Título original: Glennkill
Año de publicación: 2005
Traducción: María José Díez y Diego Friera
Valoración: está bien
Como modesto aficionado a las novelas policíacas o de misterio, uno ya ha visto de todo como protagonistas de las mismas: detectives profesionales o improvisados, periodistas, abogados, delincuentes... y hasta policías, claro. Pero no sólo personajes que desarrollan un oficio más o menos relacionado con el delito, en cualquiera de sus variantes; también profesores, camareros, criadas o dulces ancianitas. Incluso hay una serie destinada, en principio, al público juvenil, en la que el detective es un esqueleto fantasma, o algo parecido... Ahora bien, lo de la novela que reseño hoy supera todas las marcas de bizarrismo al respecto: en ella, la investigación del preceptivo asesinato lo lleva a cabo un rebaño de ovejas. Tal cual.
Sí, un rebaño. Sí, de ovejas e irlandesas, para más señas. No una oveja sola, pues la autora del libro fue lo bastante astuta como para para no pretender la verosimilitud de una oveja con las dotes deductivas de Sherlock Holmes o Poirot. lo que hizo, en cambio, fue distribuir estas cualidades entre diferentes animales del rebaño para que, gracias a su acción combinada, consiguiesen conformar un equipo investigador que ríete tú de C.S.I Las Vegas... Así, de la parte analítico-deductiva se encarga la oveja más inteligente de todas y puede que del mundo entero, Miss Maple (qué sutileza en el guiño, ¿eh?); la memorización de los datos es labor del orondo carnero -por otra parte, algo tonto- Mopple the Whale, mientras que la audacia necesaria para llevar a cabo la misión investigadora corre a cargo del negro carnero de las Hébridas Othello y de la oveja Zora. Hay más -bastantes más- miembros del rebaño como los hermanos Sir Ritchfield y Melmoth (sí, también errabundo), pero esta muestra ya vale para dar una idea, creo yo.
Y hay un muerto, claro, en este caso, el pastor y dueño del rebaño, George Glenn (es decir, el libro nos cuenta el asesinato de Glenn, en Glennkill... jo, me parto con tanto ingenio), que amanece una buena mañana tirado sobre su prado -que además no es un prado cualquiera, sino un bucólico prado con dolmen y todo, junto a la costa irlandesa- y con una pala clavada en la barriga. Que así de pronto no parece, la verdad, un método muy eficaz para asesinar a alguien, aunque sí lo suficiente, por lo visto, no sólo para cumplir su objetivo, sino para que además la policía no de con la menor pista del asesino...aunque también es cierto que ni se molesta en buscarlas (?); así pues, han de ser las ovejas del rebaño de George los que se decidan a averiguar lo que ha pasado con su pastor y, tomándoselo como una afrenta personal, a quien lo haya hecho... algo doblemente complicado no sólo por la proverbial falta de inteligencia de esa especie animal, sino por su desconocimiento casi absoluto del mundo de los humanos, habida cuenta que la mayoría de ellas ni siquiera ha salido nunca del prado de marras.
En fin, el asunto las tiene ocupadas más de 300 páginas, que pese a lo chocante del argumento y a que algún que otro momento tiene su gracia, también guardan otros muchos que las hacen parecer bastante más numerosas, hasta que llegamos al -aún más- absurdo final. Hay que reconocer que la autora ha tenido gran habilidad para contarnos una historia desde el punto de vista de las ovejas (yo no sabría ni por donde empezar), con la dificultad añadida del tipo de novela, digamos "policiaca", de que se trata. Es muy interesante, por ejemplo, cómo consigue hacernos ver el mundo desde la perspectiva de estos animales, subrayando, por ejemplo, la gran importancia que tienen los olores para ellos, o la diferencia de prioridades que les dicta su naturaleza con respecto a las humanas -primero, comer; luego protegerse; después, comer; luego, dormir, después, com... bueno, igual no somos tan diferentes-... Pero, caray, ¡que estamos hablando de una novela protagonizada por ovejas! No deja de ser una soberana tontería... (por no decir una santa chorrada). Y que conste que el primer interesado en toda clase de tonterías soy yo; de hecho, fue lo que me animó a leer este libro. Ahora bien, hay que darle la importancia y el interés que merece y avisar a quien quiera leerlo de que se va a encontrar una novela algo raruna, entretenida a ratos, pero poco más... incluso demasiado larga y complaciente, de alguna manera, para que podamos siquiera atesorarla con nuestras lecturas más entrañablemente bizarrescas.
Eso sí, a quien le guste la novela que sepa que, a raíz del éxito que debió tener el libro, al menos en Alemania, hay publicada una segunda parte. Por si quiere leerla (sé de uno que creo que no lo hará).
Sí, un rebaño. Sí, de ovejas e irlandesas, para más señas. No una oveja sola, pues la autora del libro fue lo bastante astuta como para para no pretender la verosimilitud de una oveja con las dotes deductivas de Sherlock Holmes o Poirot. lo que hizo, en cambio, fue distribuir estas cualidades entre diferentes animales del rebaño para que, gracias a su acción combinada, consiguiesen conformar un equipo investigador que ríete tú de C.S.I Las Vegas... Así, de la parte analítico-deductiva se encarga la oveja más inteligente de todas y puede que del mundo entero, Miss Maple (qué sutileza en el guiño, ¿eh?); la memorización de los datos es labor del orondo carnero -por otra parte, algo tonto- Mopple the Whale, mientras que la audacia necesaria para llevar a cabo la misión investigadora corre a cargo del negro carnero de las Hébridas Othello y de la oveja Zora. Hay más -bastantes más- miembros del rebaño como los hermanos Sir Ritchfield y Melmoth (sí, también errabundo), pero esta muestra ya vale para dar una idea, creo yo.
Y hay un muerto, claro, en este caso, el pastor y dueño del rebaño, George Glenn (es decir, el libro nos cuenta el asesinato de Glenn, en Glennkill... jo, me parto con tanto ingenio), que amanece una buena mañana tirado sobre su prado -que además no es un prado cualquiera, sino un bucólico prado con dolmen y todo, junto a la costa irlandesa- y con una pala clavada en la barriga. Que así de pronto no parece, la verdad, un método muy eficaz para asesinar a alguien, aunque sí lo suficiente, por lo visto, no sólo para cumplir su objetivo, sino para que además la policía no de con la menor pista del asesino...aunque también es cierto que ni se molesta en buscarlas (?); así pues, han de ser las ovejas del rebaño de George los que se decidan a averiguar lo que ha pasado con su pastor y, tomándoselo como una afrenta personal, a quien lo haya hecho... algo doblemente complicado no sólo por la proverbial falta de inteligencia de esa especie animal, sino por su desconocimiento casi absoluto del mundo de los humanos, habida cuenta que la mayoría de ellas ni siquiera ha salido nunca del prado de marras.
En fin, el asunto las tiene ocupadas más de 300 páginas, que pese a lo chocante del argumento y a que algún que otro momento tiene su gracia, también guardan otros muchos que las hacen parecer bastante más numerosas, hasta que llegamos al -aún más- absurdo final. Hay que reconocer que la autora ha tenido gran habilidad para contarnos una historia desde el punto de vista de las ovejas (yo no sabría ni por donde empezar), con la dificultad añadida del tipo de novela, digamos "policiaca", de que se trata. Es muy interesante, por ejemplo, cómo consigue hacernos ver el mundo desde la perspectiva de estos animales, subrayando, por ejemplo, la gran importancia que tienen los olores para ellos, o la diferencia de prioridades que les dicta su naturaleza con respecto a las humanas -primero, comer; luego protegerse; después, comer; luego, dormir, después, com... bueno, igual no somos tan diferentes-... Pero, caray, ¡que estamos hablando de una novela protagonizada por ovejas! No deja de ser una soberana tontería... (por no decir una santa chorrada). Y que conste que el primer interesado en toda clase de tonterías soy yo; de hecho, fue lo que me animó a leer este libro. Ahora bien, hay que darle la importancia y el interés que merece y avisar a quien quiera leerlo de que se va a encontrar una novela algo raruna, entretenida a ratos, pero poco más... incluso demasiado larga y complaciente, de alguna manera, para que podamos siquiera atesorarla con nuestras lecturas más entrañablemente bizarrescas.
Eso sí, a quien le guste la novela que sepa que, a raíz del éxito que debió tener el libro, al menos en Alemania, hay publicada una segunda parte. Por si quiere leerla (sé de uno que creo que no lo hará).
Después de haber leído durante 5 años novelas policiacas, hoy suelo dejarlas en el primer capítulo. La mayoría me producen un"déjà vu" desalentador. Hay demasiada novela "policaca". Desde luego, no había tenido nunca noticia de ovejas detectives. Más bien parece una idea apta para la parodia. Ahora que lo pienso, me gustaría leer una parodia hilirante del género policiaco. Si conocéis alguna os agradecería la información. Un cordial saludo a Juan y a todo el equipo.
ResponderEliminarHola, Ardilla:
ResponderEliminarPues a bote pronto, sólo se me ocurren las novelas del detective loco de Eduardo Mendoza ("El misterio de la cripta embrujada", etc...) y las del sevillano Julio Muñoz Gijón (@rancio), que no he leído, pero cuyos títulos dejan lugar a pocas dudas... ("El asesino de la regañá", "Operación Chotis en adobo", etc...).
En cuanto a lo de las ovejas, no tengo claro hasta que punto es una parodia y hasta qué punto va en serio.. XP
Un saludo y gracias por seguirnos.
Hola, Juan: a mí me encantan las novelas que mencionas de Mendoza, me parecen muy divertidas sobre todo. Y por añadir algo, las novelas de Plinio, el detective de García Pavón, representan de algún modo el mundo de la castilla más profunda y gañana, con su toque de humor ácido en ocasiones.
EliminarSaludos
Lo leí hace tiempo, piqué porque pensé que sería divertido, pero me pareció bastante malo, desde luego sin pizca de gracia (y mira que el argumento se prestaba). En mi caso lo pondría en la categoría de más que prescindible y mejor ahorrárselo. ¿Segunda parte? ¡Ni por asomo!
ResponderEliminarBesos.
Hola Sol:
ResponderEliminarYo también probé porque la idea me parecía divertida, pero pronto la novela se hace demasiado repetitiva y, a la postre, larga. Creo que si la acabé fue sobre todo para poder escribir esta reseña. No obstante, le he puesto un "está bien", más que nada por la habilidad de la autora para meterse en la piel de unos animales, aunque quizás sería más ajustado un " se deja leer".
Un saludo y gracias por el comentario.
También la leí, por curiosidad. Es bastante boba, en general, aunque algunas escenas están bien, sobre todo algunas panorámicas, con ojos ovinos, de vida y costumbres humanas.
ResponderEliminarHola Dr. Fabián:
ResponderEliminarHas resumido en un par de frases lo que yo he necesitado toda la reseña para explicar. Gracias ; )
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola, Ardilla:
ResponderEliminarPues si no has leído "La promesa" de Friedrich Dürrenmatt, te la recomiendo bastante. Es una parodia brutal de la novela y el cine policíaco.
Hola,Lucas:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu sugerencia; parece muy prometedora.
Hola Lupita:
ResponderEliminarGracias por tu aportación. Plinio es además, si no me equivoco, uno de los primeros personajes de "novela negra a la española" que se han escrito.
Un saludo y gracias por seguirnos.
Un esperpento, diría.
ResponderEliminarCon tu reseña, Juan, lo paso al listado de obras totalmente prescindibles.
Al Sr Ardilla me atrevo a recomendarle los relatos de Don Isidro Parodi, de Bustos Domecq. Pseudónimo literario de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, que a través de estas obras escritas a cuatro manos rinden homenaje, muy divertido de a ratos, al género policial.
Del cual se ocuparon seria y brillantemente con la edición de la colección "El Séptimo Círculo" de la editorial emecé, allá por los años 60.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHe tenido que editar el comentario anterior:
ResponderEliminarBuena reseña, leí el libro hace años y si bien no es una lectura trascendental a mí me dijo una sensación grata y en general no me pareció mal, como bien dice Dr. Fabián tiene algunas escenas ¿panorámicas? bien graciosas. No para leer una secuela desde luego. Y también me anoto la recomendación de Lucas y pregunto yo¿no se puede incluir al padre Brown de GK Chestreton en ese tipo de novelas paródicas? Saludos.
Por cierto y en referencia a la recomendación de Lucas ¿no será la sospecha en lugar de la promesa? Saludos
ResponderEliminarLLÁMAME YA, AHORA EN ESTE MISMO INSTANTE FIJO. En este momento en cualquier lugar. En este momento tú pondrás tu concentración y tus pensamientos de Nuevo en mí (tu nombre), tú entiendes que no puedes vivir sin mí. En este momento comenzaras a descartar tu orgullo. En este momento tú estás dispuesta a llamarme. En este momento tu estas pensando en mi (tu nombre). ¿Vas a tratar de resistir? No te resistas. Si tu (su nombre). Si no me llamas ahora me vas a llamar mas tarde. Pero puedes estar seguro de que me llamarás. Tú entiendes que estás enamorado de mí y no puedes estar sin mi presencia. En este momento tú piensas en mí (tu nombre). Invoco a los siete ángeles, Miguel, Gabriel y Rafael, Zadkiel,Uriel, Chamuel y Jofielpara iluminar tu corazón ………Y deshacer cualquier duda. Lo que Miguel expulsará Cerca de ti es el espíritu del mal, todas las influencias del mal. Gabriel para anunciar a ti …….. Mi nombre ……… que soplen al Oído la palabra amor y te acuerdes de mí …….., anuncio a su Ángel de la guarda Rafael para que utilice el bálsamo curativo para sanar la desconfianza que se a desarrollado en tu corazón, y para mantener abierta la cicatriz del amor y el deseo hacia mí ……Arcángel Zadkiel ayudame a trasmutar todo la envidia el rencor y los problemas que surgieron alrededor de nuestro amor. arcángel Uriel ayúdanos a tener paz y tranquilidad en nuestros corazones para poder acercarnos con mucho más amor. arcángel Chamuel elimina todo rencor y aumenta el amor de ……… Hacia mi …….. Y amadisimo arcangel Jofiel para dispersar las dudas que tenga hacia mi….. mi amado …….Que así sea. Así es, y así será por siempre. Con todo mi amor! Cuando este mensaje se publique en dos minutos ella tendrá un impulso irresistible para que me llame.
ResponderEliminarHola, Sir Robin: no había pensado en el padre Brown, y hasta cierto punto sí que encajaría en ese "subgénero" paródico de las historias de misterio, por lo inusual del personaje detectivesco y lo insólito de los casis que resuelve. Pero, al mismo tiempo, no creo que Chesterton escribiera esos relatos con espíritu burlesco o siquiera humorístico, dado que él era un convencido católico, y además converso, creo, luego doblemente convencido. Relatos, en cualquier caso, muy recomendables de leer, por supuesto...
ResponderEliminarAmigo anónimo: te agradezco mucho tu comentario porque desde siempre he sido muy devoto de los ángeles Uriel y Chamuel. Al que no soporto es a Raphael (aunque el ángel me da lo mismo).
Un saludo a los dos.
Pues a mí me ha gustado un montón. Me he reído y me ha resultado una lectura amena, ligera, sin pretensiones, agradable. Y me enganché a las ovejas y quería más. Cuando descubrí que había secuela me la compré de segunda mano, porque no está en las librerías, con mucha ilusión. La primera es más fresca pero a mí lo que me gustan son las conversaciones ovejunas!!!
ResponderEliminarPara pasar un buen rato grato.
Llego unos 7 años tarde, pero ¿sabes que bizarro significa valiente, aguerrido? No tiene el significado de raro, o estrafalario que mucha gente le adjudica.
ResponderEliminarHola Gorgollita:
ResponderEliminarTienes razón... o la tenías, mejor dicho, porque me temo que ya hace unos cuantos años que la RAE incluyó en la definición de "bizarro" la acepción de, precisamente, "raro o extravagante", como puedes comprobar en el siguiente enlace: https://dle.rae.es/bizarro
En todo caso, gracias por tu visita y tu aportación y un saludo.