Año de publicación: 2014
Valoración: recomendable
Es de suponer que, por el motivo que sea que ésta se produzca, la frecuente ubicación en Europa de escritores sudamericanos, desde Borges o Cortázar hasta la actualidad provoca cierta querencia por ubicar las temáticas de sus obras en entornos europeos o asimilables. Ya no digamos si ello se produce con pretextos de revisión de orígenes o de evocación, más o menos obligada y "adornada" por cuestiones creativas, de pasados llenos de misterio, de motivaciones clásicas como la aclaración de circunstancias familiares, cierre de heridas o indagaciones varias.
Eduardo Berti, origen rumano por vía paterna, entrega una historia escrita con estilo exquisito (cuestión muy habitual en escritores argentinos), sobre un escritor que se encuentra a su padre escribiendo igual que él en los mismos sitios que él, coincidencia que pone en marcha su intrínseca curiosidad como escritor, punto del que arranca una narración que se aventura por diversos lugares y diversos países (Inglaterra, Rumanía...) y en la que surgirán diferentes personajes. todos ellos singulares por uno u otro motivo.
Pero esto podéis saberlo si consultáis las sinopsis del libro que hay por la red o la misma descripción de la contraportada. Hay alguien que parece querer asesinar a quien podría ser Joseph Conrad y hay, ya comenté arriba, mucho escenario europeo y cierta intriga derivada de los orígenes de la familia y que vienen a ser una coartada para acabar confluyendo en el Gran Tema Europeo del Siglo XX que no hace falta que os recuerde, ¿verdad?
La cuestión en torno a esta literatura, perfectamente disfrutable pues lo literario prevalece, es que a veces la forma acaba imponiéndose al fondo. Lo comentado, escritura impoluta, personajes singulares, trama juguetona que intertextualiza por doquier y que toquetea temáticas en las que cualquier connoisseur se lo pasa mejor que un crío en un charco, cuestión que, promoción y boca-oreja mediante. podrían convertir esta (y algunas otras novelas) en un hallazgo valioso, pero que también, porque el mundo es así de cruel, en un brillante y disfrutable ejercicio esteticista difícilmente distinguible de entre algunos otros.
Pero esto podéis saberlo si consultáis las sinopsis del libro que hay por la red o la misma descripción de la contraportada. Hay alguien que parece querer asesinar a quien podría ser Joseph Conrad y hay, ya comenté arriba, mucho escenario europeo y cierta intriga derivada de los orígenes de la familia y que vienen a ser una coartada para acabar confluyendo en el Gran Tema Europeo del Siglo XX que no hace falta que os recuerde, ¿verdad?
La cuestión en torno a esta literatura, perfectamente disfrutable pues lo literario prevalece, es que a veces la forma acaba imponiéndose al fondo. Lo comentado, escritura impoluta, personajes singulares, trama juguetona que intertextualiza por doquier y que toquetea temáticas en las que cualquier connoisseur se lo pasa mejor que un crío en un charco, cuestión que, promoción y boca-oreja mediante. podrían convertir esta (y algunas otras novelas) en un hallazgo valioso, pero que también, porque el mundo es así de cruel, en un brillante y disfrutable ejercicio esteticista difícilmente distinguible de entre algunos otros.
connoisseur
ResponderEliminarJejeje
El país habitado del mismo autor es excepcional.
ResponderEliminarEl título del libro es: El país imaginado.
ResponderEliminarSaludos
Son cosas mías o el 80% de las novelas escritas en Europa tratan del Gran Tema Europeo del Siglo X?
ResponderEliminarBuena e irónica apreciación, Francesc.
Y yo añadiría otra pregunta: lo de "idioma argentino" tiene algún significado que se me escapa? La reseña es excelente pero me queda esa duda.
ResponderEliminarSaludos!
Carlos, no he leído el libro. Tampoco conozco a su autor (mantengo esa pésima costumbre de leer poquísimo a mis compatriotas), pero aún así me atrevo a lanzar esta hipótesis: estará escrito utilizando el voseo, adjetivos calificativos tales como boludo, pelotudo o forro, verbos tales como coger o fifar, sustantivos tales como mina o chabón, o similares. Eso podría implicar la definición de idioma argentino.
ResponderEliminarEl autor de la reseña podrá confirmar o desestimar esta hipótesis.
Supongo que ese será el motivo, aunque me sigue pareciendo un tanto exagerado.
ResponderEliminarGracias, pibe!
Uh! Yo no recuerdo haber puesto eso de "idioma argentino". Que por cierto, no es demasiado notable aquí en sus giros característicos (por ejemplo, se nota mucho más en lo que escribe Pedro Mairal). En todo caso, el estilo es inapelable, no llega a sacrificarse forma por fondo, pero en ese sentido es algo gratificante, y desde luego nunca dificulta la comprensión de la novela.
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