Año de publicación: 2010
Valoración: más que recomendable
Me gusta Bolaño, pero no soy un experto "bolañista", desde luego menos que algunos de mis compañeros de blog, que ya han reseñado buena parte de los libros de este escritor... De hecho, como no quería quedarme sin mi bolaño que reseñar, me he decidido a leer esta novela antes de que se me adelante alguien y me quede sin uno de los últimos títulos que quedan por reseñar...aunque nunca se sabe, ya que desde su fallecimiento han ido editándose con cierta frecuencia más obras de Roberto Bolaño y sospecho que ese goteo no va a cesar en un futuro próximo.
También esta novela que nos ocupa hoy fue publicada varios años después de la muerte de su autor, en 2010, a pesar de que, al parecer, su escritura se remonta a 1989 -y, en efecto, las referencias temporales que aparecen se refieren a aquella época-, lo cual nos podría llevar a plantear un par de interesantes preguntas: ¿hasta qué punto podemos considerarla una novela terminada? Y, sobre todo, ¿en qué demonios estaban pensando los editores españoles de por entonces, pues tardaron veinte años en publicarla? La segunda pregunta no la puedo contestar; la primera creo que sí y he de decir que, a pesar de un cierto desgalichamiento de la narración en su última parte, progresivamente más evidente según se acerca el final -pero que muy bien puede ser intencionado-, la respuesta también es sí.
Aunque lo cierto es que una de las cosas que llaman la atención de este libro es que parece contener dos novelas en una o, cuando menos, hay evidentes diferencias entre la primera mitad de la novela y la segunda: durante buena parte de la misma, la historia parece abocada a una especie de thriller costumbrista. El protagonista -y narrador, pues la novela está estructurada en forma de diario- es Udo Berger, un joven alemán, jugador semiprofesional de wargames, que junto a su novia Ingeborg acude a pasar sus vacaciones en un hotel de la Costa brava (en efecto, territorio Bolaño), justo donde él solía pasarlas de niño con su familia, y regentado por la hermosa y enigmática Frau Else. De paso, también pretende escribir un artículo sobre su juego favorito, El Tercer Reich, que despliega sobre una mesa en su habitación. En una discoteca conocen a otra pareja de jóvenes alemanes, Charly y Hannah, con los que empiezan a salir de fiesta, y también se relacionan con lugareños algo inquietantes: los llamados el Lobo y el Cordero y el misterioso encargado de los patines de la playa, el Quemado.
A partir de que sucede cierta tragedia (no voy a revelar cual y además aconsejo no leer la contraportada del libro) cambia en gran medida el rumbo de la novela , pese a que los elementos que la componen siguen siendo los mismos, ahora, no obstante, cobra más importancia el wargame que juega Udo y la historia adquiere un aire más abstracto, incluso simbólico, mientras que buena parte de lo que había determinado la narración en la primera mitad de la novela, se va desdibujando, desvirtuando, diluyendo...
Las interpretaciones de lo que puede querer significar esta novela son múltiples, claro, desde una alegoría de la historia europea del siglo XX a una fábula sobre la obsesión, las sospecha y hasta la paranoia. Por mi parte, yo creo que se trata sobre todo de una novela de crecimiento -aunque el protagonista ya esté bastante talludito... al menos físicamente-, un bildungsroman de libro ... y nunca mejor dicho, en el que el bueno de Udo debe discernir entre las verdaderas y falsas formas de hombría, superar las tentadoramente incorrectas , además de emplear la suya para abordar, con mejor o peor fortuna, a las mujeres que también aparecen en la historia. Y, sobre todo, decidir si la mejor manera de convertirse en un hombre y dejar de ser niño se basa en el triunfo o en la derrota. Tarea nada fácil para Udo, dicho sea de paso (y no sé hasta que punto don Bolaño trataba además de dificultarle el camino); si consigue cumplirla o no, ya no lo diré aquí... ; )
Aunque lo cierto es que una de las cosas que llaman la atención de este libro es que parece contener dos novelas en una o, cuando menos, hay evidentes diferencias entre la primera mitad de la novela y la segunda: durante buena parte de la misma, la historia parece abocada a una especie de thriller costumbrista. El protagonista -y narrador, pues la novela está estructurada en forma de diario- es Udo Berger, un joven alemán, jugador semiprofesional de wargames, que junto a su novia Ingeborg acude a pasar sus vacaciones en un hotel de la Costa brava (en efecto, territorio Bolaño), justo donde él solía pasarlas de niño con su familia, y regentado por la hermosa y enigmática Frau Else. De paso, también pretende escribir un artículo sobre su juego favorito, El Tercer Reich, que despliega sobre una mesa en su habitación. En una discoteca conocen a otra pareja de jóvenes alemanes, Charly y Hannah, con los que empiezan a salir de fiesta, y también se relacionan con lugareños algo inquietantes: los llamados el Lobo y el Cordero y el misterioso encargado de los patines de la playa, el Quemado.
A partir de que sucede cierta tragedia (no voy a revelar cual y además aconsejo no leer la contraportada del libro) cambia en gran medida el rumbo de la novela , pese a que los elementos que la componen siguen siendo los mismos, ahora, no obstante, cobra más importancia el wargame que juega Udo y la historia adquiere un aire más abstracto, incluso simbólico, mientras que buena parte de lo que había determinado la narración en la primera mitad de la novela, se va desdibujando, desvirtuando, diluyendo...
Las interpretaciones de lo que puede querer significar esta novela son múltiples, claro, desde una alegoría de la historia europea del siglo XX a una fábula sobre la obsesión, las sospecha y hasta la paranoia. Por mi parte, yo creo que se trata sobre todo de una novela de crecimiento -aunque el protagonista ya esté bastante talludito... al menos físicamente-, un bildungsroman de libro ... y nunca mejor dicho, en el que el bueno de Udo debe discernir entre las verdaderas y falsas formas de hombría, superar las tentadoramente incorrectas , además de emplear la suya para abordar, con mejor o peor fortuna, a las mujeres que también aparecen en la historia. Y, sobre todo, decidir si la mejor manera de convertirse en un hombre y dejar de ser niño se basa en el triunfo o en la derrota. Tarea nada fácil para Udo, dicho sea de paso (y no sé hasta que punto don Bolaño trataba además de dificultarle el camino); si consigue cumplirla o no, ya no lo diré aquí... ; )
Mogollón de libros de Roberto Bolaño reseñados: aquí
Sin ser un experto bolañista, es de lo que menos me ha gustado del chileno.
ResponderEliminarA ver que dicen nuestros bolañistas de cabecera
Está claro que tengo que empezar con Bolaño, es de estos escritores que me dan pereza, de momento (y después de leerme todas las reseñas de ULAD) voy a empezar por Estrella distante, parece un buen comienzo. En fin, espero que las vacaciones me den para acabar con la lista que me he creado con vuestra ayuda (y otras colaboraciones, que eso de hablar de libros es lo que tiene).
ResponderEliminarBesos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarTuve la mala fortuna de elegir Monsieur Pain para comenzar con Bolaño y la verdad es que me pareció tan mala que todavía no me atrevo a leer Los detectives salvajes.
Saludos
PD 1: Juan te has olvidado la mayúscula en un punto seguido del tercer párrafo.
PD 2: He descubierto que te gusta usar la expresión alemana "bildungsroman" :)
Hola a todos:
ResponderEliminarSol, te recomiendo que empieces por "Estrella distante", pero ni se te ocurra leer antes "La literatura nazi en América"... Hazme caso ; )
Gabriel, gracias por la corrección. He de decir, en mi descargo, que tuve que cambiar de teclado y el que tengo ahora me da problemas a menudo cuando pulso la tecla de las mayúsculas. O que se me ha pasado, que también puede ser... En cuanto a lo de "bildungsroman", tienes toda la razón; lo hago porque me he dado cuenta de que metiendo de vez en cuando términos en alemán, se adquiere un barniz intelectual y hasta una autoridad al respecto, de la que en otro caso, quedaría más que evidente que carezco. de todas formas, a partir de ahora procuraré no repetirme y utilizar más otros palabrejos como "zeitgeist" o "gestaltqualitat" o cosas por el estilo que no tengo ni idea de lo que quieren decir... ; )
Compañero Koldo, qué te puedo decir; doctores tiene la Iglesia, y la bolañista no es una excepción... ; )
Un saludo a todos y gracias por los comentarios
Hola a tod@s. Mi historia como lectora de Bolaño es la de la "experiencia mística", ya que ni había oído hablar de él y un amigo me prestó 2666. Fue algo arrebatador y cada vez que he leído algo de él, aun sin ser de sus mejores obras, consigue transportarme a un universo único. Así que debo ser bolañista, pero como soy muy complaciente, poco crítica y lectora emocional, no puedo dar cátedra alguna. Esta obra me gustó mucho, y el mérito está en que detesto todo lo bélico y los juegos de armas. Nuevamente, me sucedió que me pesó más la forma de narrar que la propia temática.
ResponderEliminarQué grande Bolaño. Por cierto, Juan, no sé si es ña mejor, pero la forma de hacerse hombre es la derrota. Al final, tenemos muchas derrotas y pérdidas acumuladas. No me aclaro sobre qué postura es la de Bolaño, pero le intuyp un hombre triste ..
Hola, Lupita:
ResponderEliminarYo ya digo que me gusta Bolaño pero aún no me he atrevido con sus dos novelas más célebres y celebradas, pero también más extensas, 2666 y Los detectives salvsjes, aunque creo que pronto lo haré.
Sobre el último asunto que comentas , en realidad queda bastante claro en la novela, pero me abstengo de revelarlo para no estropearle a nadie su lectura...; )
Un saludo y gracias por el comentario.
Vamos Juan! 2666 y Los Detectives asustan por el tamaño pero me atraparon de tal forma que los terminé rápidamente y si yo lo hice que al lado de ustedes soy un aficionado....
ResponderEliminarLos Detectives fue la primera que leí de Bolaño pero sin dudas 2666 me parece de lo mejor que leí en mi vida.
Abrazo
Pronto, pronto... espero.
ResponderEliminarGracias por la visita y la recomendación.
Un abrazo a ti también ; )
Ayer terminé Estrella distante (dejé el comentario en la entrada correspondiente, pero quiero agradecerte la recomendación). Está muy bien, a veces desagradable pero con otros personajes entrañables. Creo que me tendré que animar con 2666.
ResponderEliminarBesos.
Ayer terminé de leerla y coincido con Juan en que la novela tiene claramente dos partes. Creo que es una novela algo lúgubre. Extrañé el humor característico de Bolaño muy presente en otras novelas o cuentos.
ResponderEliminarSaludos
Gabriel
Hola,
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con otra reseña de Bolaño donde se habla de hasta que punto te condiciona la mítica del autor al empezar novela suya.
El Tercer Reich, si fuese de autor desconocido igual la abandono en la página 80. Después no sabes muy bien qué, te va cautivando. Igual hay que asumir que es un genio, porque con dos frases te describe atmósferas, personajes...
De Bolaño me gusta (más el recuerdo que la lectura) 2666. Me fascina "los sinsabores de verdadero policía" y la recopilación de cuentos de Anagrama en su colección "otra vuelta de tuerca". He empezado tres veces "Los Detectives Salvajes" y no hay manera.
Siguiendo vuestros consejos, voy a empezar "Estrella Distante"
Saludos y gracias una vez más por vuestra labor
Hola Gerónimo:
EliminarSí, Bolaño tiene esa cualidad indefinible que te atrapa en sus historias sin que sepas muy bien por qué... En fin, te recomiendo vivamente "Estrella distante" y en cianto a "Los sinsabores...", ya está leído por mi parte, así que habrá reseña cualquier día...aunque un poco peliaguda también es... ; )
Hola Juan,
ResponderEliminarTe diría que es casi imprescindible leer 2666 para intentar entender "Los sinsabores..."
Saludos
Hola de nuevo:
EliminarYa lo sé, ya...por eso la reseña quizás tarde un poco...; )