Título original: Yellow Dog
Año de publicación: 2003
Valoración: Recomendable
Reconozco que estos relatos de historias paralelas que se acaban entrelazando no me atraen mucho. Quizá sea que uno es un poco corto, y me cuesta seguir el hilo de cosas heterogéneas. Pero en el caso de Amis, el montaje y la dosificación de los diferentes argumentos me ha parecido excepcional, todo un puzzle organizado con maestría.
La novela pone en conexión entre otros a un tipo pendenciero de los bajos fondos, un periodista de la prensa amarilla (o directamente, basura) y la mismísima familia real inglesa (supuesta, claro), en una historia que discurre entre la sordidez y la casualidad.
El argumento, inicialmente simple, se va enredando según vamos conociendo más datos, y sirve de marco para dibujar personajes y entornos, casi siempre de forma implícita, y con un estilo moderno y fresco que no rehúye lo escabroso, pero que tampoco se deja caer de forma gratuita en la ordinariez –algo que no todos evitan, y no miro a nadie.
Tampoco falta la ironía, a veces casi imperceptible, que generalmente se deriva de la distancia que el autor mantiene respecto a sus personajes: no tenemos la impresión de que alguien nos cuenta lo que les ocurre, sino que nos los coloca ahí para que podamos examinarlos, les deja hablar en primera persona y asistimos a sus avatares con una mezcla de humor y curiosidad. El humor, por cierto, que es transversal a todo el relato, con personajes que se llaman Russia o Queenie encabezando una disparatada nómina. ¿Les despoja así Amis de su condición de individuos socialmente creíbles para reducirlos a personajes de una farsa? Quizá.
Entre medias, podemos disfrutar de momentos memorables, a veces una página o sólo una frase, una descripción genial o una ocurrencia, destellos que aportan a veces altura, a veces color, pero muestran en todo caso que el autor es un tipo con talento.
Y una última nota en relación con la estructura. Dada la dispersión de historias, corre uno el riesgo de perderse algo al principio (sobre todo, si se lee en pequeñas dosis), pero como el relato está bien construido, nos vamos haciendo progresivamente con los resortes, y el conjunto no tarda en empezar a funcionar. En el último tramo, el ritmo se acelera y la exposición adquiere un aire cinematográfico, precipitándose hacia un final realmente sorprendente.
En suma, un trabajo bien hecho, que se lee con agrado, y de bastante más nivel de lo que esperaba de esa difusa hornada de la literatura británica en la que, Kureishi aparte, tampoco hemos encontrado nada demasiado emocionante.
También de Martin Amis en ULAD: Aquí
Firmado: Carlos Andia
Leí la última obra de este autor: Lionel Asbo; y me quedó la sensación de que partía como caballo inglés y termina como burro, en otras palabras caracteriza bien a dos personajes de la historia pero finalmente se da muchas vueltas y no alcanza a redondear un final con un sentido, se queda sólo en la caricatura y deja una pobreza en "el guión", o "trama" de la historia. Me imagino que existirán mejores libros de este autor; la sugerencia "recomendable" sería "vale la pena"?.
ResponderEliminarSaludos
Gabriel
Hola Gabriel.
ResponderEliminarPor mi parte, te diría que no me arrepiento de haberlo leído aunque, como ves, tampoco me ha entusiasmado en exceso. Yo que tú probaría y después nos puedes comentar tu opinión.
Por lo demás, no conozco otras obras del autor.
Un saludo. Carlos Andia