Ahora que Javier Marías saca novela y nos encontramos machaconamente con su cara en las portadas de los suplementos culturales, es buen momento para intentar entender por qué un escritor tan alabado por la crítica, candidato eterno al Nobel según algunos, se ha convertido en uno de esos personajes más detestados por una parte del público. Y no, no me voy a limitar a llamarle “pollavieja”, no se trata de eso, aunque la cuestión generacional sin duda es importante.
Empecemos por el principio.
Marías empezó a publicar en los años 70; no hace falta recordar cuál era la situación política y cultural de España en esa altura: un país cerrado en sí mismo y que soñaba con abrirse al mundo, política, cultural y socialmente. En narrativa mandaban, a lo mejor, Delibes; a lo peor, Camilo José Cela; Juan Goytisolo llevaba ya unos cuantos años exiliado. En comparación, los 80, en los que Marías se consolida como novelista, son los años del aperturismo, de la movida, del destape, de las primeras películas de Pedro Almodóvar (que, hasta cierto punto, es el Javier Marías del cine): son los años de la Esperanza en el Futuro y la Democracia.
En ese contexto, Javier Marías representaba algo muy diferente: un escritor criado entre Estados Unidos y Madrid, hijo de un prestigioso filósofo republicano (Julián Marías, nada menos), profesor en Oxford… No hay más que comparar Cristo versus Arizona de Cela (1988) con Todas las almas de Marías (1989): son casi del mismo año, pero parecen provenir de mundos completamente diferentes, por el lenguaje, el tono, el espíritu, la pesadez de una frente a la levedad de la otra... Sería interesante recuperar lo que se escribió y lo que se dijo de las novelas de Marías en los años 70 y 80 (si todavía no se ha hecho, ahí hay tema para una tesis); sospecho que mientras los tótems de la crítica establecida lo ignoraban, toda una generación (o más de una) de lectores más jóvenes se reconocieron en él, y lo convirtieron en un símbolo: Marías era la España que España quería ser. ¡Ya basta de realismo mal entendido, de vanguardismo trasnochado, de tremendismo rancio! ¡Queremos ser europeos, cosmopolitas, universales!
De hecho, la oposición entre lo viejuno y lo nuevo se hizo patente en un conflicto que Marías ha recordado hace poco: su oposición al premio Nobel para Camilo José Cela, que le valió la enemistad de Cela, y con él el rechazo de una parte del establishment literario español. Sí, aunque ahora nos cueste creerlo, Marías fue antisistema, eso hay que reconocérselo.
Pasa el tiempo; y no un poquito de tiempo: casi cuarenta años. Estamos en 2017. Aquellos jóvenes lectores que auparon a Marías a la categoría de símbolo son hoy los críticos que dictan las líneas maestras de la narrativa española desde las páginas culturales de los periódicos. Y Marías, aunque le cueste admitirlo, no es que ya no sea antisistema, es que es el sistema. Cada vez que publica novela tiene derecho a publirreportajes en todos los medios del país (prensa, radio, televisión), escribe una columna en uno de los semanales de más tirada, ha recibido (y rechazado) prácticamente todos los premios literarios imaginables, es miembro de la RAE como su amigo Arturito… Cuando Marías dice que siempre ha sido un aguafiestas, y que por eso ahora resulta incómodo, se olvida de que su propia posición en el sistema cultural y literario ha cambiado: antes era un joven melenudo (es un decir) que luchaba contra el poder (cultural, al menos); ahora es el Papa de la literatura española que mira hacia abajo a quienes osan criticarle; es el poder encarnado y algo más calvo.
Porque Javier Marías ya no es de hoy; las generaciones más jóvenes (digamos, de los cuarenta años para abajo) ya no lo ven como algo nuevo o diferente, sino como lo antiguo, lo de siempre, más de lo mismo: ahora es Marías quien es viejuno. Como tantos otros fenómenos y productos derivados de la Transición, Marías y muchos de sus defensores se resisten a ver que España ha cambiado, que los tiempos son otros y que el inmovilismo no funciona en cultura como no funciona en política. Por eso suenan tanto a rabietas de cascarrabias sus críticas al feminismo (que no entiende), a las redes sociales (que no entiende) o a sus detractores (que no entiende). Marías ya no representa la España que España quiere ser, sino la que nos han querido imponer a través de los documentales de Victoria Prego.
Sé que habrá muchos lectores del blog que estén pensando: “sí, bueno, pero ¿Javier Marías es buen escritor?” Aquí ya habrá opiniones para todos los gustos. Creo que es innegable que tiene valores y talentos que sus detractores prefieren ignorar (es un buen estilista, construye escenas poderosas, sus novelas casi siempre contienen ideas o intuiciones sugerentes), pero en mi opinión también tiene carencias que sus defensores ocultan (le cuesta construir una trama sólida, no sabe diversificar la voz, su estilo a veces se vuelve rocambolesco por intentar ser preciosista). Corazón tan blanco o Mañana en la batalla piensa en mí me parecen buenas novelas; Todas las almas es muy divertida. En cambio, Los enamoramientos me pareció una malísima novela, y que
le concedieran el Premio Nacional de Narrativa creo que fue más un
ejercicio de nostalgia que de verdadera crítica literaria. No es, en mi opinión, un candidato serio al premio Nobel; pero tampoco es un tuercebotas, no exageremos.
En todo caso, que Marías escriba bien o no es lo de menos; importa más lo que representa, para unos y para otros. De hecho, me atrevería a apostar que muchos de los que le atacan no han leído ninguna de sus novelas; y a lo mejor muchos de los que le defienden (¡glups!) tampoco.
Santi, sinceras felicidades por semejante artículo de opinión. Argumentado, abierto al debate pero con firmeza y convicción en lo que se dice, como rechazando de plano a los que puedan acusarlo de marcadamente subjetivo o de poco informado. De veras que es por este tipo de cosas, alternadas con las reseñas, que estoy tan viciado a este magnífico blog. Ojalá que sigáis así, alternando reseñas, reseñas a cuatro manos, con entrevistas, artículos, listas, semanas temáticas, bromas anuales....
ResponderEliminarOriol.
Totalmente de acuerdo con el comentario de Oriol, confieso que tengo a Marías pendiente, no porque no lo haya intentado, pero se me atragantó, me pareció que "se le veía demasiado la oreja" e intentaba sentar cátedra, así que ahí se quedó, para cuando me entraran ganas de probar de nuevo, que es de sabios cambiar de opinión (sobre todo cuando es una primera impresión). Besos.
ResponderEliminarBuenas! Excelente post, muchas gracias. Yo me aventuré con TU ROSTRO MAÑANA después de haber leído solo LOS ENAMORAMIENTOS,con la esperaza de descubrir al Marías «eterno candidato al Premio Nobel» y lo dejé desesperado allá por la página doscientos y pico de las mil doscientas que tiene en total. Supongo q en el futuro intentaré redescubrir a Marías. Quizá cuando gane el Nobel?
ResponderEliminarAl margen de sus virtudes o defectos literarios, que creo que Santi ha descrito con mucho tino, la cuestión de fondo me parece tan sencilla como el concepto de 'relevo generacional'. Todo evoluciona, y lo que era rompedor queda desfasado o superado; y lo mismo ocurrirá con los que hoy aparecen (o se les sitúa) en la vanguardia, otros les sustituirán y seguirá la rueda. Algunos se resisten, otros (sus admiradores) se rebelan, pero es del todo inevitable.
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por la excelente entrada!
Los artículos que saca en El País Semanal son malísimos, siempre malhumorado y protestando contra todo y contra todos como un "cagontó" profesional y universal. "Despotrico y despotrico contra el mulo y el borrico". Tras leer sus artículos no quedan ganas de atreverse con su obra de ficción.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo. Personalmente lo veo sobrevalorado y ridículo el colegueo con Pérez Reverte. Lo de candidato al Nobel sencillamente me hace gracia.
EliminarLeí "todas las almas" y me gustó mucho. Leí una nota suya sobre los "animalistas" y no me gustó nada.
ResponderEliminarEntonces no me intereso por sus notas y si repetiré con sus obras.
El resto me importa poco. No busco un amigo en él, solo sus libros.
Esa es mi opinión de Marías.
Estoy de acuerdo con Interlunio. Leí hace muchos años "Mañana en la batalla piensa en mí", y me encantó. Me parece una gran novela. Luego "Tu rostro mañana" me pareció una pesadez, la verdad. Pero lo que haga con su pelo, o si empatiza con las nuevas generaciones, no lo veo en absoluto relevante para considerar buenas o malas sus obras.
ResponderEliminarResumiendo: Marías no gusta por sus "polémicas" opiniones. Acusar de no entender a quien discrepa es feo, y fácil. El Marías opinador es simplemente un cascarrabias que hace daño al pensamiento uniforme socialmente aceptado hoy en día, lo que él llama Guardia Revolucionaria de las Buenas Costumbres y los Dogmas Correctos, y lo curioso es que las exageradas reacciones a sus artículos no hacen más que darle la razón.
ResponderEliminarTodo el artículo parece decir, oye, no piensas como queremos que pienses, no tienes hueco en esta sociedad, tu tiempo ya ha pasado, desaparece.
Del Marías escritor he decir que solo he leído de él "Los enamoramientos" y reconozco que escribe realmente bien. A mucha gente le parece una novela lenta y pesada, y puede que tengan razón, pero el argumento y el fondo de la novela, los muertos que vuelven, el complicado triángulo, dan que pensar y la hacen una novela sumamente interesante. Leeré en el futuro más de él.
En fin, seré también un "pollavieja" de 32 años.
Siempre le tuve manía injustificada. Lo intenté con varios de sus libros (siguen en casa sin haberlos leído) hasta que leí uno entero y puede opiniar.
ResponderEliminarhttp://benignofontes.blogspot.com.es/p/no-es-para-enamorarse.html
Sus opiniones son incómodas porque fastidia que te metan el dedo en el ojo y que alguien te lleve la contraria con cierta razón. Efectivamente él ahora es parte del sistema y muchos le odian sólo por ello, frecuentemente con pocos argumentos.
Sólo el tiempo lo pondrá en su sitio verdadero.
Tengo leídas todas sus novelas y en este momento, estoy con la última que, como todas las anteriores, me está gustando y mucho.
ResponderEliminarEntiendo que los gustos son subjetivos y no se puede pretender que a todos nos gusten las mismas cosas. Con lo que no estoy de acuerdo es con el hecho de considerar que él "es el sistema". Sus opiniones, en las novelas y en las columnas, me parecen totalmente contrarias al pensamiento al uso, huye siempre de lo políticamente correcto y lo hace con razones suficientes para justificar sus opiniones. Se pone en contra a los adalides de lo que se lleva, de lo que está bien de la moral al uso que, yo creo que no le leen más que el titular y los dos primeros renglones para ponerse a despotricar sin saber de lo que habla.
Puede que no me gusten sus formas, que lo vea demasiado arrogante en sus maneras, pero como escritor y como pensador, chapeau.
Un beso.
Muchas gracias a todos por los comentarios, a los que os ha gustado la entrada y a los que no. Efectivamente, como algunos habéis comentado, esta no es propiamente una entrada de "crítica literaria" sino de, por llamarlo de alguna forma, "historia social de la literatura". En el fondo se trata de la lucha por el control del "campo literario", como diría Bourdieu: Marías pertenece ahora mismo al grupo de los elegidos que dominan ese campo, y es normal que las generaciones siguientes quieran reemplazarlo.
ResponderEliminarEsto no quiere decir que Marías no tenga derecho a escribir o a opinar; ni yo digo eso en mi entrada ni creo que eso esté en cuestión. Sino del valor que se da a lo que escribe. Naturalmente que puede escribir sobre feminismo o redes sociales, pero cada vez que lo hace se demuestra que no sabe muy bien de lo que habla. Y cuando se las da de "enfant terrible", pues queda mal, porque como decía, ocupa un lugar de poder que no tiene nada de antisistema.
En cuando a la posición de Marías en el canon futuro, mucho tendría que cambiar la cosa (y no parece que vaya a cambiar) para que Marías no aparezca en los manuales de literatura española como uno de los grandes narradores de finales del siglo XX. Independientemente de que no sea uno de mis favoritos.
Gracias otra vez a todos por comentar!
Buenas tardes:
ResponderEliminarQuisiera hacer saber a todo el mundo y especialmente a los Excelentísimos miembros del Consejo de Ministros del Reino de España, del Tribunal Constitucional y de la Fiscalía General del Estado, a la dirección de la Policía Nacional y la mando de la Benemérita Guardia Civil Española, al los Ilustres académicos de la Real Academia Española de la Lengua y muy, en especial, a aquéllos de éstos últimos con facilidad para el acceso a armas de fuego y/o manejo de arma blanca que lo que ha escrito el individuo (al que por otra parte apenas conocemos y no tienen más que una relación tangencial con este blog) que firma la reseña de hoy no expresa en absoluto la opinión de todos los componentes habituales de este blog conocido por Un Libro Al Día. Repito: no lo expresa. NO LO EXPRESA.
Gracias por su atención y magnanimidad y este su seguro servidor se pone a los pies de sus señoras.
(A ver si vamos a tener un disgusto...)
Soy tu fan, Juan jajajajaja
ResponderEliminarOriol
Marías es el Felipe González de la literatura, está claro. Empezó oponiéndose a los novelistas de éxito ya establecidos y ahora él es uno de ellos.
ResponderEliminarYo tengo que admitir que ni me gusta el Marías articulista ni el Marías escritor, aunque vea los méritos de ambos. El primero sabe qué polémica tocar para que todo el mundo hable de él. El segundo es un buen escritor, aunque a mí me aburra soberanamente. Lo intenté con "Mañana en la batalla piensa en mí" porque me gustaba mucho el detonante de la historia... y no pude ni acabarlo.
Santi: te felicito, por darle aire fresco a ULAD.. Soy la generación de Javier Marías y fue todo un " Boom" la comercialización de sus libros. Quien no ha leído a Javier Marías, nos decíamos....Con sus títulos recordando a Shaquespeare, etc. etc.. repetiría lo que Oriol escribió. Por lo tanto, sólo mando felicitar a todos los integrantes de ULAD..
ResponderEliminarNota: Cuando Javier Marías lanzó su primer libro se decía.......( Es el hijo de Julián Marías)!!!!
Y cuando murió Julián Marías,, se dijo........Murió el Padre de Javier Marías.!!!
Quieren otra prueba más contundente de lo que escribió Santi?..?
Estimado Santi, no comparto gran parte de tu artículo, el cual no tiene nada de objetivo, lo que es natural cuando viertes en él tu animadversión hacia la persona. Su situación en la literatura actual no depende de él, o sí, pero fundamentalmente de que tenga o no lectores, y es evidente que los tiene. Que la maquinaria mediática se ponga en marcha cada vez que escribe un libro no creo que dependa de él, sino de la industria editorial. Si es miembro de la RAE, tiene muchos premios, es candidato al Nobel, no me importa lo más mínimo; me interesa fundamentalmente el Marías escritor y algo menos el articulista, con el que a veces estoy de acuerdo y a veces no. Para mí es un buen escritor y de calidad, sobre todo Tu rostro mañana, Mañana en la batalla ..., Corazón tan ... y por decir la que menos me gustó, Los enamoramientos, dejémosla en entretenida. Decir "...que Marías escriba bien o no es lo de menos; importa más lo que representa, para unos y para otros." no me cuadra mucho en un blog como este. Con esto no estoy defendiendo al autor, ni falta que le hace, pero no creo necesario ni serio analizar pasado, presente, ideología, pretensiones, etc. para decir si un autor es bueno o no. Saludos y enhorabuena por el blog. ToniLV.
ResponderEliminarSoy argentina. Me encanta este blog.
ResponderEliminarAporta miradas nuevas sobre algunos libros que elijo leer.
Este artículo sólo me aportó una postura frente al autor, no me dice mucho sobre el Marías escritor.
Es más, hasta me dio ganas de leer algo de él....sólo por llevar la contra a tanta crítica que está vez no ha sido literaria.
Saludos
Hola, Santi.
ResponderEliminarTu artículo me ha resultado muy esclarecedor en el sentido de que expone con sencillez y argumentos todos los elementos que conforman el "fenómeno Marías". Porque en este caso, para cualquier simple observador imparcial de la actualidad cultural, Marías es un fenómeno que parece invencible e intocable y una no puede evitar preguntarse si su literatura estará al nivel del personaje. Sus lectores habituales podrán estar conforme o no con lo que dices sobre su estilo, sus tramas, etc... pero sí me parece que no pueden obviarse las circunstancias no literarias que, en gran parte, lo han llevado al lugar que hoy ocupa.
Por otra parte, cuando quiero leer algo de un autor que desconozco me preocupa no empezar con la obra adecuada así que tomo buena nota de tus recomendaciones.
Un saludo.
Beatriz
Me hace gracia algún comentario de los que leo aquí, en el que se dice que Marías molesta porque 'hace daño al pensamiento uniforme socialmente aceptado hoy en día'.
ResponderEliminarPor favor, que escribe en El país. Y se somete, cosa que no hacen todos los que escriben en El país, a la línea editorial del periódico. Periódico propiedad de lo que informalmente conocemos como un fondo buitre, La caixa, Banco Santander, Telefónica, etc.
Por supuesto que está en su derecho de escribir con el viento a favor de los más poderosos, pero me parece una burla tildarle de pensador a contracorriente. Recomiendo leer con atención sus artículos durante las campañas electorales. Tienen un evidente sesgo, y un estilo que le es propio en él, con muy buena técnica, mezcla tres verdades, tres obviedades y tres mentiras. Estas últimas, al ser deslizadas entre un guiso de verdades y algunos aciertos, podrían pasar como tal.
Por otro lado, le gusta buscar la polémica. Esto le genera popularidad, lo que hoy en día significa más dinero. Estas polémicas suele llevarlas a su más alto nivel de ruido en las fecha previas a sus lanzamientos literarios, como ha ocurrido recientemente.
Su calidad como novelista no me atrevo a juzgarla porque sólo he leído un libro suyo. Pero ése es otro asunto.
Pues si a tí Corazón tan blanco te parece buena novela, mal vamos, porque yo es de lo poco suyo que he leído y me pareció in-so-por-ta-ble. ¿Y qué decir de Todas las almas, novela aburrida que básicamente trata de la vida aburrida de un profesor español de la universidad de Oxford? Marías puede opinar sobre las cosas del mundo lo que quiera, pero en lo que a literatura atañe, a mí me parece muy mal escritor. Céline era antisemita convencido, filonazi y participó en el régimen colaboracionista de Vichy. Vamos que ideas más repudiables no podía tener, pero aun así poca gente cuestiona su valía como literato.
ResponderEliminarY ahora me voy a buscar en Google el artículo anti animalista que ha escrito este personaje y que han comentado más arriba. Así además puedo tenerle inquina por motivos extraliterarios.
Hombre, a Marías personalmente no lo conozco, seguramente será un tipo encantador; lo que comento aquí es su persona pública, y sobre todo su lugar en el ecosistema literario español, que ahora mismo es el de "macho alfa" y no el de "outsider" que ya fue y que dice seguir siendo (erróneamente, en su opinión).
ResponderEliminarQue Marías tiene lectores está claro; que no es un tuercebotas como escritor también ya lo he dicho. Pero que ahora mismo (y desde hace ya bastantes años) juega con el viento a favor de casi toda la crítica especializada, y con una maquinaria publicitaria que casi ningún otro escritor tiene, también. Eso no quita ni pone mérito a su obra, pero sí explica por qué sus columnas provocan reacciones tan furibundas, sobre todo cuando adopta un tono cascarrabias o victimista.
Envié comentario pero se borró. Decía que yo también opino que los artículos de Javier Marías no suman ni engrandecen al conjunto de su obra su obra literaria, sino que antes al contrario le restan y desmerecen. Bueno, eso fue lo que dije en el comentario perdido, o algo parecido a eso.
ResponderEliminarBuen comentario. Coincido en gran parte con lo que planteas, c'est la vie: el que antaño fue azote del poder acaba comiendo la mano o compartiendo mesa con el, ha sucedido en otras ocasiones y seguirá sucediendo. Es cierto que Marías adopta el papel de cascarrabias y como apunta un lector igual es puro marketing, en cuyo caso no me gusta. Sus artículos uña veces me interesan otros no tanto, pero escribiendo en el boletín oficial de ... En fin de anti sistema más bien poco. Como escritor solo he oído un libro suyo, el antepenúltimo, no recuerdo el nombre pero me gusto la historia y como está escrita, así que me hice con Los enamoramientos de segunda mano para ver si me gusta. Lo dicho buen comentario y acertado análisis de la figura de Marías, en mi modesta opinión. Enhorabuena. Y también a los comentaristas.
ResponderEliminarHe encontrado el artículo antianimalista de Javier Marías que mencionaba un comentarista más arriba. Perrolatría se llama. Además de mal escritor, ahora este bocachancla me parece imbécil integral.
ResponderEliminarHola!! En primer lugar, enhorabuena por tu artículo sobre Javier Marías, me parece que está muy bien argumentado y que muestra ambos aspectos de la cuestión. También yo, como apasionado de la literatura, me acerqué a su obra en un determinado momento y, después de leer un par de novelas, aprecié los aciertos a los que llegaba y los "errores" (por llamarlos de alguna manera) en los que incurría. No puedo estar más de acuerdo con tu apreciación acerca de su estilo y forma de construir las tramas; acerca de su significación como figura literaria, creo que das en el clavo al decir que el tiempo no ha jugado a su favor y que Javier Marías, como otros/as muchos/as, no ha sabido evolucionar, especialmente en su faceta de "opinador". Enhorabuena de nuevo y ánimo con el blog, necesitamos todos los medios de información cultural de que podamos disponer.
ResponderEliminarSi este es un blog literario, habrá que hablar de literatura. El articulista y algunos de los que aquí opinan critican a Marias por motivos generacionales, sociológicos o, lo más estrambótico: "pertenecer al sistema". ¿Pertenece Paul Auster al sistema? Este autor, ya veterano fue muy alabado en este mismo foro por la calidad de su último libro y no por otras consideraciones subjetivas.
ResponderEliminarEste artículo esta muy medido para de una forma amable dar leña a Marias por alguna fobia interesada. No por la calidad de sus libros.
Gracias
En lo relativo a sus novelas, opino más o menos como Cities Moving, nunca me han parecido gran cosa. Pero no voy a eso: lo que me extraña es que, siendo miembro de la RAE, acentue los pronombres demostrativos en un artículo del año pasado.
ResponderEliminarDejando de lado el caso concreto de Marías, una cosa que me parece curiosa en muchos de los comentarios es que parece rechazarse cualquier contextualización o historización (¡y mucho menos ideologización!) de la escritura y también de la lectura de la obra literaria: el texto es lo que importa, parece decirse, lo lees y te gusta o no te gusta, da igual que sea un poema medieval o una novela kurda del siglo XXI.
ResponderEliminarPersonalmente, no comparto esta visión ahistórica o puramente estética de la literatura. Claro que creo que hay obras buenas y malas, no soy tan extremo como para decir que el Quijote es igual que Danielle Steele. Pero sí que me parece importante el contexto en el que una obra se produce, cómo es leída, cómo se inscribe (o no) en el sistema cultural dominante del momento y del lugar... Todo eso condiciona la forma en que nos acercamos al texto, y a la literatura en general; lo que leemos y lo que no leemos, y cómo lo leemos. Y por otra parte, entender cómo funciona el sistema literario (autores, editoriales, críticos, periódicos, universidades, escuelas...) no hace que disfrutemos menos de la lectura; simplemente le añade otras capas.
Un comentario anterior mencionaba a Paul Auster; su recorrido tiene algunas similitudes con la de Marías (de "rompedor" y "alternativo" a "macho alfa"), pero me parece, por las entrevistas que he leído, que el propio Auster es mucho más autoconsciente de esta evolución y de su posición en el mundo literario y editorial que Marías. Pero conozco menos la literatura estadounidense que la española.
Coincido completamente con Santi en la importancia de las condiciones de producción de una obra artística así como del contexto histórico en que se lee.
EliminarYo quiero aclarar, ya que no lo dije en mi comentario anterior, que la entrada me parece valiosa y la entiendo perfectamente. En el comentario, apunto a que no me importa el Marías personaje si sus libros son medianamente buenos, y lo hago, como es inevitable, desde mi propia experiencia. En mi caso, me tiré un montón de años ajeno a los libros de Borges porque era un personaje que me caía mal. Por fortuna para mi, corregí ese sesgo y descubrí que me estaba perdiendo a un genio. No creo que Marías sea comparable a Borges (aunque creo que él se empeña en que pase), pero con "todas las almas" sentí algo extraño: No me interesaba a priori el argumento, no me encantaban sus personajes, pero el libro me llevó de principio a fin atado a él. Y llegué a la conclusión de que eso me pasaba porque el tío era un buen escritor; capaz de entretenerme con cosas que no me interesan.
EliminarEn fin. Todo lo que planteas en la entrada me parece de valor. Incluso el pequeño ejemplo del valor que da a los animales se ajusta a lo que dices de que Marías opina de cosas que no entiende. No es que yo sea un fuerte animalista, pero esta creciente tendencia no se debe únicamente a, como dice la gente, una moda. También está relacionado a el poco tiempo que ha pasado desde que la ciencia trazó nuestro mapa genético para compararlo con el de otras especies y descubrir que nuestra superioridad no es tal, siquiera, científicamente hablando.
Aquí como en el feminismo o las redes sociales, se aplica lo que dices de que Marías se apropia de razones que ya han caducado.
Supongo, que lo que a algunos les pasa con Marías a otros nos pasa con Vargas Llosa. No podemos leernos sin alejarnos de él como persona, de su posición, de lo que su nombre representa para nosotros.
Gracias por la entrada, todo lo que haga trabajar el coco, por mi es bienvenido.
Saludo.
Hola y perdonad la intromisión. No es posible despojarse del todo de las influencias mediáticas tan fuertes ahora, pero es más fácil que no nos "pese" tanto si nos alejamos de tanta pelea inútil y enajenante como hay en todas partes. Siguiendo el ejemplo de Interlunio con Vargas Llosa, me importa un pito que se haya casado con su prima o su tía o que se lo monte con monos, para leer sus libros ( que me fascinan), pero sería muy distinto si con el dinero de sus ganancias hiciera algo que fuera en contra de mis principios, quizás ahí pudiera el límite, no lo sé.
EliminarPor otro lado, tenemos tantas posibilidades de opinar que haga uno lo que haga siempre estará mal para alguien.
Juzgar a un autor por su edad me parece muy injusto. ¿A partir de qué edad tienen que dejar de escribir los escritores, y los músicos de tocar, y los fontaneros...? Él es escritor y me parece muy loable que siga haciendo lo que le gusta: escribir.
ResponderEliminarSí, es posible que a las nuevas generaciones no les atraiga, es lógico, pero también es posible que a las generaciones maduras les apetezca seguir leyéndolo porque se sientan más identificado con él que con autores más jóvenes.
Y en cuanto a sus artículos de opinión, pues algunos estarán de acuerdo con lo que dice y otros no, pero aquí estamos hablando del escritor de novelas. A mí me importan un pito las opiniones de Axl Rose (bueno, sí que me interesan), pero lo que a mí me gusta es su música, independientemente de si está en contra del feminismo o de los toros.
No he leído el resto de comentarios, no me interesa. De Marías, como de Bernhard, como de Bolaño, Dostoyevski, Alexievich o como de tantísimo otros por los que en un momento dado me sentí poseído, leí cantidad de libros uno detrás de otro en ataques de posesión incontrolables. Después, con el tiempo, mi entusiasmo por alguno u otro pudo acabar por diluirse. El tiempo nos cambia y las lecturas no quedan impunes. Pero esta frase me ha dolido: "En todo caso, que Marías escriba bien o no es lo de menos; importa más lo que representa, para unos y para otros." Que lo que menos importa es que un escritor escriba mejor o peor.
ResponderEliminarHe sido fiel a este blog durante años, día tras día, porque me gustaba incluso cuando no me gustaba. Y ahora, de golpe, no. Me he dicho que esto no. Y adiós.
Adrià,tienes todo el derecho de irte y no leer más este blog,solo déjame decirte una cosa: esa frase que te ha indignado tanto, a mí me llega de otro modo. Lo que yo entiendo que Santi dice es que en casos como el de Marías, el personaje mediático acaba por hacerle sombra al escritor y por eso "que escriba bien o mal es lo de menos" porque los factores no literarios acaban resultando mucho más determinantes. Espero no haberla liado más.
EliminarUn saludo.
Cuánto dramatismo! En todo caso la de Santi es una opinión más.....
EliminarBuenas: me estáis haciendo coger ganas de probar con cualquiera de los dos libros de Marías que compré (uno creo que en un librero de lance) en el típico arrebato mi-biblioteca-no-puede-estar-completa-si-no-tengo-uno-de-este-autor), si bien recuerdo que la primera vez que me aventuré en uno de ellos lo descarté leídas apenas un par de páginas ante una prosa que encontré monótona y abigarrada.
ResponderEliminarBuenas. Como ente intangible que es este blog, nos da mucha pena que la expresión de una cierta "fobia" (con ciertas licencias propias del medio pues esto no es el suplemento literario de ningún periódico de gran tirada) redunde en que ciertos lectores se tomen el tema tan a pecho como para proclamar dejar de leernos.
ResponderEliminarPrimero porque es nuestra intención aglutinar al máximo de gente interesada en la literatura y después, porque, algo obvio en función de lo anterior, desestimamos absolutamente el pensamiento único.
Adrià, has de comprender que uno se suelta por igual manera cuando un autor le fascina como cuando uno se le atraganta. Es lo que tiene eso de la pasión, sabes, lo de ser uno mismo incapaz de reprimir elogios o diatribas, pues por suerte la objetividad opinando sobre literatura es afortunadamente (por lo que nos perderíamos sin estas eternas discusiones inacabables) un oxímoron.
Solo eso, que te tomes un rato para mitigar ese calentón. Comprendo que si, por lo que parece, eres catalán, estemos todavía con los ánimos algo alterados.
Bona nit a tothom.
Bravooo!
ResponderEliminarReconocedlo de una vez, queriendo rizar el rizo habéis escrito un post polémico para crearos odiadores. Escoger a Marías ha estado muy acertado. Besos
ResponderEliminarY digo yo, qué necesidad había de decir que no has leído los comentarios porque no te interesan.
ResponderEliminarCuando he leído que decías eso he pensado que no aportaba mucho. Pero después lo he entendido. Es normal que no los leas, viendo que cuando lees algo con lo que no estás de acuerdo, con una actitud bastante infantil, dices, no juego más.
Añado que, a diferencia de otros lugares que hay por la red,en ULAD las charlas que se crean suelen aportar bastante a la propia reseña, y no se convierten en un intercambio de insultos. Tampoco entre los que seguimos el blog predomina la tónica de que nuestra postura dogmática sobresalga sobre las demás. Vamos, que yo no leo los comentarios de un video de YouTube, pero los de aquí sí. Él se lo pierde, a mí me gusta leer y escuchar a todos, aunque sea para engrasar el cerebro.
EliminarY ya lo dejo.
Besos
"Un libro al día", como dije en un comentario, a mí tampoco me gustó la "reseña", pero no por eso voy dejar de leeros. Si alguna vez lo hago (espero que no), será por cansancio, pero no por discrepancia, eso sería una actitud cuando menos inmadura e infantil. Pienso como Lupita, que los comentarios enriquecen la reseña. Por eso, creo que vuestra disculpa sobra. Si vais a dejar de ser vosotros para que no dejemos de leeros, por lo menos para mí, perderá una de las cualidades que me atraen. ToniLV.
ResponderEliminarPues a mi lo que más me jode es que Javier Marías no se haya dignado a costestarnos. Si ya tenía preparados a mis padrinos para el duelo!
ResponderEliminarY ya en serio, me da que la persona se ha visto sobrepasada por el personaje, con las implicaciones negativas que conlleva y que, nos guste o no, muchas veces no podemos obviar.
Primero se analiza la obra literaria y luego se contestualiza: se compara con el resto de su obra, con la época, con el momento de madurez, etc.
ResponderEliminarEn esta entrada, se ha hecho al revés. No sé si hay fobia o no, pero lo parece porque las reseñas en este blog no suelen ser de este estilo.
En cualquier caso, si por esa expresión alguien se ha sentido ofendido, pido disculpas.
Hola, anónimo (y resto de comentaristas).
ResponderEliminarHe hecho ya algunas reseñas de libros de Marías en este blog (http://unlibroaldia.blogspot.com/2011/12/javier-marias-los-enamoramientos.html y http://unlibroaldia.blogspot.com/2010/09/javier-marias-todas-las-almas.html), y mis colegas han contribuido con bastantes otras, casi siempre con valoraciones positivas, por cierto.
Pero como decía en mi primer comentario, esta entrada en concreto no es una reseña al uso, no es una crítica literaria de una obra, sino un pequeño ensayo de historia social de la literatura, para intentar explicar por qué Javier Marías es hoy un personaje que provoca respuestas muy fuertes y muy encontradas (como se ve en estos mismos comentarios). No es casualidad que cada vez que Marías publica una columna, "arden las redes" (por usar una expresión tan manida).
Eso es lo que quería analizar en esta entrada, y no una obra concreta de Marías.
En todo caso, yo no me he sentido ofendido en ningún momento...
Evidentemente este buen señor Javier Marías despierta pasiones. Pocas veces he visto 45 comentarios a una entrada.
ResponderEliminarNo he leído nada de él. Ni sus novelas ni sus columnas de opinión. Pero (y esto que escribiré delata mi edad) recuerdo con mucho cariño a su padre, Julián Marías. Uno de los pocos intelectuales extranjeros que visitaba frecuentemente la Argentina en los 70 y comienzos de los 80, cuando no existía internet, en Buenos Aires había solo cuatro canales de televisión por aire (en blanco y negro) y para escuchar voces lejanas debía recurrir a una radio con onda corta.
Don Julián era un hombre interesantísimo, con ideas sofisticadas para el lugar y la época, aplastados por el autoritarismo y la censura. Desconozco el lugar que le deparó la historia en su patria, más allá de ser el padre de Javier.
En tu anterior contestación tus argumentos eran diferentes.
ResponderEliminarA los que usas ahora contestaré con una pregunta: Has hecho otras reseñas de este tipo con otros autores?
Gracias
Es posible que el autor sea polémico, pero creo que tú comentario sobre él también lo es
Solo una, que te va a parecer todavía peor: http://unlibroaldia.blogspot.com/2012/06/vueltas-con-murakami.html :)
ResponderEliminarLa verdad, creo que he tenido siempre la misma postura en la entrada y en los comentarios, aunque haya cambiado las palabras con la que la expreso.
Sí a alguien le sirve de consuelo, Santi también opinó en su tiempo que Hesse era un desfasado y poco más que se leía por ser moda entre universitarios. Si, le odié. Pero luego asumí que sus Hesse y mis Hesse no eran lo mismo. Con esa verdad que conocemos todos pero parece que no todos aplican, gané despúes encontrar recomendaciones suyas como la de Jon Bilbao, por nombrar uno.
ResponderEliminarPuma... la gran cantidad de comentarios no se deben tanto a la pasión que pueda despertar Marías. Lo que pasa es que los españoles son como los Uruguayos y Argentinos; su segundo deporte favorito es el fútbol. El primero es posesionarse de un lado de la balanza y hacer un enemigo equivocado del otro. Pienso yo.
También pienso que, dado que este blog no nos cobra la Internet, y recordando un ocho de marzo del que no me quiero acordar, la paciencia de sus colaboradores merece un homenaje.
Es que me resulta muy gracioso. Marias era "antisistema" en sus primeros años, en sus primeros libros porque era joven y moderno. 40 años después, cómo va triunfado en el mundo de la literatura porque "los críticos de su generación" le alaban. Ahora es "el sistema" y ese es el razonamiento. Rectifico: hay una fobia evidente. Por no hablar de la referencia a "Arturito" evidentemente literaria.
ResponderEliminarNo, Marías no era antisistema en sus primeros años simplemente por ser joven, y ahora no lo es porque ya es viejo. No se trata de edad, sino de la posición que cada uno ocupa en el campo literario y cultura, y vuelvo a mencionar a Bourdieu, de quien vienen estos conceptos.
ResponderEliminarMarías era "antisistema" (literario) porque venía de fuera del sistema dominante, porque hacía algo diferente a lo anterior y porque se opuso al mayor totem de la literatura española del momento, Cela, que representaba, entonces, el sistema. Ahora Marías es el sistema no porque sea viejo (Juan Goytisolo siguió siendo un outsider, incluso geográficamente, hasta que se murió) sino porque es el nuevo tótem, la figura indiscutible, omnipresente y omnipotente de la narrativa española actual, el eterno candidato al Nobel. No puedes ir de "aguafiestas" y de "rebelde" cuando te dan cancha en los telediarios, te sacan en la portada de El Semanal junto con "Arturito" (el propio Pérez Reverte usa ese apodo humorísticamente en varias columnas) y Vargas-Llosa como "los tres mejores escritores en español" o te elogian en todos los medios. Tan "antisistema" no puedes ser cuando el poder (cultural, y a veces también el político) te da palmaditas en la espalda.
Si cuando dices "fobia" quieres decir que le tengo un odio irracional a Marías, te equivocas, simplemente no comparto la admiración enorme que muchos tiene por él; si lo que quieres decir es que no me gusta (como figura literaria, repito que como persona no le conozco), no es que sea un gran descubrimiento, porque eso lo digo en el título de la reseña. Pero creo haber razonado mi posición más allá de "no me gusta porque es viejo", la verdad.
Y discúlpame, pero no voy a seguir con este ping-pong de comentarios, creo que ya he dejado más que clara mi posición.
Yo tampoco voy a seguir con los comentarios. Solo diré que me parece mucho más antisistema ahora que en sus años jovenes. Ahora suele mantener una posición siempre políticamente incorrecta en estos tiempos que van por el camino contrario. Pueden ser criticables su opiniones pero llamarle sistema porque ha triunfado es tendencioso
ResponderEliminarYo venero al Marías escritor. Su novela Tu rostro mañana me parece de lo mejor que he leído en mucho (Proust aparte), pero quizás no es la mejor para comenzar a descubrirlo. Yo recomiendo comenzar por Corazón tan blanco o por el Hombre Sentimental. Cierto que su escritura es laberíntica, cargada de circunloquios y de digresiones, que te envuelven y te atrapan misteriosamente pero, a algunos y algunas, nos gusta. Es un estilo alejado de esas novelas cargadas de hechos y escrita con frases cortas, en capítulos no muy extensos, que parecen más un guión de una serie (ojo, que también las disfruto, no digo que sean malas).
ResponderEliminarNo me interesa su faceta de articulista, de hecho casi nunca lo he leído en esas lides, sin embargo, sí leí que, no hace mucho, escribía que en este país no se tolera al que opina diferente, al que se sale de lo políticamente correcto. Y en eso, sí señor, tiene toda la razón, ya que existe una caterva de personas que se lanzan desaforadamente por las redes sociales cuando alguien escribe cosas con las que discrepan.
Saludos y, ante todo, leed, y cada uno/a lo que le guste y le motive.
Cuidado,capaz le dan el nobel mañana
ResponderEliminarLo que hay que leer. Javier Marías un antisistema.
ResponderEliminarClaro, generalmente los antisistema tienen a su disposción una columna en El país.
Para escribir en ese periódico, se puede ser muchas cosas, pero no un antisistema.
Un antisistema no es la persona que tiene la habilidad de saber tocar la tecla que más molesta al personal. Eso no es ser antisistema, eso es una profesión con la que se gana mucho dinero.
Juan Goitisolo también escribía en El País
ResponderEliminarHola Santi.
ResponderEliminarHace unos días, uno de vuestros seguidores, un exaltado, un trágico, un infantil, anunció en un comentario algo esperpéntico un poco más arriba en esta misma entrada, que después de años de fidelidad a ULAD, lo dejaba, que no volvía más por aquí. Al tipo hay que perdonarle, es un impulsivo, siempre tuvo la sangre caliente. Por fortuna, su pasión por el blog pudo más, o su pérdida progresiva de memoria, o ambas: una tarde se descubrió leyendo la entrada del día sin recordar que hacía poco, después de rasgarse las vestiduras, se había jurado no volver por aquí porque una frase no había sido de su agrado. Gases.
La frase en cuestión era esta: “En todo caso, que Marías escriba bien o no es lo de menos; importa más lo que representa, para unos y para otros”.
Con esa frase, entendí justamente que lo que pretendías era poner de relieve que, en el caso de Marías, la dimensión de su personaje a veces cobra tal importancia que, en los debates sobre su obra, ésta queda injustamente en segundo plano. Y que sea así, en el fondo es una pena, porque lo que debería predominar siempre, en literatura, es la obra por encima del personaje. Entiendo, pues, que con esa frase lo que señalas es que con Marías, por lo que sea, nos es imposible. El tipo nos supera.
En cualquier caso, si dije tontamente que me iba no era por una discrepancia de gustos. Pues vaya!Me iba porque como forma de protesta contra esa idea de imponer el personaje a la obra, y me tiré un cuesco, porque de lo que también hablabas (o sobre todo: solo hacía falta leer el título de la entrada) era de eso. Me pongo de rodillas y pido perdón. Fue una actitud bastante infantil, sin duda. Pero lo fue irse de esa manera tan burra. Lo que es infantil es firmar como anónimo. Si tuviera una cuenta firmaría con ella. Como no la tengo, pongo mi nombre.
Me gustaría aprovechar para pedir que este blog fuera hoy más que nunca un espacio de concordia. Por eso, también, he decidido volver con la pipa de la paz para animaros a seguir con vuestro excelente trabajo todos los días del año.
Un saludo y hasta la próxima!
Y a ti qué más te da lo infantil que sean los comentaristas de este blog? No decías que no leías los comentarios porque no te interesaban? O acaso se escapó además de un cuesco un pequeño embuste al decir que no los leías?
ResponderEliminarQue sepas que cada vez que dices una mentira, dios mata un gatito.
Hola. Me gustaría matizar simplemente, para cerrar el tema, tampoco creo que dé para tanto:leo regularmente los comentarios, aquí y en otros blogs, opino sin embargo mucho menos frecuentemente, por una razón u otra. Lo que dije fue: "No he leído los comentarios, no me interesan", porque en esa ocasión puntual, ahí, para lo que iba a decir, no venían a cuento y yo no respondía si no a esa frase del autor del post, con la que me había tontamente enfadado. Me lo podía haber ahorrado? Sin duda, la frase no añadía nada. Por otro lado, no he llamado infantiles a los comentaristas de este blog, no tengo motivos. Para mí, infantil, y otra cosa, es tirar la piedra y esconder la mano, que es como enganchar un moco y firmar anónimo. Aquí y en toda la red.
ResponderEliminarBueno, creo que está la cosa aclarada: lo que yo quería decir, lo que tú entendiste, lo que tú querías decir... Bastante tensión hay ya estos días como para discutir también por esto :)
ResponderEliminarVamos a disfrutar de la literatura, de los libros que nos gustan, y a discutir pacíficamente sobre los libros que no nos gustan.
¡Un saludo!
Ya me parecía a mí que sí leías los comentarios a pesar de tu frase de menosprecio.
ResponderEliminarUn saludo, amigo, que seas muy feliz.
Bueno, yo no he leído a Marías ni, la verdad, creo que lo vaya a hacer porque no me llama la atención; así que, obviamente, no puedo dar mi opinión sobre sus novelas.
ResponderEliminarSimplemente venía a decir que no sé por qué no se pueden criticar las redes sociales o cualquier otra cosa y no sé por qué tenemos que aceptar todo lo nuevo como si fuese bueno, como si el cambio fuese por definición bueno —tampoco creo que debamos pensar que todo lo viejo es siempre bueno, claro—. Y esto lo digo por la labor de articulista de Marías porque en sus artículos criticaba ciertas cosas, creo. Tampoco entiendo por qué molesta tanto el que la gente siente cátedra; basta con no hacer caso a quienes sientan cátedra o discrepar de ellos. Yo es que creo que no todo vale, la verdad, que los cambios no son siempre a mejor, que hacemos muchas cosas perjudiciales para nosotros y, por la manía esta de decir que cada cual es libre para elegir, no nos damos cuenta de los perjuicios de esas cosas... Hay ciertos psicólogos que han alertado de las redes sociales, por ejemplo. ¿Los despreciamos por querer sentar cátedra?
En fin, perdón por este comentario tan poco literario.
M.
Pues a mi, junto a Vila Matas, es el que más me gusta.
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