Título original: Goodbye, Columbus
Año de publicación: 1959
Traductor: Ramón Buenaventura
Valoración: Muy recomendable
Las primeras veces suelen ser determinantes para nuestras relaciones y actitudes futuras: así, si nuestra primera experiencia con alguien resulta frustrante o incluso desagradable, es probable que rehuyamos a esa persona o incluso el acto en sí; en cambio, si esa experiencia es altamente placentera, trataremos de repetir siempre que podamos con la misma pers... un momento, ¿¡de qué se creen que estoy hablando, malpensados!? Está claro que me refiero a libros y escritores; a qué, si no... (¡habráse visto qué mentes más calenturientas!). En fin, a lo que iba: como ya señalé en una reciente reseña, mi primera experiencia leyendo a Doctorow, por ejemplo, fue poco satisfactoria, y por eso no repetí con este autor hasta hace poco. Con Philip Roth, en cambio, me ocurre todo lo contrario: lo pasé tan bien la primera vez que leí una novela suya (por suerte, se trató de El lamento de Portnoy), que vuelvo a insistir una y otra vez con sus libros, aun siendo consciente de que difícilmente volveré a disfrutar tanto con uno (o incluso cuando quedo bastante decepcionado, como fue el caso con Engaño).
Y lo que tenemos aquí es, por otro lado, la primera experiencia como escritor -o al menos como escritor publicado- del entonces joven Philip Roth; una serie de relatos en los que ya podemos encontrar buena parte de los elementos que luego serán habituales en su narrativa: la ciudad de Newark (famosa precisamente por ser el hogar de Roth, de los Soprano y del Vengador Tóxico), la "juidicidad" -que no judaísmo-, entendiéndola como la identidad que cualquier individuo judío debe presentar frente al mundo y, sobre todo, frente a los demás judíos... aunque a los gentiles nos parezca ajeno, no es un mal tema para reflexionar, en estos tiempos que exigen la definición de nuestras identidades colectivas, frente a las individuales. También tratan sobre la hombría, que por supuesto no se refiere a la cualidad de ser un machote de pelo en pecho, sino la conversión del niño o joven en hombre (que luego puede ser "muy macho" o no). Y ante todo, encontramos ese sentido del humor, a ratos triste, otros socarrón o incluso desbocado, que tan bien conocemos sus lectores...
El primero de los relatos, que da título al volumen -en realidad, más que un relato diríase una novela corta- no es, sin embargo, el más humorístico, aunque no falta la ironía un tanto burlona de Roth. Se trata de la crónica de un amor veraniego. joven judío -ya algo talludito para llamarle "chico"- de clase media más bien baja, conoce a chica judía de clase media más bien alta. Inician una relación, él conoce a la familia de ella, incluso se va a vivir a casa de ella y... bueno, no diré como acaba, pero sí que el tono final resulta bastante melancólico, incluso cruel. No pasa nada extraordinario, pero somos conscientes de haber asistido a un episodio decisivo en la vida de alguien. En los demás relatos, mucho más volcados hacia el humor y hasta la farsa, conoceremos a todo un compendio de personajes que viven de manera más o menos conflictiva su "juidicidad": el hereje de trece años Ozzy Freedman, el sufrido sargento Marx o el no menos sufrido pero mucho más desquiciado Eli Peck, el "fanático", En el único de los cuentos en los que no se hace mención a la condición judía de sus protagonistas, No se conoce al hombre por la canción que canta, podríamos decir que ésta se halla presente "por omisión", o por contraste con el origen siciliano del compinche del narrador de la historia. Aunque quizá esto sea hilar demasiado fino (¿un pensamiento demasiado rabínico, quizá?).
En fin, para terminar la reseña, permítanme un toque de pedante cursilería -o de pedantería cursi, si se prefiere-: yo ni soy judío, ni norteamericano ni he estado en Newark en mi vida (ni ardo en deseos de ir, la verdad). Pero diré, sin ánimo de molestar a nadie, que me siento más cercano a Philip Roth que a la mayoría de mis compatriotas, mis coetáneos o casi cualquiera de los que han sido educados en la misma religión que yo... Supongo que en eso consiste el secreto de los grandes escritores: hacernos sentir que sus palabras hablan no sólo por ellos mismos, sino también por nosotros.
Un montón de libros de Philip Roth reseñados aquí.
Me gustaría volver a probar suerte con este autor, después de una primera (y no muy buena) experiencia con Némesis, que me dio un poco de claustrofobia. No suelo preguntar aquí estas cosas, pero dado que la cuestión es delicada y no quisiera fracasar de nuevo con un escritor como él, ¿me recomiendas que vuelva a intentarlo con este libro?
ResponderEliminarHola Irati:
ResponderEliminarPues sí, este libro me parece bastante adecuado para empezar con Philip Roth, sobre todo porque son 5 relatos, así que aunque alguno no te agrade, estoy seguro de que los demás sí. Hay bastante humor, por otra parte...no tanto como el "El lamento de Portnoy", que quizá sería el título ideal para engancharte a Roth, aunque también es cierto que por las mismas, puede que lo rechazaras, según tu temperamento.
De todas formas, no he leído todos las novelas de este autor (por suerte para mí, porque así aún me quedan más por descubrir), así que bien puede ser que haya algún otro libro más idóneo...pero vamos, "Good bye, Columbus" me parece idóneo.
Un saludo y gracias por el comentario
Gracias a ti, Juan. Anotado queda :)
EliminarEs que Némesis no es una de las mejores obras de Roth, ni de lejos. Aunque quede feo autocitarse, cuelgo aquí mi reseña: http://unlibroaldia.blogspot.com/2012/01/philip-roth-nemesis.html
ResponderEliminarHay muchas novelas mejores de Roth para empezar: Me casé con un comunista, La mancha humana, El animal moribundo... En general, las últimas novelas de Roth me han parecido flojitas...
Pues me ha venido muy bien tu autocita para entender por qué me resultó claustrofóbica esa novela. Al leer el tercer párrafo de la reseña he recordado perfectamente aquella sensación. Realmente no la terminé, así que no puedo aportar nada más.
ResponderEliminarGracias a los dos por las reseñas y las recomendaciones. Este blog es una joyita, la verdad.
Jajajaja!!!!
ResponderEliminarJuan, soy tu Némesis (libro de Roth que aún no he leído)!!
Juro que son todas casualidades. Que tenemos gustos parecidos y nada más. No nos ponemos de acuerdo! Ni siquiera nos conocemos fuera de este maravilloso blog!
Yo comencé con El lamento de Portnoy, hace más de 25 años. Lo leí en inglés, y morí de risa. Goodbye, Columbus fue el segundo, y lo disfruté mucho menos. Será tal vez que no soy demasiado amante de los relatos cortos. Pasé más de 15 años sin leer nada del amigo Roth hasta hace unos 10 años, cuando cayó en mis manos La conjura contra América, que partía de una base interesante (un futuro distópico en el cual Hitler había ganado la guerra), pero nada de otro mundo. Pero tres años atrás descubrí Elegía, y caí a los pies de este autor singular.
En mi caso hay afinidad de origen, ya que mis abuelos rusos judíos no fueron a Newark, pero decidieron venir a la Argentina, hace 90 años. Y aún cuando las diferencias socioculturales son grandes entre América del Norte y América del Sur, hay una esensia judía que es común, y que hace que disfrute especialmente algunas de las grandes obras de PR. En mi modesta opinión, en línea con Santi, lo abordaría a través de la trilogía americana (Pastoral americana, Me casé con un comunista y La mancha humana). Y aunque también pienso que sus últimas obras no son las mejores, un mal libro de PR es mucho mejor que cualquier bestseller actual.
Una vez más, gracias por hacerme revivir hermosos momentos con hermosas lecturas.
Buenos días, Puma:
ResponderEliminarEsto ya pasa de castaño oscuro, como se suele decir: a partir de ahora voy a consagrar todos mis esfuerzos a encontrar un libro que no te guste... prometo hacer todo lo que haga falta ¡incluso leer yo también uno de Pilar Eyre, demonios!... A Dios pongo por testigo que nunca volverá a gustarte un libro!
No, ahora en serio...ya suponía que te gustaría Philip Roth, a poco que lo hubieses leído; más aún si tienes alguna afinidad cultural con él. A mí me encanta, en general. De hecho, yo paso bastante del asunto de los premios Nobel y demás, pero creo que si a alguien deberían dárselo es a él.
Por lo demás, "Némesis" es una buena novela; a mí al menos me gustó, pero es cierto que tiene un tono algo angustiosos y, desde luego, muy triste. Lo digo por si te animas a leerla, alguna vez.
Bueno, hasta la próxima, a ver si volvemos a coincidir. De momento, vas demostrando tener un gusto exquisito como lector ; )
Un abrazo y gracias por seguirnos.