Título original: コインロッカー・ベイビーズ (Koinrokkā Beibīzu)
Año de publicación: 1980
Traducción: Pilar Álvarez Sierra
Valoración: entre recomendable y está bien
Imaginemos por un momento, cada uno de nosotros, que somos un escritor joven, que ha publicado ya un par de novelas que consiguen notoriedad y buenas críticas en nuestro país. Ante nosotros se abre un futuro literario prometedor... ¿suena bien, verdad? Pero en ese momento comienza a publicar otro novelista que se apellida exactamente igual y que no sólo tiene también cierto éxito, sino que éste comienza a ser arrollador, descomunal, a los largo y ancho de todo el globo... Horreur! ¿Qué hacer? Ya es demasiado tarde para firmar con otro apellido y ,además, nuestros libros también son bien acogidos aunque, no obstante, no tanto... demasiado bien como para abandonar la escritura y dedicarse a otra cosa... la música, por ejemplo; ¿resignarse entonces a convertirse en un "escritor de culto"? ¿Pelear con uñas y dientes por el favor del público masivo? ¿Cometer seppuku?
Bien, algo así es lo que le pudo pasar a Ryunosuke Murakami... no hace falta decir con quién. Aunque he de aclarar que todo el párrafo anterior no se debe más que a una elucubración mía, completamente ociosa; para empezar, ignoro si el apellido Murakami es tan común en Japón -algo así como Pérez o González- como para que la coincidencia con Haruki no llame la atención de nadie. Además, al menos en su país las novelas de Ryunosuke han tenido bastante éxito, por lo visto, y se ha convertido en un autor bien considerado. Aunque no tanto, por supuesto, como para que se baraje su nombre cada año -incomprensiblemente- para el Nobel... Por otro lado, tampoco es que tenga mucho que ver la narrativa de Ryū con la de Haruki: en Los chicos de las taquillas, por ejemplo, encontramos jóvenes torturados por el desasosiego existencial, personajes autodestructivos, pasiones desesperadas, escenas de sexo algo morbosillas... ¿Eh? un momento, algo no me cuadra... mejor reseteamos... je.
Empiezo de nuevo: Los niños de las taquillas cuenta la historia -historias, pues a partir de un momento la narración se bifurca- de Kiku y Hashi, dos niños recién nacidos que son rescatados de sendas taquillas de monedas, donde han sido abandonados, en el verano de 1970 (ignoro si tan atroz circunstancia es habitual en Japón). Criados primero en un orfanato, son adoptados después por un matrimonio de una isla frente a la ciudad de Sasebo (localidad natal de Ryū Murakami), donde viven hasta que Hashi decide marcharse a Tokio para buscar a su madre biológica y convertirse en cantante. "Hermanos de taquilla" , por decirlo así, hay un lazo íntimo y casi indestructible entre ellos, aunque son muy diferentes: Kiku, deportista y resuelto, aunque tímido en su relación con los demás; Hashi, más "sensible" y aparentemente dependiente de su hermano... o quizás sea al revés.
No cuento más del argumento, que aún da varias vueltas y revueltas; sólo decir que nos encontramos ante una historia que oscila entre el hiperrealismo y la exageración esperpéntica; entre el intimismo y la espectacularidad, la introspección y el nihilismo... Se desarrolla entre la abigarrada multitud nipona y los escenarios desolados, casi postapocalípticas (el poblado minero abandonado, Toxicentro, archipiélagos de islotes sulfurosos...) o simplemente sórdidos (el barrio de Shinjuku, la cárcel, el manicomio), lo que le confiere a la novela, a mi parecer, un aire decididamente ochentero -soy algo ventajista: se publicó en 1980, claro-; al menos, a mí me ha recordado a ciertos cómics de esa época que he leído, que presentaban una visión del futuro desesperanzada, pero al tiempo, excitante...
No cuento más del argumento, que aún da varias vueltas y revueltas; sólo decir que nos encontramos ante una historia que oscila entre el hiperrealismo y la exageración esperpéntica; entre el intimismo y la espectacularidad, la introspección y el nihilismo... Se desarrolla entre la abigarrada multitud nipona y los escenarios desolados, casi postapocalípticas (el poblado minero abandonado, Toxicentro, archipiélagos de islotes sulfurosos...) o simplemente sórdidos (el barrio de Shinjuku, la cárcel, el manicomio), lo que le confiere a la novela, a mi parecer, un aire decididamente ochentero -soy algo ventajista: se publicó en 1980, claro-; al menos, a mí me ha recordado a ciertos cómics de esa época que he leído, que presentaban una visión del futuro desesperanzada, pero al tiempo, excitante...
Como se puede suponer, la novela resulta un tanto irregular -aunque son 500 páginas, después de todo-; no tanto porque lo sea su estilo, que siempre se muestra de lo más eficiente, ya tenga que lidiar con momentos líricos, soeces o bizarrescos, sino porque a uno le cuesta a veces entender a dónde quiere llegar el autor, con ciertos giros del argumento y las subtramas que van apareciendo. Aún así, es un libro que se lee con agrado y hasta expectación (aunque reconozco que me costó una buena cantidad de páginas meterme a fondo en él). En todo caso, creo que merece la pena prestarle más atención de ahora en adelante, a este Murakami cuya sensibilidad, más enérgica que lánguida, puede resultar más estimulante que otras a las que estamos acostumbrados
Pues después de leer hace un par de años "Azul casi transparente" se me han quitado las ganas de leer nada más de este "Murakami" hasta dentro de 25 años...
ResponderEliminarA mi este Murakami me dice tan poco como el eterno aspirante a Nobel. Como dato curioso, hay una peli coreana que se llama Coin locker girl que arranca exactamente igual que esta novela: con una niña abandonada en las taquillas de una estación de metro o tren, no recuerdo ya exactamente.
ResponderEliminarYa saltaron los detractores de Haruki...escondidos con la escopeta a la espera de poder dar sus tiritos de gracia...grandes expertos en literatura, seguid asi
ResponderEliminarHola a todos y ante todo, gracias por pasaros por aquí:
ResponderEliminarAnónimo 1, esta novel es lo único que he leído de este Murakami, así que no sé qué decirte... La reseña de !azul casi transparente" de nuestro siguiente comentarista no es negativa: http://dasbuecherregal.blogspot.com.es/2013/01/azul-casi-transparente-ryu-murakami.html y es alguien que suele acertar.
Cities: Moving, he de decir que antes de hacer mi reseña leí la de http://dasbuecherregal.blogspot.com.es/2013/02/los-chicos-de-las-taquillas-ryu-murakami.html , que me pareció muy ajustada, aunque en este caso creo que a mí me gustó más la novela. Resulta un tanto irregular, supongo que por haber sido escrita a lo largo de diferentes etapas, y hubo momentos más soporíferos, otros increíbles (quiero decir que no me los creía) y otros que me gustaron bastante.
En cuanto a la película, no la conozco. Puede haber alguna relación o puede que esta "costumbre" de abandonar bebés en las taquillas sea habitual en el Extremo Oriente, como aquí se hacía en el torno de los conventos o a la puerta de las iglesias, no sé...
Anónimo 2, créeme que en este blog los detractores de Haruki no están (o estamos, aunque yo no lo sea del todo) escondidos, precisamente...
¡Saludos a los tres!
@Anónimo del 2 de marzo de 2016/14:17:
ResponderEliminarTampoco soporto a Vargas Llosa, no sé si eso me hace más o menos experto en literatura mundial.
De una novela de Ryu esta basada una película de culto japonesa llamada Audition, muy recomendable véanla.
ResponderEliminarHola, Chinasky:
ResponderEliminarEn efecto, varias novelas de Ryu Murakami han sido llevadas al cine, entre ellas, parece ser, también ésta de "os chicos de las taquillas". Y él mismo, además, ha dirigido películas y tocado la batería en una grupo de rock.
Yo no he visto la película que tú mencionas, pero por lo que he leído, debe de ser de terror, pero de mucho terror... y siento decir que soy bastante miedica, así que no sé...
Muchas gracias por el comentario y tu aportación. Un saludo.