Año de publicación: 2006
Valoración: Muy recomendable
Después de cierto tiempo sin leer a Paul Auster, uno de mis autores favoritos, caí en la cuenta que faltaba por reseñar este libro en ULAD (cosa atípica, hay mucha obra del autor ya reseñada). Con alguna duda acerca de si mis recuerdos sobre sus obras estarían mitificados por el paso del tiempo, este temor se desvanece ya en las primeras líneas. Y es que Auster siempre aporta algo, siempre mantiene unos mínimos y muy a menudo los supera con creces, como en este caso.
La novela empieza con un protagonista principal, Nathan Glass, a la edad de sesenta años. Ya de entrada, el autor nos sitúa en contexto poniendo todas las cartas sobre la mesa: Nathan habla directamente al lector y se dirige a él, cosa que en manos de otros autores podría incomodar e incluso alejarnos ante tal osadía, pero Auster saber hacerlo de forma que, acortando la distancia entre narrador y lector, consigue que el lector empatice directamente con Nathan y le coja cariño desde un inicio. Así, el protagonista nos cuenta en primera persona cómo busca un piso de alquiler en Brooklyn, lugar donde pasó su infancia, con el objetivo de vivir sus últimos días después de haber sufrido un cáncer que teme que acabe con él. En seguida nos pone en antecedentes contándonos que se dedicaba a vender seguros de vida, que estuvo casado durante más de treinta años, que ha tenido una hija y se culpa a sí mismo del divorcio. Para ocupar los días, tiene pensado ocupar su tiempo escribiendo "El libro de la estupidez humana", un libro sobre anécdotas curiosas de la gente que ha ido conociendo a lo largo de su vida. Pero el encuentro con su sobrino Tom, quien trabaja en una librería y por quien sentía una gran admiración, cambia sus planes; el propietario de la librería resulta ser todo un personaje cargado de anécdotas: mercader de arte, ex marine, ex presidiario, ex millonario... La personalidad enigmática de Harry se añade a la historia y toma posesión de ella, creando un aura de misterio que hace crecer la historia, generando un envoltorio que engloba los personajes y amplía su perspectiva, mientras los llena de historias sobre su pasado y les aporta la dosis de distracción que sus tristes y agotadas y perdidas almas necesitan. La historia se ensancha, abre el abanico de las posibilidades narrativas y en medio de ello aparece Lucy, sobrina de Tom, con sus problemas e inquietudes. Esta aparición crea una situación anómala que deberán resolver.
Hay grandes momentos que nos deja la narración. Las disertaciones sobre literatura entre Tom y Nathan nos llevan al mejor Auster, cogiendo ritmo a una velocidad abismal. A medida que avanzamos en la lectura se añaden piezas a la historia hasta conformar un puzle completo, con un alto ritmo narrativo, y con un Auster que se crece y nos proporciona páginas memorables donde la velocidad de lectura no da abasto.
Más allá de las vicisitudes de los protagonistas, Auster nutre esta historia de pequeñas pinceladas de cotidianidad, añade anécdotas de los diferentes personajes que se encuentran, componiendo una amalgama de personajes que completan una historia llena de realidad. La habilidad de Auster se pone claramente de manifiesto en esta espléndida novela, detallando perfectamente los diferentes personajes e involucrándolos en una historia conjunta que, más allá de las ramificaciones que puedan desencadenarse en cada uno de ellos, consigue mantener la cohesión del relato y encajar todas las piezas en una única historia coral. Auster es hábil en la construcción de los caracteres que conforman sus personajes y en establecer una historia de fondo, bien estructurada y narrada, con un ritmo constante y que favorece que, una vez empiezas la lectura, no puedes apartar los ojos de las páginas que te mantienen atrapado.
A través de las pequeñas historias que contiene el libro, Auster nos habla de la familia, de la calidez transmitida y sus problemas, de las relaciones satisfactorias y de las que no fructifican, de los deseos de conseguir un futuro mejor, aun y a pesar de uno mismo. Hablando directamente al lector, dirigiéndose a él, Auster se acerca a nosotros y nos hace copartícipes de las historias de sus personajes hasta el punto que, no sólo llegamos a entenderlos, sino que les cogemos cariño. Auster nos vence en la proximidad que hábilmente manifiesta en esta historia, y consigue que sus personajes pasen a un lugar siempre presente de nuestros recuerdos.
Un gran libro sin ninguna duda, lleno de suficientes matices para enriquecer el universo literario de la obra de Auster y hacer disfrutar mucho de su lectura. Por más libros que uno haya leído del autor, siempre consigue acercarse un poco más a esa íntima parte de uno donde sitúa a los escritores de referencia. Y ya queda poco para la publicación de la que puede ser su obra cumbre: "4 3 2 1". Aunque no falta mucho, la espera se hace larga, aunque siempre nos quedará la presencia de Nathan en nuestros recuerdos.
Encontraréis más reseñas de Paul Auster en ULAD aquí
La novela empieza con un protagonista principal, Nathan Glass, a la edad de sesenta años. Ya de entrada, el autor nos sitúa en contexto poniendo todas las cartas sobre la mesa: Nathan habla directamente al lector y se dirige a él, cosa que en manos de otros autores podría incomodar e incluso alejarnos ante tal osadía, pero Auster saber hacerlo de forma que, acortando la distancia entre narrador y lector, consigue que el lector empatice directamente con Nathan y le coja cariño desde un inicio. Así, el protagonista nos cuenta en primera persona cómo busca un piso de alquiler en Brooklyn, lugar donde pasó su infancia, con el objetivo de vivir sus últimos días después de haber sufrido un cáncer que teme que acabe con él. En seguida nos pone en antecedentes contándonos que se dedicaba a vender seguros de vida, que estuvo casado durante más de treinta años, que ha tenido una hija y se culpa a sí mismo del divorcio. Para ocupar los días, tiene pensado ocupar su tiempo escribiendo "El libro de la estupidez humana", un libro sobre anécdotas curiosas de la gente que ha ido conociendo a lo largo de su vida. Pero el encuentro con su sobrino Tom, quien trabaja en una librería y por quien sentía una gran admiración, cambia sus planes; el propietario de la librería resulta ser todo un personaje cargado de anécdotas: mercader de arte, ex marine, ex presidiario, ex millonario... La personalidad enigmática de Harry se añade a la historia y toma posesión de ella, creando un aura de misterio que hace crecer la historia, generando un envoltorio que engloba los personajes y amplía su perspectiva, mientras los llena de historias sobre su pasado y les aporta la dosis de distracción que sus tristes y agotadas y perdidas almas necesitan. La historia se ensancha, abre el abanico de las posibilidades narrativas y en medio de ello aparece Lucy, sobrina de Tom, con sus problemas e inquietudes. Esta aparición crea una situación anómala que deberán resolver.
Hay grandes momentos que nos deja la narración. Las disertaciones sobre literatura entre Tom y Nathan nos llevan al mejor Auster, cogiendo ritmo a una velocidad abismal. A medida que avanzamos en la lectura se añaden piezas a la historia hasta conformar un puzle completo, con un alto ritmo narrativo, y con un Auster que se crece y nos proporciona páginas memorables donde la velocidad de lectura no da abasto.
Más allá de las vicisitudes de los protagonistas, Auster nutre esta historia de pequeñas pinceladas de cotidianidad, añade anécdotas de los diferentes personajes que se encuentran, componiendo una amalgama de personajes que completan una historia llena de realidad. La habilidad de Auster se pone claramente de manifiesto en esta espléndida novela, detallando perfectamente los diferentes personajes e involucrándolos en una historia conjunta que, más allá de las ramificaciones que puedan desencadenarse en cada uno de ellos, consigue mantener la cohesión del relato y encajar todas las piezas en una única historia coral. Auster es hábil en la construcción de los caracteres que conforman sus personajes y en establecer una historia de fondo, bien estructurada y narrada, con un ritmo constante y que favorece que, una vez empiezas la lectura, no puedes apartar los ojos de las páginas que te mantienen atrapado.
A través de las pequeñas historias que contiene el libro, Auster nos habla de la familia, de la calidez transmitida y sus problemas, de las relaciones satisfactorias y de las que no fructifican, de los deseos de conseguir un futuro mejor, aun y a pesar de uno mismo. Hablando directamente al lector, dirigiéndose a él, Auster se acerca a nosotros y nos hace copartícipes de las historias de sus personajes hasta el punto que, no sólo llegamos a entenderlos, sino que les cogemos cariño. Auster nos vence en la proximidad que hábilmente manifiesta en esta historia, y consigue que sus personajes pasen a un lugar siempre presente de nuestros recuerdos.
Un gran libro sin ninguna duda, lleno de suficientes matices para enriquecer el universo literario de la obra de Auster y hacer disfrutar mucho de su lectura. Por más libros que uno haya leído del autor, siempre consigue acercarse un poco más a esa íntima parte de uno donde sitúa a los escritores de referencia. Y ya queda poco para la publicación de la que puede ser su obra cumbre: "4 3 2 1". Aunque no falta mucho, la espera se hace larga, aunque siempre nos quedará la presencia de Nathan en nuestros recuerdos.
Encontraréis más reseñas de Paul Auster en ULAD aquí
Lo leí hace tiempo y me encantó. Al final (abierto) se cuela en el discurrir de los personajes, como de rondón, la aparente mañana de un día cualquiera: el 11 de septiembre de 2001.
ResponderEliminarQuería añadir que, siendo yo bastante joven, un guión (*) de Auster me hizo amar el cine. Me refiero obviamente a la película Smoke.
ResponderEliminar(*) Sigo escribiendo guión con acento. Creo que fonéticamente es palabra bisílaba, al menos en español de España.
No leo nada de Auster desde Sunset Park, y ya hace 7 años; De Brooklyn Folies sólo recuerdo que me gustó mucho, pero no ponía el argumento en pie ni aun leyendo tu reseña. La verdad es que Paul Auster siempre es disfrutable y rara vez decepciona. Equilibra como nadie calidad y entretenimiento, y esto hay que reconocérselo. Así que efectivamente, esperamos 4321 en Septiembre con regocijo; siete años son muchos años ya!
ResponderEliminarHola Sandra. Efectivamente, ese final abierto dejando caer, como quien no quiere la cosa, la fecha del 11S indica que años después de lo sucedido, el recuerdo de lo sucedido siempre está presente (como no puede ser de otra forma, por supuesto).
ResponderEliminarAcerca de sus guiones escritos para el cine, también son interesantes y parece que su afición a tal arte lo ha heredado su hija, participando en varias películas.
Saludos y gracias por comentar!
Marc
Hola Javier, gracias por tus comentarios (habituales ya en ULAD, cosa que celebramos).
ResponderEliminarCiertamente, siete años sin publicar son muchos aunque las mil páginas que tiene "4 3 2 1" deben necesitar mucho tiempo. Ganas ya de que pase un mes para ponerme con la lectura ya que según indica el mismo Auster, parece que ha estado toda su vida preparándose para esa obra. Veremos, y reseñaremos ;-)
Saludos
Marc
Como indicas en tu reseña, espléndido libro. Que leí hace ya algunos años y disfruté enormemente. No se si está entre las mejores obras de Auster, pero es muy buena, sin dudas. Y ese final...
ResponderEliminarComo apostilla final, la clasificaría dentro de la categoría realista austeriana, junto a Leviatan o Sunset Park. Muy lejos de su categoría metaliteraria/realista-mágica donde antojadizamente ubico El libro de las ilusiones, La trilogía de Nueva York, Mr Vértigo o El país de las últimas cosas.
Hol, Puma. También soy de la opinión que se encuentra entre los mejores de Auster. Y buen apunte en la clasificación de sus obras, a las que añadiría, para completar, su vertiente autobiográfica con "A salto de mata", "Informe del interior" y "Diario de invierno" (todos ellos leídos y que cuentan entre mis favoritos).
ResponderEliminarSaludo, y gracias por tus comentario.
Marc
A mí, de Auster, me gustaron más 'La noche del Oráculo' y 'El libro de las ilusiones'. Parece que con 'Brooklyn Follies' el autor haya querido hacer algo más redondo pero sin conseguirlo. Se nota que empieza a escribir sin saber donde le llevará, cosa que le ha salido bien muchas veces pero nunca con tantos personajes como en ésta.
ResponderEliminarSandra, también me encantó Smoke.
Hola Anna, lamento que no hayamos coincidido. En cualquier caso, siempre alegra ver que Auster tiene muchos seguidores, a pesar que discrepemos en la hora de valorar sus mejores libros.
ResponderEliminarGracias por comentar la entrada.
Saludos
Marc
A las buenas: coincido con Javier, y con Sandra, leí el libro hace años, el primero que leí de Auster y me encanto, pero me sucede como a Javier no sería capaz de recomponer la historia, no ha dejado "huella" en mi salvo el recuerdo de de que fue una lectura agradable. Saludos.
ResponderEliminarHola Sir Robin. Es posible que a mí también me acabe ocurriendo ya que con Paul Auster me sucede a veces que mezclo alguna historia, por ser similar a otra. De todos modos, la verdad es que el personaje de Nathan me encantó y espero que su recuerdo perdure mucho tiempo.
ResponderEliminarSaludos, y gracias por comentar tan frecuentemente; se agradece.
Marc
Uno de mis preferidos del autor.
ResponderEliminarHola Melina, también es mi caso :-)
ResponderEliminarGracias por comentar.
Saludos
Marc
Cuales serían los mejores Austers?
ResponderEliminarUn saludo!
Sobre gustos no hay nada escrito, dice el refrán.
ResponderEliminarA mí me gustaron muchísimo La trilogía de Nueva York y Leviatan.
Un poquito menos, Mr Vértigo y El libro de las ilusiones.
Hola Anónimo,
ResponderEliminarCoincido con El Puma. Añadiría a sus mejores libros, aparte de "Brooklyn Follies", "A salto de mata", "Informe del interior" e "Invisible". Y también añadiría, en la lista de peores, "Tombuctu".
Ya puestos, también es interesante "Aquí y ahora“ donde se recoge la relación epistolar mantenida con Coetzee (otro de los grandes) y aprovecho para valorar también la obra de su esposa Siri Hustvedt, de la que soy un gran admirador.
Saludos y gracias por comentar, sugerir y preguntar ;-)
Saludos
Marc
'Invisible' es su mejor novela para mi gusto.
EliminarExcelente reseña Marc, la verdad que lei esta reseña y gracias a ella compre el libro. Hace tiempo que soy seguidor de este blog y generalmente coincido con los títulos y calificaciones y creo que me han dado grandes lecturas, pero hace mucho que no disfrutaba tanto de un libro como con este, por el simple placer de leer. El personaje de Nathan es tan sincero y entrañable que le tome cariño desde el primer instante, es un placer ver toda la evolución que va experimentado el personaje, un personaje que esta en el final de su vida y que llega a Brooklyn a morir y sin embargo cuando no esperaba nada rearma y forma una nueva familia,y cada uno de los personajes secundarios aportan algo a la historia, me encanto sus conversaciones literarias con Tom, el halo de misterio y el derrroche de derroches de Harry, la traviesa Lucy, cada uno de los personajes me resulto querible y familiar y me agrado el tono de la novela, que oscila relatos cotidianos del día a día a hechos excepcionales y fuera de lo común.
ResponderEliminarUna vez mas gracias por la reseña y de ahora en adelante le voy a prestar mas atención al bueno de Auster, que no lo tenia ni en figuritas.
Saludos desde argenitna
Hola Toti, ¡muchísimas gracias por tu comentario! Me alegro que te haya gustado el libro. Coincido plenamente contigo cuando dices que con este libro "por el simple placer de leer". Es exactamente así, es un libro que lees disfrutando de sus personajes, no sufres por ellos ni temes por lo que les pueda pasar porque el tono del libro no va por ahí. Va como indicas, de manera muy acertada, de cómo alguien que llega a una edad avanzada sin demasiada compañía, acaba formando una "familia" gracias, simplemente, a su manera de ser. Nathan desprende gratitud, y es imposible no encariñarse con él. Y el resto de personajes completan un universo de personas que complementan la historia encajando perfectamente, aportando sus peculiares caracteres.
ResponderEliminarGracias de nuevo por comentar, y hacerlo además de forma tan extensa y enriquecedora.
Saludos
Marc
Acabo de terminar el libro, que saqué de la biblioteca animado por la reseña y valoración. Del autor sólo había leído Tombuctú, hace muchos años, y del que aunque únicamente recuerde que el protagonista era un perro sí me dejó buena impresión (a saber qué me parece si lo leyera ahora …). El caso es que Brooklyn … empezó gustándome mucho al principio, prometía, pero a medida que el libro avanzaba se me fue deshichando. En primer lugar la historia no me ha parecido nada creíble, demasiados sucesos en tan poco tiempo, una serie de relaciones humanas que no entiendo que puedan darse en ese espacio de tiempo y actitudes inverosímiles principalmente. Por otro lado, la descripción emocional que se hace de algunos personajes no se corresponde con la visión que de los mismos se refleja en el texto, empezando por el protagonista. He acabado de leer la novela imaginándome a la vez que estaba viendo una película “americana”. Siempre he preferido leer el libro a ver la película, pero en este caso hubiera elegido la película porque me hubiera aportado exactamente lo mismo. Quién soy yo para decirle a un autor cómo tiene que escribir, pero pienso que a esta novela le falta profundidad y ¿extensión? para contar con más veracidad lo que cuenta. Es de lectura fácil, se lee del tirón y como la mayoría de los libros, tiene aportaciones y puntos de vista interesantes, además de su originalidad, pero mi subjetiva valoración sería entre “se deja leer” y “está bien”. En cualquier caso, y a la vista de los comentarios positivos, considero a P. Auster un autor a tener en cuenta y que seguramente volveré a leer. Saludos y como siempre, mi ehnorabuena por vuestro enriquecedor blog. Toni.
ResponderEliminarHola Toni. Lamento que el libro no te haya entusiasmado tanto como a mí. No te quito parte de reazón cuando indicas que tiene cierto aire de "película" por su ritmo elevado y rápida sucesión de acontecimientos. Confieso que cuando leía el viaje que hacen, le puse imágenes muy fácilmente (aunque también es cierto que acostumbro a "visualizar" las escenas que leo).
ResponderEliminarEn cualquier caso, si te animas con algun otro libro del autor, hay muchas reseñas en ULAD sobre sus libros en las que puedes buscar información (además de los propuestos en los comentarios de los lectores del blog), y te aconsejaría probablemente "La trilogía de Nueva York" o "Informe del interior", probablemente de los que más me guastaron.
Muchas gracias por comentar la entrada y también por el elegio que haces del blog. Palabras como las que nos dedicas son una motivación extra para seguir reseñando libros. Se agradece :-)
Saludos
Marc
En setenta años que llevare en este mundo el próximo agosto, d.m.éste es el mejor libro que he leido en mi vida, que he leido unos cuantos.Como dice la juventud actual, me he quedado flipando.Gracias,Marc Peig, que dios te bendiga, a ti y todos los compis,como diria quien yo sé, de ULAD.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, pepelleo, por leernos y por agradecer la existencia de ULAD. Comentarios como el tuyo animan a seguir y, claro, también ayuda encontrarse con libros de la calidad de Brooklyn Follies,, pues es un muy buen libro.
ResponderEliminarAprovecho para felicitarte por adelantado por tus próximos setenta años y que cumplas muchos más acompañado de buenas lecturas y de las reseñas de ULAD.
Saludos
Marc
Hola, David.
ResponderEliminar“Invisible” también es de los que más me gustó.
Saludos
Marc