Idioma original: español
Año de publicación: 2013
Valoración: Muy recomendable
Confieso que cogí este libro con algo de miedo: había leído, para empezar, la reseña de La medicina de Tongoy, que la pone de vuelta y media; y además había leído "ruralismo" y "poeta", y me esperaba un cuento bucólico lleno de flores y mariposillas y animalillos silvestres.
Qué equivocado estaba.
Por si se va la luz es una historia seca, dura, sucia, escrita con un estilo poético pero al mismo tiempo áspero. Es una novela casi apocalíptica (amaga con serlo pero sin decidirse a serlo): cuenta la historia de una pareja joven, Nadia y Martín, que abandonan la ciudad por instrucciones de la organización (???) y casi todas sus posesiones y se refugian en una casa un pueblo perdido en el que solo viven otras tres personas (Damián, Elena y Enrique, luego llegaran más). Allí se enfrentan a los problemas prácticos de la supervivencia, pero también, y sobre todo, a los problemas de su propia relación, de sus propias soledades y contradicciones.
Por si se va la luz es una propuesta arriesgada, y eso me gusta. El hecho de que sea una propuesta literaria diferente es ya para mí un valor, en medio de tantos libros escritos con una estética realista y un estilo periodístico. Habrá, sí, novelas estructuralmente más compensadas, y desde luego habrá novelas con más acción, mucha más acción. Aquí, el estatismo de la trama (aunque pasan cosas, que conste) se constituye como elemento fundamental, obsesivo, del relato: forma parte de la idea misma de la huida a un supuesto paraíso rural, que se demuestra lleno de suciedad, vacío pero también solidaridad, vida.
Una muestra de la originalidad de esta novela es el modo en que se trata el sexo: no al modo hollywoodiense, acrobático e idealizado, ni al modo Corín Tellado, elíptica y romantizada, sino de una forma cruda, anatómica, cargada de violencia y de suciedad. Se habla, en un pasaje de la novela, de "follar todos contra todos"; se habla de vaginas y penes y testículos y pezones, con todas las letras (¿cuántas novelas españolas recientes utilizan la palabra vagina?).
En fin, que me gusta que una novela que intenta hacer algo diferente, que propone un estilo diferente y una experiencia de lectura diferente, tenga una buena acogida entre los lectores y los críticos.
Nota ruralista: Casi todas las reseñas de esta novela, dice Tongoy, la comparan con Intemperie de Jesús Carrasco, o con El niño que robó el caballo de Atila de Iván Repila. La de Carrasco no la he leído todavía, la tengo pendiente; la de Iván Repila me parece un tipo de novela diferente, también escrita con un estilo lírico y con elementos de "feísmo", pero mucho más alegórica y poética. En cambio, mientras leía Por si se va la luz me venía a la cabeza Sukkwan Island de David Vann, que también coloca a los personajes en un estado de aislamiento e incomunicación.
¡Qué ganas de leer esta novela!
ResponderEliminarOtro libro para la lista de libros pendientes de lectura.
ResponderEliminarGracias por tu recomendación.
Mi ejemplar no iría para ninguna lista, sino directamente al baúl. Sí, sí, en medio de la sala tengo un baúl, tipo el de "Las noches blancas", al que van a parar las heces literarias. En este caso, siendo española y haciéndose llamar por ese nombre tan banal... Blanco y en botella... Creo haber picado ya bastantes veces, ahora solo me gusta la calidad.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarme he reído un montón...
¿el baúl luego lo tiras al mar?
La estoy leyendo porque tengo que ahcer una reseña literaria de este libro para un trabajo. Llevo 105 paginas, QUE PEÑAZO, los personajes no se diferencian unos de otros, empiezas a leer los 'capitulos' que narran distintos personajes, y hasta que no llevas 2 paginas, no sabes quien es el que esta hablando, luego, tiene escenas ridiculas que parece que esten ahi solo para rellenar, la de una mujer mayor hirviendo unas verduras y comiendoselas, una pagina para eso. Penoso y lamentable. Luego cada personaje parece que tenga una enfermedad mental, una depresion, otro, obsesivo y fantasioso, otro raro. Luego, el paso del tiempo no se nota. Tan pronto la accion se desarrolla segun pasan los dias, y al capitulo siguiente, sin haber resuelto nada te encuentras la frase 'habian pasado varios años' LOL, me recuerda a los tiempos en que jugabas los final fantasy (los de psx) y de repente cojias un juego de una compañia desconocida y dices 'pero esto que eeees???!!!'
ResponderEliminarElegi este libro para el trabajo porque era el unico que tenian de Lara Moreno en la biblioteca.
Coincido con el último comentario. Es un libro que se las da de maduro, de frío, contenido, de tener personajes supercomplejos, cuando lo único que consigue es un batiburrillo anodino que no conduce a ninguna parte. Con 0 ganas de seguir a esta autora.
ResponderEliminarAquí se citan tres libros espectaculares que yo recomendaría a todo el mundo, Intemperie,Por si se va la luz y Sukkwan Island. Añadiria también hijo de dios de Cormac McCarthy y Goat Mountain de David Vann.
ResponderEliminarFiasco de libro. Lo saqué con toda la ilusión de la biblioteca de mi región tras leer la reseña, y me arrepiento. estoy en la página 190 y planteándome seriamente si devolverlo sin molestarme en conocer el final que por otro lado no creo tampoco que me sorprenda, si acaso por malo malísimo. penúltimo y antepenúltimos comentarios totalmente acertados, coincido plenamente con ellos.
ResponderEliminarContinuación del comentario anterior: Intemperie, de Jesús Carrasco, La piel fría de Albert Sanchez Piñol, e incluso Fin, de David Monteagudo son libros muy superiores a esta novela que nos ocupa y que recomiendo, contrariamente a "por si se va la luz".
ResponderEliminarBueno, pues siento que no os haya convencido el libro. A mí me sigue pareciendo una propuesta estética interesante, aunque le falte algo de estructura narrativa en la que sustentarse. Me gustó más que Intemperie, por ejemplo, que para mi gusto es más un experimento estilístico que una novela. En todo caso, gracias por comentar.
ResponderEliminarLo tenía en la pila desde su publicación y la llegada a mis manos de “La ciudad” de la misma autora me animó a leer ambos títulos para comparar lo que ha evolucionado la autora en este tiempo. “Por si se va la luz” en mi opinión no tiene nada que ver con algunos de los que habéis mencionado, la estructura es original y creo que la autora busca con ello esa atmósfera distópica tan de moda actualmente y tan, tan actual por desgracia. Me está gustando. Bea la de Lola.
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