Título original: Ansichten eines Clowns
Año de publicación: 1963
Traducción: Lucas Casas
Valoración: imprescindible
Empezando por lo obvio, habrá que reconocer que muchos situamos mentalmente las obras de los autores alemanes del siglo XX en función de su situación temporal respecto a las guerras. Un arquetipo que aún perdurará por un tiempo. Y no es que esta espléndida novela se recree en ello. O al menos no lo parece de primeras. Pero esperad. Cómo que no.
Esa familia dispersa en la que todo parece abocado a una decadencia, incluyendo un joven payaso de veintisiete años que ya se proyecta hacia la cincuentena. Cuánta cuestión a la que sacar punta. Vaya lección de sutileza en la definición de la diáspora social que representa cada personaje de esta novela. Vaya proyección y con que fino estilete se clava el mensaje. Qué diferente, cuánto más eficaz es la velada crítica que el enfrentamiento abierto y casi colérico de Nietzsche. Por décadas que haya de diferencia qué distinto es el mensaje de Böll al de Nietzsche al hablar del catolicismo, en la forma, pero qué efectivo.
No sólo sobre la cuestión religiosa, por eso, versan estas reflexiones. Seguro que segundas lecturas, o un conocimiento más profundo de la situación de Alemania en el periodo de postguerra, revelarían capas y más capas de esta excelente novela, edificada prácticamente desde la nada (Hans Schnier, joven payaso expuesto, entre otras desgracias, a la prematura decadencia de su incipiente carrera profesional y al abandono de su esposa, reflexiona sobre su situación y su entorno). No nos engañemos, tan parco argumento es sólo un pretexto para desmenuzar paso a paso toda una sociedad, una excusa para ir hacia atrás e ir estirando de un hilo que se enmaraña. Con unas escenas llenas de ironía y de incomoda carga: las conversaciones con el agente, con la amante de su padre, el último marco que va a parar al barro.
El payaso tiene una hermana fallecida en conflicto armado, un hermano seminarista, una madre rígida y estoica, un padre semi-ausente, una ex mujer convertida al catolicismo, un agente con un comportamiento casi autista; apuesto a que la efectiva narración de Böll ha asignado a cada una de esas figuras un rol que permita, conforme las reflexiones progresan, proyectarlo a gran escala. Así, acabamos comprendiendo un poco esa situación de país dividido, arrepentido, irritado, con diversos idearios que intentan apoderarse de ese vacío, de esa zona cero que dejan devastada por igual el nazismo y la derrota. Böll tiene leña para todos: para los dos grandes partidos que gobiernan Alemania desde hace décadas, para el catolicismo, para el capitalismo, para el funcionamiento social, para el empresariado (qué sutilmente se especula sobre el origen de las fortunas edificadas sobre empresas próspera), para, claro, ese proceso de arrepentimiento que duda entre el qué mal que hicimos y el qué mal que perdimos.
Y todo ello con las disquisiciones de un payaso descontento por cómo han bajado sus honorarios.
Me quito el sombrero.
También de Heinrich Böll en UnLibroAlDía: Pero, ¿qué será de este muchacho?, El honor perdido de Katharina Blum
Imprescindible¿ Me parece un buen libro ehh... Lo lei hace un año.... Pero, no se, para mi imprescindible es Luz de agosto, El ruido y la furia o Absalon Absalon. Pero bueno, para gustos los colores. El libro me gusto bastante.
ResponderEliminarA mí no me gustó, sólo "El Hombre que fue Jueves" me ha gustado menos en todo lo que he leído estos últimos años. Fue una decepción, a lo mejor porque esperaba mucho y no encontré nada, y tal vez sea necesaria una segunda lectura, pero de momento no me planteo esa opción.
ResponderEliminarA mí no me gustó nada de nada. Me pareció muy lento y aburrido. Es verdad que describe una situación difícil de la historia mundial, pero el libro en sí...
ResponderEliminarLo puedes ver en mi blog EL OJO QUE TODO LO LEE
http://elojoquetodololee.blogspot.com/
Kiss
La Estupenda
Hace ya años que intenté leerla y el estilo no me gustó nada, pero viendo cómo la pones me dan ganas de intentarlo otra vez.
ResponderEliminarUn saludo
Pues vaya triunfo con mi valoración. Gracias por los comentarios. La cuestión es que, tras leerlo, me di cuenta de la inteligencia con que el autor había retratado toda una sociedad, una compleja sociedad.
ResponderEliminarYo estoy de acuerdo con la reseña. Me parece un retrato sutil y complejo de la época a través de la visión de una figura que se presenta ya desde el título como un "payaso", un punto de partida bastante peculiar...
ResponderEliminarA mí me gustó el estilo, el tono entre amargo e irónico, la capacidad crítica de Böll hacia todo su contexto histórico-social
No sé si es imprescindible, pero casi
:)
Saludos!
A mi me gustó mucho. No es lo que más me gustó del autor, pero sin duda es también un imprescindible para mí. Eso sí no está escrito de manera entretenida, tiene una forma de escribir difícil, pero da para pensar. Está dentro de los que más me han gustado
ResponderEliminarDe Heinrich Boll solo me he leído El pan de los años mozos, y me gustó, Opiniones de un payaso está en mi lista de futuras lecturas. El ruido y la furia, de Faulkner, me parece muy difícil de leer, por la cantidad de cambios en las voces narrativas, pero aun asi, hay que leerlo.
ResponderEliminarVaya, ahora el oleaje va a mi favor en los comentarios. Pues muchas gracias, por un momento he pensado que alguien ha aprovechado para releer el libro y cambiar de opinión, pero no creo que haya sido el caso.
ResponderEliminarYo lo he leído dos veces, una en español y otra el original, he de decir que me gustó bastante más en original, no creo que sea imprescindible pero sí muy recomendable,a mí Böll me encanta leerlo, pero a veces creo que es un escritor muy pegado a una circunstancia y que el tiempo a veces lo deja un poco anticuado. Gracias por los comentarios y por la página.
ResponderEliminarHace muchísimo tiempo que lo leí. Me encantó.
ResponderEliminarPues leer a Böll en su idioma debe aportar aspectos adicionales que los que no sabemos alemán nos perdemos. Queda claro que es un autor de su país y de ese momento, pero se da la coincidencia que es un período particularmente importante en la historia europea y que Böll lo retrata de forma magistral.
ResponderEliminarexcelente, una de las frases chidas, "me aburren los ateos, siempre hablando de dios", falta tiempo para releer tantos libros, saludos cordiales
ResponderEliminarImprescindible, creo que sí. Concuerdo plenamente con la reseña. Y aunque hay momentos que el tonito del narrador puede marear, nunca deja de ser una mirada sutil a una situación compleja de la historia, mirada que a mi parecer roza lo soberbio.
ResponderEliminarGracias por los nuevos comentarios. Parece que los que consideramos que esta novela crece tras su lectura y se consolida en la memoria empezamos a ser bastantes.
ResponderEliminarGran libro y gran crítica. Un imprescindible para meterse en el mundo del gran Heinrich Böll. Y un pequeño homenaje también para mi querido amigo y padrino, el señor Augusto Santacana, que es el payaso que aparece en la portada en una fotografía de Oriol Maspons
ResponderEliminarGracias Tuli, por comentar y compartir la opinión (Billar a las nueve y media está en mi lista de futuribles) y vaya con el mundo pequeño, curiosa coincidenciaa.
ResponderEliminarLo leí entero, no me gustó y lo terminé porque hace años me lo recomendaron encarecidamente. Es cierto que el retrato que hace de la sociedad alemana es tan certero que quizás te deja un regusto anticuado al compararlo con nuestro momento histórico (esto no supone un problema para mí). También es verdad que tiene frases brillantes pero no soporto el tono del narrador, la ironía trasnochada y la intención de hacer reir al lector se me han atragantado hasta el punto de perder toda empatía con el protagonista, al que le deseaba todas las desgracias que le ocurrían. Es la típica historia del perdedor que se escuda en su ácido caparazón que le justifica. Concuerdo con la visión del catolicismo que presenta la novela y sin embargo me parece excesivo el énfasis del autor, de tal manera que produce, al menos en mi, la sensación de que te está evangelizando todo el rato. Hacía años no me pasaba esto con un libro, no sé quizás me pilló en mal momento.
ResponderEliminarPues el recuerdo que tengo de su lectura es indeleble. Ácido, crítico, agudo, sin concesiones.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
A mí me encantó. Hace mucho que lo leí, y aún recuerdo momentos que en su día me parecieron fantásticos, como aquel en el que Hans recibe la visita de su padre y, en un intento desesperado por volver a sacar a flote el tema econónimo, se pone a hacer malabarismos con una moneda. Sé que lo volveré a leer.
ResponderEliminarPues a mi en lo personal me encanto, si refleja una sociedad para mi muy triste aburrida. el estilo de redacción me encantó, irónico muy franco me hizo reir mucho y me hizo plantearme algunas cosas, en lo personal no soy soy muy creyente (aunque si provengo de una familia muy catolica, y me tuve que convertir al cristianismos a causa de mi esposa) pero creo que algunas de las críticas hacias las dos religiones si cabe, incluso las religiones tienen una doble moral para muchas cosas; ser una prostituta está mal pero como dice el payaso "acaso Existen formas de prostitución curiosamente desconocidas, comparadas con las cuales la auténtica prostitución es una profesión honrada". No se me identifique con el personaje en su infancincia y con algunos de los personales. Me quedo con algunas frases suicidas "Opinó que esto quedaba por debajo de mi "nivel", y yo le dije que por debajo del nivel del arroyo queda aún la alcantarilla" y "No pude distinguir el marco allá abajo: era
ResponderEliminarbastante oscuro, y sólo en los cuentos brillan las monedas para que uno las encuentre". Solo los que leyeron a detalle el libro y se hayan sentido así alguna vez sabrán de lo que hablo.
Ciertos comentarios de ciertos clásicos solo hacen que confirmar ciertas sensaciones. Gracias a todos.
ResponderEliminarEste es uno de mis libros favoritos, fundamental para cualquier lector. Es gracioso, ácido e irritante, pero también muy honesto. Yo he conocido personajes casi iguales a este payaso -quién no-, soñadores, irreverentes e inflexibles. Una obra maestra de la literatura universal. Recomendadísimo.
ResponderEliminarA mí me ha gustado mucho, más de lo que esperaba. Y es precisamente esa "ironía trasnochada" y la "intención de hacer reír", como mencionó alguien como puntos en contra, los rasgos que hacen a esta novela ser tan brillante. Además estos rasgos le van que ni pintado al personaje, un payaso irreverente arruinado y abandonado. Creo que este tono es totalmente deliberado.
ResponderEliminarEs curioso, pero en el transcurso de la lectura no he podido evitar acordarme más de una vez de Holden Caulfield...
Saludos.
Buena novela
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