Idioma original: Español
Año de publicación: 1908
Valoración: Está bien
Fue George Sand la primera que
atestiguó la palabra "bohemia" con sentido artístico (La demière Aldini, 1837-1839), aunque el difusor fuera Henri Murger
en la novela Scènes de la vie de bohème
(1847-1849), cuyo éxito la convirtió en un manual de la vida bohemia y facilitó
su adaptación a otros géneros, como la ópera (La Bohème). En España, hubo que esperar a 1864: en aquel año, el
valenciano Enrique Pérez Escrich publicó El
frac azul, en la que la vida bohemia asume el protagonismo argumental. La
libertad, el arte y el idealismo frente al materialismo y el positivismo de la
época.
Florencio Moreno Godino (1820-1907)
fue bohemio destacado, de obra prolífica tanto en verso como en prosa, como
dialogada, además de asiduo colaborador en prensa. Apodado por Eduardo Inza
como “el murciélago alevoso”, Moreno era “ave” nocturna, frecuentador de cafés,
tertulias y redacciones cuando la luna resplandecía en el cielo. Su libro, El último bohemio y otros satélites, que
ahora edita la zaragozana STI Ediciones en espléndida edición de Pablo Delgado
y que distribuye Ícaro, fue publicado en 1908 por Ibero-Americana como novela,
aunque esté compuesta por una serie de episodios independientes, publicados
antes como artículos en revistas (El Gato Negro
y Pluma y Lápiz), con el único punto
de unión de las andanzas de Pelayo del Castillo y sus amigos en el Madrid de
mediados del s. XIX.
La novela, protagonizada por unos personajes sacados de la
realidad que rodeaba cotidianamente al autor Moreno Godino, “pretende
desmitificar el mundo edulcorado de la bohemia romántica murigana”, según
Delgado, contándonos sin preciosismos y con la espontaneidad por bandera las desventuras
de los bohemios “que llevaban la levadura de la bohemia en la masa de la
sangre”, como el protagonista, presentado en el capítulo III y apodado el “sol
de la bohemia”. Pelayo del Castillo y sus satélites son un retrato sin velos de
la España decadente de la época, la de las proezas tabernarias y las leyendas
báquicas, la de la perdición en cada vuelta de esquina, la de la rima asonante
en la caja de fósforos, la del vaso de aguardiente en los labios y el bolsillo
vacío, la de la miseria azotando las almas de los incautos.
Un protagonista el de esta novela
egoísta desalmado, bárbaro manirroto, bebedor sin mesura, alérgico a la
higiene, noctívago carente de corazón que utiliza cualquier adoquín a modo de
colchón y que solo estrena ropa vieja. STI recupera con esta novela un pasaje
de la historia de la sociedad española para deleite de los letraheridos, ya que
la edición tiene visos de convertirse en canónica.
Firmado: Carlos Ferrer
Gracias por la crítica del libro, no quiero dejar de mencinar a José Nebot —de la Universidad Jaume I— por participar en esta edición con su interesante semblanza a propósito de Pelayo del Castillo que se incluye al final del libro.
ResponderEliminarUn cordial saludo.