Año de publicación: 2015
Valoración: recomendable y precioso
De vez en cuando, la pérfida Orden Negra que controla la Industria Editorial Internacional se apiada de los incautos lectores -o quizá no sea sino una artimaña maquiavélica para mantenernos enganchados en sus redes, no sé- y nos ofrece un regalo, alguna joya que despierte nuestro interés e incluso llegue a fascinarnos por su belleza y elegancia. Y de paso, nos haga olvidar de tantos sinsabores a lo largo del año. Uno de estos regalos es el que ha escrito e ilustrado Sara Morante, y que ha sido delicadamente editado, además. Un libro que no sólo dan ganas de leer, sino de acariciar, hojear, contemplar y hasta oler (¿que exagero? Esperad a encontraros con los preciosos estampados floridos que se representan...).
Morante, conocida ilustradora, creadora de hermosas e irónicas portadas de libros, es aquí también la autora del contenido escrito: un relato de las historias entrecruzadas, pasiones, miserias y cuitas de una serie de personajes que habitan en el mismo edificio, un señorial inmueble de pisos, en algún momento de la primera mitad del siglo XX. Personajes unidos precisamente por ese nexo que indica el título del libro: las paredes de los apartamentos, que se revelan no como barreras separadoras, sino como una suerte de órganos vivos, membranas que permiten ver, oír, adivinar la vida de los demás... Porque la otra circunstancia que comparten los habitantes del edificio es la soledad, ya sea impuesta o elegida, padecida o sobrellevada con mayor o menor resignación, pero que en todos los casos, domina y determina la existencia de cada personaje. Se agradece, por cierto, la mirada indulgente de la autora hacia las debilidades y pasiones humanas, en las antípodas del frío desapego de algunos creadores hacia sus criaturas... Un relato coral que se va construyendo poco a poco, de manera solvente y en un crescendo emocionante. Acompañado, además, de una nutrida serie de ilustraciones, de una exquisitez apabullante; ilustraciones que no se limitan a recrear el relato, puesto que en más de una ocasión lo completan y matizan. Una auténtica delicia para los sentidos y la inteligencia, sin duda.
Yo no sé si libros como éste o como algunos que editan otras editoriales, de cuidada y hasta mimada factura, pueden señalar cuál es el camino de salvación para la edición en papel, en estos tiempos de ofensiva de lo digital, pero, desde luego, es uno de los caminos. Y si al final resulta no serlo, por lo menos nos habrá brindado la oportunidad de disfrutar de obras como ésta de Sara Morante, que esperemos no sea la última.
Lumen es de esas grandes editoriales que tiene cosas bastante interesantes, conjuga bien lo comercial con otro tipo de literatura de más calidad.
ResponderEliminarPosiblemente la ilustración sea el camino para reavivar el libro en papel. Pero mi sensación es que está pasando un poco la moda de los libros electrónicos (¡aleluya!). En cualquier caso, "La vida de las paredes" es una joyita, por las ilustraciones y porque como novelista es un buen debut de Sara Morante.
Un abrazo
Hola, Ana:
ResponderEliminarHe de confesarte una cosa: tu reseña ( aquí: http://loqueleolocuento.blogspot.com.es/2015/06/la-vida-de-las-paredes-sara-morante.html ) es una de las que leí mientras escribía la mía, más que nada para no repetir las mismas cosas.... pero la tuya es tan buena y acertada que, inevitablemente, creo que sí he copiado alguna idea...Mea culpa! Te pido disculpas y te doy las gracias por los "préstamos".
El libro es estupendo, sin duda; desde luego, no creo que se pueda conseguir la misma gozada para los sentidos en la versión digital que en la de papel; pero, bueno, cada formato tiene sus ventajas y sus inconvenientes: pienso que no se trata de sustituir un tipo de libros por otros, sino de aprovechar lo mejor que cada uno puede ofrecernos y, sobre todo, disfrutar.
Un saludo afectuoso y gracias por visitarnos.
Siempre veía el libro y ahora, es mío.
ResponderEliminarPersonalmente es hermoso, la edición, las imágenes y el estampado.