Título original: Flaubert's Parrot,
Año de publicación: 1984
Valoración:
Está bien
Hasta
hace poco he visto a Julian Barnes como uno de esos escritores que nos
interesan, cuya lectura creemos inminente, pero que vamos aplazando año tras
año sin ningún motivo concreto. Por fin le ha tocado el turno a El loro de Flaubert, una obra catalogada
como novela aunque yo la encuadraría más bien en el género ensayístico, con
personaje interpuesto, anécdotas intercaladas, propósito metaliterario,
pinceladas biográficas y una técnica propia cuya originalidad es su mayor
mérito con mucho.
Mi
desconocimiento del autor así como la libertad con que está escrito, sin someterse
a más criterios que los propios, me desorientó durante unas cuantas páginas. Tras
un primer pasaje que presenta al narrador dando un melancólico paseo por Rouen,
se incluye una serie de notas biográficas y (expresivas) citas flaubertianas,
presentadas de forma esquemática, sin ninguna elaboración ni conexión con lo
anterior. A partir de ahí, desaparece nuestro guía, no escuchamos su voz hasta
mucho más tarde y solo muy de vez en cuando volvemos a notar su presencia. En ese
tenue hilo conductor se nos informa de su profesión de médico –como el padre del
escritor– se muestra obsesionado con la vida y la obra de este, y deducimos que
arrastra un nefasto pasado matrimonial. Datos sueltos que, de algún modo
justifican su indagación y que conocemos por alusiones, casi nunca de forma
directa.
En
cambio, abundan las anécdotas de la vida de Flaubert: personalidad, manías, familia
y amistades, mujeres que se relacionaron con él, actitud ante la escritura y un
montón de detalles minúsculos. Esta acumulación de datos a veces muestra un
sentido pero otras parecen servir de relleno de un texto menos denso de lo que
aparenta. Es cierto que hay momentos brillantes, que la sutileza de las
metáforas que aluden a la experiencia creadora –empezando por el loro en
cuestión– nos proporcionan momentos agradables, que la indagación que se lleva
a cabo sobre el influjo de la vida en la literatura promete, pero lo encuentro muy
irregular –junto a párrafos que no aportan nada hay otros que indagan en los
propósitos de la escritura de Flaubert, en su voluntad de estilo, obsesiones
literarias etc., que pueden extrapolarse perfectamente–, con demasiada
desconexión entre las partes, aburrido en ocasiones. Y, aunque tiene estupendos
hallazgos, como la defensa de cada uno de los argumentos contra el escritor o
el hecho de que la voz de Louise Colet, en primera persona, ocupe un capítulo
entero, o esa ironía ácida que emplea algunas veces, en mi opinión, le sobran
páginas, ganaría mucho de haber prescindido de las menos consistentes. Es
decir, se trata de una obra meritoria como experimento en su época, aunque
quizá fallida en parte, o al menos no tan excelente como proclaman muchas de sus
críticas
También de Julian Barnes: Aquí
Vaya, pues este era uno de los libros que pensaba comprarme en breve, pero después de esta crítica, creo que va a ser que no...
ResponderEliminarSiento disentir, pero a mí me parece un libro magnífico. ¿Quizás habría que escribir un libro sobre Barnes, como si estuviéramos vengándolo? ;)
ResponderEliminarMal. Valoro la sinceridad de la reseña, pero no puedo estar más en desacuerdo. Justo lo que el reseñista no entiende, es lo que convierte a la novela en imprescindible. Me gustaría escribir una contrareseña, si las autoridades competentes me dan su bendición.
ResponderEliminar(Perdón, no sé si lo he escrito: Mal.)
Santi, como me aciertas al 99 por ciento, espero que funcione en sentido inverso. No te lo compres, pero desde luego no dejes de leerlo ;)
ResponderEliminarSaludos,
Ana
Santi, ya sabes lo que me pasa con los libros metaliterarios y heterodoxos. Probablemente a ti te gustará. Aunque nunca se sabe, la única crítica negativa que he leído es de alguien que admira mucho al Barnes posterior pero no esta obra. Dice que después aprendió. Así que me he quedado intrigada y dentro de poco volverá a tocarle el turno.
ResponderEliminarPara que no te lo compres hasta que no sepas si te gusta o no, esta misma tarde te lo presto
:-))
Hola, una consulta de ignorante, pq no sé si este blog lo hacen varias personas, pero...
ResponderEliminar¿lees un libro de veras cada día, para hacer las entradas y cr´ticas? Me parecería monstruoso.
Saludos
Hola a todos, estoy con Juan a mí me pareció un libro magnífico. Es cierto que gran parte de la gracia es que hay que estar familiarizado con la vida de Flaubert y sus peripecias pero mantiene un tono y un juego entre la realidad, la ficción tremendo. Algo similar con Yo no soy Sidney Poiter de Percival Everett.
ResponderEliminarSaludos
Campera
ResponderEliminarPor una vez estoy en desacuerdo con la reseña, en total desacuerdo. Aunque hace bastante tiempo que lo leí me pareció un libro original, cautivador y muy bien escrito.
Todo lo que decís es verdad: juego metaliterario, original por descontado (más cuando se escribió, pero ya entonces, y ahora más aún, había/hay obras compuestas por retazos, que mezclan géneros etc.) Hace mucho dije algo sobre ello en un post titulado "Hacia dónde va la novela" o algo parecido. También es cautivador, pero no siempre, pierde fuelle muy a menudo. Y seguro que está bien escrito pero en una traducción tampoco se aprecia.
ResponderEliminarPor supuesto es mi gusto personal. Pienso que no todo lo metaliterario es bueno por el hecho de serlo y lo miro con lupa. Aunque, como digo en la reseña, hay trozos con los que he disfrutado mucho, es el conjunto lo que no me convence.
El Quijote ya presentaba un carácter metaliterario.
EliminarDe acuerdo con la entrada. He leído otros de Julian Barnes y me han encantado, por eso he comprado este, probablemente el más conocido suyo, y -voy por la mitad- creo que si no eres un conocedor de Flaubert, su vida y obra, se hace pesado.
ResponderEliminarYo pondría el foco en otro sitio, Ana. Lo que cansa,creo, es tanta pretensión de originalidad sin que gran parte de las veces encontremos en ella nada interesante. No conocer mucho de un personaje literario nunca ha sido obstáculo para disfrutar de él, ten en cuenta que la mayoría son ficticios. Pienso que a Barnes en este texto le pierde el exceso de esnobismo.
ResponderEliminarMontuenga
Totalmente de acuerdo. Au que lo voy a terminar; parece telepatía.
ResponderEliminar'El sentido de un final' de Barnes... Ese sí que es majestuoso.
ResponderEliminarMe alegro de que coincidamos, David. No he leido el que mencionas y me lo apunto.
ResponderEliminarGracias
Pues a mí me ha encantado, no creo que sea esnobismo, es genialidad, aunque comprendo que pueda no gustar también. Es muy caótico pero yo lo he disfrutado mucho.
ResponderEliminarExacto, es cuestión de gustos.
ResponderEliminarCoincido con casi todos, no disfruté nada la novela.
ResponderEliminarVoy a ponerme en unos días con Amor, etcétera, a ver qué tal.