Año de publicación: 2015
Valoración: Recomendable
En la historia de la literatura ha habido muchos autores
que han publicado y triunfado con libros escritos, por distintos motivos, en
idiomas que no eran su idioma materno. Destacan, por ejemplo, Jozef Teodor Konrad Korzeniowski, polaco de nacimiento y grandísimo escritor en lengua inglesa con el nombre de Joseph Conrad, Vladimir Nabokov, ruso de nacimiento y reconocido internacionalmente por su obra en lengua inglesa (¡anda, igual que Conrad!) o Samuel Beckett, dublinés de nacimiento pero mundialmente famoso por su obra en francés.
Así podríamos seguir durante horas y horas, pero nos vamos a
detener en una autora, Aleksandra Lun, polaca de nacimiento, que en 2015
publicó su primer libro. ¡Y lo hizo en el idioma de Cervantes y no en su polaco natal!. Por cierto, en una edición muy curiosa y auténticamente de bolsillo (15
* 10), gracias a la Editorial Minúscula.
Lun se basa en su experiencia personal y la convierte en el punto de partida de la novela. ¡Pero tranquilos! No estamos ante un libro de esa "literatura del yo-yo-yo-yo-mi-me-conmigo" tan de moda últimamente. Esto es ficción. Sí, basada en hechos reales, pero ficción.
Lun se basa en su experiencia personal y la convierte en el punto de partida de la novela. ¡Pero tranquilos! No estamos ante un libro de esa "literatura del yo-yo-yo-yo-mi-me-conmigo" tan de moda últimamente. Esto es ficción. Sí, basada en hechos reales, pero ficción.
"Los palimpsestos" nos presenta a Czeslaw Przesnicki (también polaco, también
escritor), autor de la novela de escaso éxito “Wampir” e inmerso en la creación
de su segunda novela “Kaskader”, escritas ambas en idioma antártico y no en
polaco. El pobre hombre se encuentra ingresado en un hospital psiquiátrico de
Lieja donde, con el fin de ser curado de tan extraña dolencia, está siendo sometido a una dura “terapia bartlebiana” que
incluye, entre otras cosas, compartir habitación con algún compatriota (por aquello
de ir presionándole para que escriba en su lengua materna). Al bueno de Przesnicki le toca en suerte el padre Kalinowski, tan obsesionado con la bicicleta estática como con Karol Wojtila
El libro está escrito en forma de diario, con multitud de
repeticiones, fruto de la rutina en el psiquiátrico, las obsesiones y traumas del protagonista, mezclando momentos de
delirio con otros de gran lucidez. Todo ello con mucha frescura y gran sentido del
humor.
Esa combinación de delirio y lucidez se manifiesta en los extraños sueños
que tiene el protagonista, sus obsesiones (los cementerios, Hitler), sus conversaciones con su compañero de habitación o las
humillantes agresiones que sufre a manos de furibundos escritores antárticos.
Destacar también la aparición de famosísimos escritores que se encuentran ingresados en el sanatorio para ser tratados de la misma "dolencia", como los citados Conrad, Nabokov o Beckett, pero también Emil Cioran, Isak Dinesen o Agota Kristoff, que aconsejan a Przesnicki y le animan a seguir escribiendo. Estas apariciones harán al lector plantearse preguntas como ¿Qué puede llevar a un escritor a abandonar
su lengua materna? o ¿Hubiera sido Conrad tan buen escritor de haber escrito en polaco y no en inglés (o Nabokov en ruso...)? o ¿Está más limitado un escritor por escribir en una lengua adoptiva? Juzguen
ustedes mismos.
En resumen, divertido y original debut de una
autora a la que trataremos de no perder de vista. La cosa promete.
Gracias por dejarnos claro que una novela es ficción.
ResponderEliminarHola anónimo:
ResponderEliminarCreo que en las últimas décadas los conceptos no son tan claros como hace siglos.
A modo de ejemplo, "A sangre fría" que, para mi, es novela y no es ficción.
O más recientemente, "Mi lucha", Knausgard, que serían algo así como novelas autobiográficas.
Y en este caso, teniendo en cuenta que el protagonista está en una situación de partida similar a la de la autora (por el hecho de escribir en un idioma distinto a su polaco materno), Lun no hace del libro una novela autobiográfica ni nada por el estilo.
Un saludo