Idioma original: Castellano
Valoración: Recomendable
Uno, que es un adicto a eso de escribir terror, y también lo suficientemente masoquista como para presentarse a concursos literarios, está con la antena puesta. Gracias a ello me topé con el I Premio Ripley, un certamen de relato corto de ciencia ficción y terror. La participación en el mismo me quedaba vetada, puesto que en él solamente podían participar mujeres. Por suerte, la lectura no entiende de géneros y he podido disfrutar del libro que se editó sobre el certamen una vez publicado.
En una cuidada edición (con prólogo de Elia Barceló) encontramos compilados un total de doce relatos: los dos ganadores del certamen y diez finalistas. Dichos relatos son breves (su extensión no sobrepasa las veinte páginas) y de lectura ágil. Están bien redactados, sobre todo el ganador del primer premio, Granja-357. También en este sentido quiero hacer una mención honorífica a Perlora. A pesar de que las temáticas se superponen en casos concretos, diría que hay predominio de la ciencia ficción. Apenas tres cuentos los enmarcaría yo como exclusivamente del género de terror.
La mayoría de escritoras no hacen gala de una prodigiosa inventiva en estos cuentos, pero lo cierto es que lejos están de querer innovar. Quizás los más creativos serían Granja-357, Perlora y Androidismo en el tiempo. Las otras propuestas, menos originales, no carecen de corrección y un mínimo desarrollo, y por ello también logran retener nuestro interés. Recuerdo con cariño el toque pulp de El juicio de los Maar-na o de El ojo herido: historias muy vistas, algo maquilladas, de las que nunca te cansas.
Supongo que el hecho de que el nivel general de estos cuentos sea tan alto (recordemos que esto es un concurso) tiene que ver con los altos índices de participación del certamen: 179 relatos fueron enviados a Triskel Ediciones. Había donde elegir, vamos. Tampoco se puede negar que las autoras presentes en el libro tienen capacidades y ambición; les auguro una brillante carrera si a su exigencia y entusiasmo inicial le añaden experiencia y tozudez.
Bien, llegados a este punto, debería hablar de cada relato de forma individual. No obstante, la misma Elia Barceló que temía “tener que prologar una antología que no me acabase de gustar, en la que (...) los relatos no estuvieran a la altura” (miedo razonable para un prologuista) es la encargada de ponerme las cosas a mí, como reseñista, muy difíciles: y es que no hay nada más duro para un reseñista que tener que escribir sobre una obra con un prólogo demasiado eficiente. Este es el miedo del reseñista. Y si saco a coalición esto es porque no pienso que pueda, ni deba, añadir demasiado a lo que ya se nos presenta de estos relatos en el muy certero prólogo.
Para acabar, diré que se puede leer algún cuento, o fragmentos de los mismos, en clave feminista, aunque esta no es la tónica general. En este caso, lo celebro. Caer en ese discurso ideológico habría sido algo perezoso, pues el contexto se prestaba a ello. Pero, teniendo en cuenta que el objetivo del premio era el de reivindicar la presencia femenina dentro de la literatura de ciencia ficción y terror, creo que tocar solamente tangencialmente ese tipo de discurso (ligado estrechamente con el objetivo del premio, no lo niego) ha sido un completo acierto. Las autoras han sabido aprovechar la oportunidad para entrar con naturalidad en un vestuario muy cargado por el olor a varón, abrir las ventanas para que se ventile un poco y salir después a jugar su propio partido. Su voz resuena, cada vez con más fuerza, en los círculos del género. Y las gradas están empezando a llenarse, porque han demostrado que saben lo que hacen. Están aquí para quedarse.
Sin ánimo de entrar en discusión, yo diría que la antología es direct y abiertamente feminista. Y que precisamente no huye de ello. La propia editorial lo ha explicitado, las autoras, el jurado, la promo... Creo que es un valor añadido que la antología diga sin tapujos "eh, estamos aquí, hemos venido. Y sí, somos feministas". Negarlo (o denostarlo) le quita validez a uno de los objetivos (repito, creo, desde mi punto de vista) de la propia antología.
ResponderEliminar¡Un saludo!
¡Hola, Alexander!
ResponderEliminarPrimero que todo, gracias por comentar. Y sobre lo de la discusión: no te preocupes. Ni siquiera la polémica es mal recibida, si tiene fundamento. Lo que dices es muy bien recibido y no carece de sentido.
Como digo en la reseña (o intento, al menos), es evidente por sus restricciones de género que la convocatoria es claramente feminista. También las autoras aprovechan para tocar algunos temas relacionados con dicha ideología.
No obstante, no me dio la impresión de que el libro se recreara en ello. Y me pareció bien ese enfoque (al menos, a mí me encantó) porque en vez de quedarse en una reivindicación sonada todo fue algo más sutil, más natural... Una simple, "natural", repito el sentido de la palabra que empleé en la reseña, constatación de que en el género fantástico ellas también están.
De nuevo, mil gracias por la aportación. ¡Y espero que disfrutaras el libro tanto como yo (igual que este pequeño debate)!¡Un saludo!
Comprendo que estas cosas se hagan como protesta. Pero yo no veo nada de feminismo en la desigualdad de género. Y limitar la participación en cualquier cosa a un género y a otro no, es desigualdad de género. Este año se hizo lo mismo en un festival de música escandinavo: prohibir la asistencia de hombres. Como dije, hago fuerza para comprender las intenciones de las organizadoras, pero creo, que caer en las mismas actitudes que queremos combatir, no es nada bueno. Doris Lessing habló bastante de esto antes de dejarnos.
ResponderEliminarDecir hembrismo está prohibido porque no existe, dicen. Y los hombres que lo mencionamos solemos recibir muchas críticas.
A veces pienso, que al movimiento que más le conviene que exista una palabra para las mujeres que descriminan a los hombres, es al feminismo mismo.
No creo que estos sean los caminos para la igualdad que el feminismo defiende.
Un saludo.
Hola, Interlunio.
ResponderEliminarEn ocasiones el feminismo puede caer en el sexismo. ¿A qué me refiero con esto? A que algunas feministas engloban a todo un género, sin molestarse en desmenuzarlo en individuos.
Esto genera, por supuesto, "desigualdad de género". Pero, a mi juicio, ésta puede hasta tener un efecto positivo: a veces esa separación tiene un sentido, como me parece intuir que ha sido el caso en el Premio Ripley. Yo pienso que, en este certamen, limitar la participación a mujeres tiene una finalidad determinada, como cuando se limita a autores patrios en otros, por ejemplo, o a relatos encasillados en una temática. Es un sesgo justificado, no malintencionado, vamos.
Muchas gracias por tu comentario, como siempre. ¡Cuídate mucho!
Oriol
Hola a todos: precisamente cuando vi esta entrada no quise comentar nada porque se fomentan debates interminables. Al final se reduce a si la discriminación positiva (la reserva de cupos) ayuda a erradicar las barreras para llegar a la igualdad de oportunidades o fomenta una desigualdad de otro tipo. No tengo la respuesta, puesto que la balanza ha estado durante tanto tiempo inclinada de uno de los dos lados.
ResponderEliminarPor otro lado, no quiero polemizar con el tema, ya que me gusta mucho el buen ambiente de este blog. Personalmente, no me gusta mucho lo de "sólo para..", pero quién sabe si es una oportunidad de darse a conocer de quien no encuentra otro medio.
Por último, el libro me atrae mucho, sobre todo por leer el nombre de Elia Barceló, a la que tengo gran cariño como escritora y persona.
Un saludo
Hola, Lupita.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que dices: en ocasiones, la restricción de "sólo para..." que tiene una justificación suele derivar en una repercusión positiva. Claro que es un arma de doble filo. Pero en esta antología, por ejemplo, pienso que se gestionó de manera más que correcta.
Por cierto, si al final te animas a leer el libro, me encantaría que compartieras tu opinión.
Un saludo
Oriol
Hola
ResponderEliminarYo es que no veo ningún problema. Hay concursos limitados a un idioma concreto, a una determinada edad (menores de 25, mayores de 60, a los residentes en el país que lo convoca, a los alumnos de determinada institución, a los trabajadores de una empresa, a los asociados de una ONG, a los miembros de una parroquia y todo el etcétera que se os ocurra), pero cuando se trata de apoyar a un colectivo (las mujeres que escriben) que, como todo el mundo sabe, ha estado históricamente discriminado y sigue estándolo, entonces todo el mundo piensa que puede opinar.
Dejad a la entidad que lo haya convocado que decida lo que quiere hacer, igual que dejáis al señor obispo, al empresario, al decano de la universidad, al concejal de cultura de vuestra ciudad, al consejero de una comunidad autónoma-... No solo los dejáis, os parece estupendo que restrinjan lo que les plazca, sobre todo si son varones, que son los que tienen criterio. (Esto último es ironía, que las malinterpretaciones las carga el diablo).
Soy varón. Y a la hora de juzgar si un criterio me parece bueno o malo, miro muchas cosas, pero jamás el sexo de quien lo tiene, o no lo tiene.
ResponderEliminarTengo opiniones sobre muchas cosas, sobre un concurso solo para mujeres, en principio, poco, pero si lleva la bandera del feminismo, entonces me intereso. Básicamente porque me considero feminista.
Comprendo vuestras posiciones, pero me voy a permitir opinar por última vez.
Entiendo que el director del instituto San Bernardo de la Consolación, marque diferenecias entre el alumnado de San Bernardo de la consolación, y el alumnado de otros centros.
Entiendo que los directores de una ONG marquen diferencia entre sus socios y los que no lo son.
Entiendo que el club de jubilados, La gaviota, marque diferencia entre sus socios y los que lo serán dentro de 40 años.
Entiendo que el concejal de cultura de Órbita, marque diferencia entre los vecinos de Órbita y los que no pertenecen a su población.
También entiendo que esta entidad puede hacer lo que le plazca, y espero que les vaya bien en todos sus proyectos.
Y, aunque no lo comparta, entiendo que el machismo marque diferencias en los derechos de hombres y mujeres.
Que eso lo haga el feminismo, no lo entiendo.
Supongo que alguna vez habréis presenciado alguna discusión sobre feminismo y ¿Sabéis? cuando algún joven inocente - llamemosle Aurolito - opina: "Yo no soy ni machista ni feminista, creo en la igualdad."
Sabéis lo que sigue después. Después pasa que a Aurolito se le tiran al cuello y lo llaman ignorante y lo mandan a buscar un diccionario y etc. etc. Hasta que al final le explican que el feminismo significa igualdad. Que no es como el machismo, pero para mujeres.
Aurolito lo aprende. Y vuelve a su casa con deseos de paticipar en un concurso. Lee: concurso feminista blabla. Guay! piensa, aquí somos todos iguales. Pero luego se entera de que no puede participar porque tiene una Y en el par 23 de sus cromosomas.
Aurolito se va a sentir como se sintieron las mujeres durante siglos: descriminado por su sexo.
Opino, que el camino del feminismo no es: misma dirección que el machismo, distinto sentido. Creo que la dirección es otra.
En el colegio de mis hijos la directora es una maestra. La alcaldesa de mi pueblo también es mujer así como la consejal de educación. Yo no las vote o deje de votar por ese cromosoma.
Suerte con el blog. Hacen un trabajo muy chulo.
Gracias, Interlunio, por los elogios al blog.
ResponderEliminarRespecto al tema que nos ocupa, daré mi humilde opinión y que va en la línea de lo que dices respecto a qué significa el feminismo. Tal como escuché un día por parte de una feminista: "el machismo apela a la violencia (física o psicológica), el feminismo apela a los derechos humanos". Dicho esto, como indicas, se trata de la igualdad. Y mi opinión es que, lamentablemente, los hombres han estado (y siguen estando) en posiciones de superioridad y abuso respecto a las mujeres en muchos ámbitos (domésticos, laborales, etc) y como es algo que, evidentemente, debe corregirse, si se promueven iniciativas orientadas solo a las mujeres, a potenciar y empoderarlas, bienvenidas sean. Que sea discriminacion positiva, es posible. Pero cuando hay tanta diferencia injustificada entre unos y otros, toda iniciativa es buena si sirve para dar valor al trabajo de las mujeres y buscar que la sociedad se fije justamente en eso. De ahí también el motivo de hacer una antología solo de textos escritos por mujeres. Es una llamada, una reivindicación, un aviso de que están ahí, lo saben hacer bien y tienen todo el derecho a hacerlo porque, para mí, se merecen todo el espacio disponible hasta conseguir la igualdad.
Saludos
Marc