Idioma original: Castellano
Año de publicación: 2016
Valoración: Muy recomendable
Cuando una pareja inicia su vida en común, ese cohete despegando con toda la trompetería reventando en encandilado fragor, los amantes se sitúan en una encrucijada donde todas las maravillas que por llegar están se imaginan blindadas ante la amenaza que supone todo lo previo que aporta cada una de las partes del nuevo sujeto afectivo. En vano, por supuesto. Las novelas llevan contándonos miles y miles y decenas de miles de historias de parejas, sus expectativas y desenlaces, sus quiebros y mutaciones, sus deslices y grandezas, sus particularidades y categorías. El filón es inagotable, como viene a corroborar Una verdad improvisada.
Cuando una pareja inicia su vida en común, ese cohete despegando con toda la trompetería reventando en encandilado fragor, los amantes se sitúan en una encrucijada donde todas las maravillas que por llegar están se imaginan blindadas ante la amenaza que supone todo lo previo que aporta cada una de las partes del nuevo sujeto afectivo. En vano, por supuesto. Las novelas llevan contándonos miles y miles y decenas de miles de historias de parejas, sus expectativas y desenlaces, sus quiebros y mutaciones, sus deslices y grandezas, sus particularidades y categorías. El filón es inagotable, como viene a corroborar Una verdad improvisada.
La primera novela
de Carmen M. Cáceres (Posadas, Argentina, 1981) pone en el microscopio de su
escritura la relación de Clara y Bruno. Los acompañamos desde el estallido
inicial de melodía y ritmo (“Hay una
ingenuidad que no vuelve, dijo Bruno un día, o lo dije yo, da lo mismo,
estábamos de acuerdo.”) a través de las primeras sombras (“Queríamos ser honestos, pero éramos rústicos”)
hacía las zonas más templadas de la rutina y la cotidianidad. Donde, de repente,
erupciona el sarpullido de los celos, un escozor irritante e insufrible, que se
alimenta no ya de la inseguridad sino de la impotencia, de la incapacidad de aniquilar
de la vida del otro los momentos de dicha tenidos en relaciones previas.
Momentos despreciables, puesto que suponen una merma del valor de la situación
actual. Ya se sabe, somos seres racionales absolutamente imprevisibles, disparatados.
Una verdad improvisada es un relato levantado con carnalidad y sofisticación,
en el que se desmenuzan momentos intrascendentes y caseros y se proponen
categorías que despiertan la simpatía del lector, como la de los silencios: el
de rutina, el del reproche, el de la parálisis y el biológico, ese que es tan
de agradecer, donde no se habla por no tener nada que decir. Cuando la
enfermedad hace su aparición, en forma de agarrotamiento de una de las cuerdas
vocales de Bruno, la relación exigirá un reajuste en las estrategías, prioridades
personales y conjuntas y estados de ánimo: “Cuando
pasa el tiempo en las parejas dejan de ser importantes los grandes gestos y
todo se mide en el menudeo. El menudeo puede ser maravilloso. El menudeo es
siempre mezquino”.
La presión de los
acontecimientos genera nuevas situaciones, nuevos miedos y amenazas, nuevos
momentos inesperados y sorprendentes, como una tarde en las carreras de
caballos deliciosamente retratada, donde se desata una forma salvaje de
libertad, de una intensidad tal que la aguja de las revoluciones del motor
alcanza la intensidad de las escenas más físicas. Que también aparecen de sopetón,
como se supone que actúa la tensión entre dos cuerpos que se atraen.
“Es muy difícil aguantar la mirada firme de
la persona que nos ve vivir cada día cuando no transmite deseo, ternura,
reproche”. Pese a la concisión, apenas sobrepasa el centenar de páginas, Una verdad improvisada contiene una
notable abundancia de detalles, matices, razonamientos, exabruptos, nimiedades,
imágenes y sorpresas como para concluirla con la certeza reafirmada de que, en
efecto, cuando esto de la pareja funciona, proporciona mucha, pero que mucha,
vidilla.
La verdad es que tu reseña me ha dado ganas de leerlo, ¡felicidades!
ResponderEliminarHola Oriol,
ResponderEliminar¡Pues anímate y comparte con nosotros qué te ha parecido!
Muchas gracias por tu comentario.
Hola Carlos, me sorprendiste con la reseña de mi compatriota: no había escuchado sobre ella.
ResponderEliminarGracias!
Hola Gabriel,
ResponderEliminarEs su primera novela publicada, así que desde luego es un debut de lo más prometedor. Si la lees, sería estupendo conocer tu opinión.
¡Salud y gracias!
Hola C. Ciprés,
ResponderEliminarMe gusta la reseña. Has despertado mi interés y eso que la pareja como tema es difícil de abordar ya que es fácil caer en prototipos o ser demasiado intimista y no conectar con el lector. Tomo nota. Gracias.
Hola Pilar,
ResponderEliminarPrecisamente, creo que uno de los aciertos de la autora es saber mantenerse es ese territorio más templado, de lo cotidiano, sin perder ese filo que da interés a la narración. Te agradezco el comentario y si la lectura acaba "cayendo", me gustaría mucho saber qué te ha parecido.
¡Salud!