se odia la novela intimista, difícilmente podrá gustarles Ordesa, pero entonces la crítica me parecerá injusta. Me encantaría, por pura curiosidad, saber qué entienden por profundo los que tildan a Vilas de superficial.
ResponderEliminarQuedan en la periferia autores como Jiménez Lozano, Hidalgo Bayal o Eduardo Alonso. Medio olvidados.
ResponderEliminarNo creo que Ordesa sea merecedor de tanta y apabullante hipérbole. Sí, mediocre como los escritos de Busquets y Espinosa. Pero a la gente le gusta lo que ve anunciado y acude.
De hecho, nadie se separa ni pierde a sus padres ni tiene conflictos con los hijos, sólo este narrador. Todo muy pretencioso y huele a impostura la recreación. Mucho. Y penosamente escrito. No siempre la repetición crea prosa poética, a veces es ridícula.
Al anónimo del 26: la profundidad, ejem, de Vilas es muy superficial; la ramplonería aparente ( si le resumo el argumento se echa a reír) de la novela Stoner de John Williams, por poner un ejemplo, es muy profunda. Pocos salen igual de su lectura, especialmente de sus últimas páginas. Léala y a lo mejor lo entiende. Es una cuestión de estilo, no de los temas tratados.
ResponderEliminarBueno: he de reconocer que asisto atónito al desigual duelo entre quienes no le encuentran nada bueno a este libro y aquellos que lo defienden con algo parecido a la convicción. Entonces, si vende a cascoporro y ha seducido a los críticos (de ciertos medios), ¿en qué lugar estamos los que escribimos en ULAD y los que leen ULAD? somos unos iluminados, o somos los que piensan que son los demás los que van por la autopista en contra dirección.
ResponderEliminarGracias por los comentarios.
Música, poesía, dolor, abandono, desamparo. Eso es Ordesa. Hacer literatura con un lavavajillas me parece magistral.
ResponderEliminarOrdesa tieme un estilo propio y original qque necesita que el lector se detenga, aísle y se deje llevar. No todo el mundo lo consigue.
Gracias por el blog
Sé que llego un poco tarde a este libro, pero no me quería quedar con las ganas de decir lo que pienso que, básicamente, coincide con el autor del blog. Firmo casi al 100% su crítica pues, la verdad, el libro me parece un auténtico timo (uno más) hinchado hasta límites insospechados por unos ¿críticos? paniaguados.
ResponderEliminarHe leído últimamente tres libros que se podrían encuadrar en el mismo estilo que Ordesa: Tiempo de vida de Giralt Torrente, El olvido que seremos de Faciolince y Honrarás a tu padre y a tu madre. Los tres son infinitamente más creíbles, están mejor redactados y, lo más importante, llegas a empatizar con los sentimientos de los diferentes autores. Para mí el mejor es el Giralt Torrente, con diferencia, al de Faciolince le sobra almíbar y al de Fallarás rabia. Pero cualquiera de los tres es una obra maestra comparado con Ordesa.
He leído con interés su crítica y entiendo que los excesos emocionales provocan las reacciones más encontradas, el entusiasmo o el rechazo absoluto. A mí el libro me ha parecido muy hermoso. Desgarrador, compasivo, rudo y delicado a la vez. Me gusta sobre todo porque creo que describe a la perfección el dolor del duelo, porque es un libro que hace daño y a la vez purifica del propio daño. Tal vez la única pega que le pongo es que podría haber sido algo más corto y menos insistente: a la hora de hablar del sufrimiento, lo bueno si breve dos veces bueno. De todas maneras el libro me ha encantado. Muchas gracias por la crítica:tiene que haber opiniones para todos los gustos.
ResponderEliminarLlevo cuatro años de duelos por familiares muertos y este libro me ha parecido de una autenticidad emocional increíble. Me ha gustado el esforzado ejercicio de arrancar la hojarasca retórica a la expresión literaria del dolor y la orfandad que realiza Vilas, porque realmente, cuando estamos con ese duelo, no utilizamos esa forma de hablar y pensar tan filosófica y tan elaborada que vemos en muchas novelas. El defecto que le encuentro a la obra es que, llegado un punto, no da para más y empieza a repetirse.
ResponderEliminarP.D. También yo he estado esquivando esta novela por la gran publicidad que se le ha hecho; por si acaso, la saqué de un biblioteca pública.
¡Gracias, gracias, gracias!
ResponderEliminarPensé que yo era un lector rarito o demasiado exigente o, incluso, de mediocre comprensión y hasta falto de sensibilidad, pues la verdad es que, ante tanta crítica favorable, llegué a sentirme incomprendido al no haber podido acabar este libro tan aburrido, tan reiterativo, tan inconexo y tan sin alma.
No puedo entender tanta crítica favorable y a veces tan hiperbólica.
Me sirve de consuelo constatar que no soy el único que piensa que este libro es un bodrio.
Saludos.
Me alegra leer tu reseña. Yo había hojeado el libro en un par de ocasiones y no me decidía a comprarlo, pero como en varios sitios vi que lo calificaban como uno de los libros del año en castellano, me hice con él, lo he leído y no me ha gustado. No me ha costado un excesivo esfuerzo terminarlo pero me pasó como a tí, que cuando no había llegado a la página cuarenta ya sabía que no me iba a gustar. El victimismo y derrotismo del que hace gala hace sesenta años tal vez hubiese supuesto algo nuevo pero hoy a mí no me dice nada. Tú señalas que una de las cosas que un libro ha de hacer es interesar, estoy de acuerdo, y este no lo hace. A mí ni me ha interesado ni me ha entretenido ni me ha emocionado ni he aprendido, y en ciertos momentos esa queja constante me ha enervado. Como ejemplo tanto alardear de pobre, cuando resulta, según él mismo dice en el libro, que hasta hace no mucho era profesor de secundaria en un instituto público y que si ha dejado ese puesto ha sido porque le ha dado la gana. Frases pretenciosas a la par que vacías se pueden traer muchas, por no hablar de algunos comentarios tras los que piensas si este chico no sabe que casi todos hemos tenido padre y madre. Para que nadie me diga que mi crítica es porque no he pasado por situaciones como las del autor, deciros que soy de su edad, he vivido los sesenta, los setenta, los ochenta... mis padres muertos y hace años me divorcié. En fin, me sorprende que todas las reseñas y críticas en prensa y televisión hayan sido excepcionales y me alegra encontrar lectores que opinen de modo parecido a mí.
ResponderEliminarEl libro es una serie de lugares comunes bastante mal escrito - no tiene hilo conductor ni trama clara - y encima tiene aspiraciones de reflexión profunda. Un bodrio de vacuidad excelsa.
ResponderEliminarGracias por los comentarios, y permitidme que saque pecho de esa brecha que se ahonda entre los que (parece ser que somos más, lo cual no deja de ser chocante) no entendemos el éxito de este libro y lo consideramos enormemente sobrevalorado y aquellos que no.
ResponderEliminarEste libro me parece una obra de arte y hace tiempo que no leía un libro que me gustara tanto. Lo saboreo poco a poco. Una obra de arte
ResponderEliminarLo acabé para convencerme de lo horrible que es. Y conste que tengo a mi padre muerto en 2004 y a mi madre enterrada en julio del 18. Bufff
ResponderEliminarNo he podido acabarlo. Me ha pasado igual que a muchos de los que habéis comentado anteriormente. Si lo hojeas distraidamente encuentras algunos párrafos que llaman la atención. Como a ésto se le tiene que sumar el incomprensible bombardeo publicitario que ha acompañado a esta novela, y el hecho de venderla como una referencia a la pérdida de los padres que muchos hemos tenido... pues acabé regalándolo y que me lo regalaran. Doble arrepentimiento.
ResponderEliminarEs un libro repetitivo que se se copia a sí mismo e insiste en ese estilo, importado de la poesía, de rematar muchos párrafos con frases que intentan ser definitivas, originales o rompedoras, pero acaban cayendo, muchas veces, en el lado del absurdo.
Madre mía, leer que Loriga es un mediocre y que nadie se acordarà de él en el futuro... Me parece ofensivo pero bueno, la tuya es una opinión tan vàlida como otra.
ResponderEliminarSupongo que llego tarde, ya estamos en el 2020, y aún no me había leído este libro tan encumbrado por otros escritores, incluso. La casualidad, o causalidad, ha propiciado que justamente después de leer Tiempo de vida, de Marcos Giralt, cogiera Ordesa. Madre del amor hermoso. He de confesar que aún no he terminado Ordesa, que me está entrando, pero creo que me lo estoy leyendo para ver cómo se pueden llenar tantas páginas a base de aseveraciones ambiguas que, a pesar de algunos comentarios que he leído, ni en poesía servirían. (No hemos de menospreciar a la poesía) Tal vez sea porque el listón de Tiempo de vida ha quedado tan y tan alto, que ya todo lo que lea posteriormente va a ser, a la fuerza, mucho peor. (Y sé que las comparaciones son odiosas, pero es tan grande y hermoso y profundo uno, como superficial, ambiguo, autocomplaciente..., el otro.) Me ha quitado un peso de encima tu crítica. Gracias.
ResponderEliminarSe me olvidaba, me ha parecido una copia... Es tan solo una impresión, supongo que leer el uno detrás del otro ha influido... pero una mal copia, arrogante y ampulosa.
ResponderEliminarGracias por esta critica que me ha reforzado en mi idea de que este libro es un producto sobrevalorado . Supongo que mi escala de valores esta en profunda disonancia con el espiritu de los tiempos, pero este regodeo en el dolor por la perdida de los padres es de una inmadurez tan pueril que da verguenza ajena. Dan ganas de recetarle a este hombre unas cuantas lecturas como " La consolacion a Marcia" o " De la brevedad de la vida" de Seneca, a ver si espabila un poquito.
ResponderEliminarEs 2020 si. Llevaba con este título en la cabeza años y finalmente lo he comprado de bolsillo y menos mal, es horriiiiiible. Hace años que no me encontraba con un libro tan absurdo, tan monótono tan malo (bueno A Flor de Piel de Javier Moro, que vaya truño con la pedazo de historia que tenía entre manos) y que conste que lo he terminado porque cuando empiezo un libro yo lo acabo. Me pregunto a quien podría dárselo porque me parece una jugarreta el hacer a otra persona pasar por esto...;) Gracias, no encontraba nada como "odio Ordesa en Google" hasta que encontré vuestra critica, ¿cómo nos pueden decir que es el libro del año 2018 para Babelia?
ResponderEliminarCreo recordar que lo recomendó en su día el tal Matamoros, ese de Telecinco. Lo que hay que escuchar cuando haces compañía a tu madre, Dios mío. Hay recomendaciones que matan. O tal vez fue el otro, el hijo de la Pantoja. La memoria me traiciona. No hay más preguntas, Señoría
ResponderEliminarme ha gustado mucho el libro. como psicóloga, creo que puede ayudar mucho a mis pacientes. no es un libro para diseccionar frase a frase, sino para comprender el profundidad. La valentía de lo que dice . . .
ResponderEliminarUno no se aproxima a un libro por las reseñas y comentarios de editoriales o personas. Yo me acerque a este libro sin expectativas, como siempre lo hago cuando comienzo un libro, Puedo decir que me reflejo en el. todos pasamos por distintas situaciones en la vida. Es un libro profundo, de dura lectura posiblemente para un escaso publico, pero la ganancia es plena, satisfatoria.
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