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miércoles, 8 de febrero de 2017

Teju Cole: Cada día es del ladrón

Idioma original: inglés
Título original: Every Day is for the Thief
Año de publicación: 2007
Traducción: Marcelo Cohen
Valoración: muy recomendable

El mundo editorial tiene sus misterios inentrañables. Sorprende que Cada día es del ladrón no se publicara aquí antes que Ciudad abierta, una notable colección de relatos basados en los paseos de Cole por Nueva York. Curiosamente, el que me ocupa me ha parecido algo superior, aún contando con una estructura similar. Quizás más fresco, quizás sus escenarios menos familiares con los de las viejas ciudades del mundo occidental. Porque esta vez Cole sitúa sus paseos en Lagos, Nigeria, ciudad natal a la que vuelve tras más de una década en USA, tiempo más que suficiente para que su presencia y su acento le delaten: ya parece un extranjero en su propio país. Hasta el extremo de que sus familiares le den valiosos consejos, como evitar un transporte público deficiente e inseguro, esquivar miradas de extraños, no responder a provocaciones. Pues, a pesar de las esperanzas puestas, la Nigeria a la que Cole vuelve es un país todavía inseguro. La corrupción a que hace mención de forma sutil el título acecha por todos lados. Cole se frustra con ello, pero prácticamente a cada paso que da halla una demostración más de que eso es así.
Nigeria es un caos y Lagos el paradigma de este caos. Una ciudad enorme, que ha multiplicado por 90 su población en apenas 60 años, que ha crecido en horizontal sin orden ni concierto. Afectada por ese caos que se filtra en el día a dia de su gente. Colapsos circulatorios constantes, apagones diarios, miseria, violencia, desigualdad social entre los que se han aprovechado desde el principio de sus privilegios y los que a duras penas recogen las migajas.
Mientras Cole visita lugares de su pasado o se encuentra con familiares y amigos, va constatando, para su desesperación, como el equilibrio entre raíces y presente va decantándose a favor de este último. Malos sueldos, existencias precarias, país en crecimiento que da la espalda a educación y cultura. Pocas expectativas aparte de la picaresca del día a día, necesaria para garantizar el siguiente ágape, y Cole tratado como si el mero hecho de ganarse la vida en Estados Unidos lo convirtiera en un potentado en su país cuando se trata de una mera visita que solo hace que confirmar que su futuro ya no está donde están sus raíces. Cole representa (junto a Junot Díaz o Jhumpa Lahiri) a esa cada día más nutrida comunidad de escritores estadounidenses de adopción. Un fenómeno que no es nuevo pero sí se hace cada vez más relevante, escritores de mediana edad que ya han incorporado el inglés como primera lengua de sus obras, que conservan, sin que el primer leit-motiv sea la nostalgia, vínculos con sus culturas de origen, pero en cuya prosa trasluce algún sentimiento de agradecimiento por la acogida. No hablo de aduladores. Hablo de talentos que en sus lugares de origen no hubieran dispuesto de oportunidades para desarrollarse o darse a conocer. Por los motivos que sea: necesidad, falta de industria, lo que sea. Dicen, y no les falta a veces razón, que el panorama literario estadounidense suele colocarnos una y otra vez lo mismo bajo distintos pretextos. Imposible un juicio definitivo, y seguramente injusto. Aquí Cole es un cronista de como el regreso puntual al país de origen queda filtrado por el cambio (irreversible) de perspectiva. Lo hace muy bien, hace que nos interese, y su lectura hace que conozcamos más sobre esa situación. No creo que pueda exigirse más.

De Teju Cole ya reseñamos en ULAD: Ciudad abierta

4 comentarios:

  1. Debes ser el único que lo ponga por delante de Ciudad Abierta. Saludos

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  2. No he leído aún "Cada día es del ladrón", pero sin duda lo haré. Con "Ciudad abierta" tuve esas sensación ya comentada de estar leyendo algo sin principio, ni final, ni hilo conductor pero que al propio tiempo no puedes dejar de leer porque te tiende la mano y te invita a acompañarle en el camino. Ojalá "Cada día es del ladrón" me atrape igual.
    Saludos.

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  3. Coincido con Alimaña Chef en su comentario, añadir que el argumento parece similar al de "Americanah" de Chimamanda Ngozi Adiche otra obra, extensa, pero muy recomendable. Buena reseña como es habitual. Felicidades y gracias por vuestro trabajo.

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  4. Supongo que debe tener que ver con mi filia por Kapuscinski, pero es que me encantan esas obras que hablan del día a día en las ciudades del continente africano. New York ya está muy sobado como escenario de andanzas, no creéis?? Gracias por los comentarios.

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