Título
original: Guns, germens
and steel
Año
de publicación: 1998
Valoración: Imprescindible
¿Por qué nosotros tenemos tanto y ellos tan poco? La obra de Jared Diamond trata de indagar
sobre los hechos y las circunstancias que
dividen el mundo en dos categorías, y no es reduccionismo aunque lo
parezca. Los explotados y explotadores, avanzados y primitivos, cultos e
incultos, oprimidos y opresores reflejan con exactitud cómo una parte del
planeta vive en la abundancia material y el progreso tecnológico mientras el
resto se consume en la miseria.
Jared Diamond publicó Armas,
gérmenes y acero en 1998, ganó el Pulitzer con este libro, en la categoría de divulgación
científica, pero no solo es una exposición entretenida de hechos, sino que se proyecta,
gracias a las muy pertinentes y bien razonadas reflexiones, en un excelente
punto de partida para intentar comprender los porqués de las diferencias
económicas, culturales y políticas entre
los Estados y otros modelos de comunidades humanas, o con más precisión, qué
elementos definen las organizaciones
sociales que acumularon poder en el
pasado y también en la actualidad.
Armas, gérmenes y acero tiene
su origen, tal como relata el autor en su prólogo, en una conversación con Yali,
un chamán y dirigente local de un pueblo de Nueva Guinea. Biólogo y fisiólogo de
profesión, con muy sólidos conocimientos históricos, Jared Diamond realizaba en 1972 un trabajo de investigación en Nueva Guinea,
cuando Yali pidió una respuesta a la siguiente pregunta: “¿Por qué vosotros,
los blancos, desarrollasteis tanto cargamento
y lo trajisteis a Nueva Guinea, pero nosotros los negros teníamos tan
poco cargamento propio?”
La respuesta a Yali tardó años,
pero llegó ordenada en cuatro partes o capítulos y un epílogo que abre la senda
de nuevas preguntas en relación a las políticas económicas, el papel de las
grandes corporaciones industriales y financieras en las decisiones políticas y,
la parte mollar: cómo repartir los bienes y la riqueza mundial.
El libro marca el inicio hace
trece mil años. A partir de esa fecha, Diamond analiza las zonas geográficas
del planeta y el tipo de sociedades en las que se produjo el cambio fundamental
que explicaría el progreso cultural y científico, las nuevas formas de
intercambios comerciales que favorecieron la creación de centros de poder.
El tránsito de hordas de apenas
treinta individuos a la formación de Estados, sugiere que el progreso está
condicionado a la existencia de asentamientos permanentes, la domesticación de
animales, la agricultura y un sistema de registro eficiente y transmisible a
las siguientes generaciones. La invención de la escritura, por ejemplo, establece
un signo de distinción entre “bárbaros” y “civilizados”.
La lectura de Armas,
gérmenes y acero avanza dentro de un caudal inmenso de información, sin
apabullar, al contrario, está al servicio de una mejor comprensión de los
ejemplos y referencias que apoyan una visión amplia y muy perspicaz de la
historia de la humanidad y de los misterios que la acompañan. “Proyectos
originales y letras prestadas”
título del capítulo doce de la tercera parte, ilustra a la perfección el
método que utiliza para exponer conocimientos sin caer en seco academicismo. En
este caso, examina la difusión de la escritura y cómo se creó; las diferencias
y similitudes entre escrituras basadas en logogramas, silabarios y alfabetos, la influencia decisiva de la
escritura en la formación de los imperios, aunque haya excepciones de
sociedades organizadas sin escritura, como es el caso de los incas.
Diamond tiene un estilo
narrativo muy eficaz, aporta pruebas de sus puntos de vista, sin dogmatismo ni
sacrosantas verdades. Quizás su éxito se basa en la ausencia de pedantería intelectual
unida a una sobria exposición de hechos y datos que enlazan la antropología,
botánica, economía y otras disciplinas influyentes en la historia social de la humanidad.
La aportación más destacada de Armas
gérmenes y acero es, en mi opinión, que no asigna virtudes basadas en la
falaz supremacía racial y cultural,
sino que establece el progreso y el declive de las sociedades antiguas como la
consecuencia de varios elementos, desde el climático a la conjunción de epidemias,
desastres ambientales y el control de la
tecnología.
Emerge al final del libro la
convicción de que venimos de un pasado escrito con la sangre de genocidios y
crueldades de todo pelaje y que esta amenaza sigue viva y al acecho. Consuela y
maravilla que aún sigamos vivos y que, tan zotes como somos, consiguiéramos
hacer comestible una planta venenosa para
convertirla en un cultivo esencial para la supervivencia humana.
Firmado: Marga Iriarte
Es un gran libro, aunque a mí me parece que otorga demasiado peso al clima y la geografía. Últimamente se han editado en castellano muchos ensayos de este tipo. Después de leer varios, creo que el más lógico es "Por qué fracasan los países" (Acemoglu & Robinson), que hasta dedica un capítulo a desmontar tesis como las de Diamond (que siguen siendo muy interesantes).
ResponderEliminarSaludos y gracias por el blog.
No lo he leído .... Desde luego la historia no desmerece en absoluto. Tiene pinta de ser de los que los terminas con lágrimas en los ojos.
ResponderEliminarDebería ser lectura obligatoria en los institutos. Éste y 'Colapso', otro gran libro del autor.
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