Páginas

domingo, 11 de agosto de 2013

Steve Earle: No saldré vivo de este mundo

Idioma original: inglés
Título original: I'll never get out of this world alive
Año de publicación: 2011
Valoración: recomendable


Para aquellos que no conozcan a Steve Earle, diremos que es un cantautor estadounidense (a su vez, padre del también cantautor Justin Townes Earle) que, de vez en cuando, también trabaja como actor (The Wire, Treme), ejerce como activista político y escribe. Su primera obra fue Doghouse Roses (que, si no me equivoco, fue publicada en España como Rosas de redención) y la segunda es este libro que toca reseñar hoy, también su primera novela.

En No saldré vivo de este mundo (título de la última canción que escribió Hank Williams), Earle nos lleva a la década de 1960 y nos presenta a Doc, un médico que, a pesar de haber perdido su licencia para ejercer la medicina, continúa haciéndolo de forma ilegal y ofreciendo sus servicios a todos aquellos que no pueden ir a un hospital (es decir, cura a los heridos de bala y/o navajazos que no pueden acudir a la policía por razones tan ilegales como los servicios que ofrece el protagonista y, además, practica abortos) mientras intenta sobrevivir en el horror en el que se ha convertido su vida: no sólo vive en una casa de huéspedes en un barrio de lo peor de San Antonio (Texas), sino que es un drogadicto confeso, incapaz de levantarse de la cama si no se chuta antes, y vive acompañado del fantasma de Hank Williams (de hecho, durante toda la obra se sugiere que fue él quien le dio la dosis que lo llevó a la tumba).

En uno de sus peores días encuentra en su consulta a Graciela, una joven mexicana que ha llegado hace poco a Estados Unidos, que no habla inglés y a quien su "novio" ha dejado en manos de Doc para que le practique un aborto y así se la pueda quitar de encima. Tras ser abandonada en la consulta y sin tener un lugar adonde ir, la chica se queda con el médico y se convierte en su ayudante, algo que éste no tenía en mente en ningún momento. Pero es que Graciela es especial. Nadie sabe qué es lo que hace, pero desde que está en la consulta del médico, sus pacientes se curan antes (y no sólo físicamente). Y no sólo los pacientes. Doc también está cambiando, lo que irrita sobremanera a Hank, que ve que la joven actúa como una barrera contra la mala influencia que hasta ahora éste ejercía sobre el doctor.

Con un estilo ameno a la par que lírico, con un desarrollo perfecto y un ritmo siempre acertado, Earle nos ofrece en No saldré vivo de este mundo una obra que nos habla –mucho– de las drogas y sus efectos, tanto los buenos como los malos (algo que el autor conoce de primera mano), así como también de redención y esperanza, al tiempo que aporta una directa crítica social. Una buena novela, en resumen, y todo un homenaje a todos los perdidos de este mundo.

4 comentarios:

  1. A mí, aunque la música de Earle no suele interesarme (demasiado a la sombra de Springsteen) su figura sí me interesa. De hecho, sus colaboraciones como secundarioperoimportante en las series de David Simon me tienen bastante fascinado. Voy a tener que buscar este libro.

    ResponderEliminar
  2. No digas gilipolleces Francesc.Tanto Earle como Bruce son dos monstruos en igualdad de condiciones . Eso por no hablar de Petty,Hiatt o Mellencamp que para mi superan al Boss de calle

    ResponderEliminar
  3. Ehhh. Raul, que esto es un blog literario... en todo caso he de confesar que nunca he sido un gran fan del rock clásico americano de guitarras, que soy más anglófilo y más escorado a la electrónica. En fin, que gracias igualmente, por la pasión en su defensa!!

    ResponderEliminar
  4. Acabo de leerme el libro y lo cierto es que me ha gustado mucho. No le habéis notado un cierto barniz de Realismo Mágico?.

    Musicalmente Steve Earle no me interesa demasiado (la americana no es en absoluto mi género preferido) pero como persona parece un tipo muy atractivo.

    Saludos.

    ResponderEliminar

Deja a continuación tu comentario. Los comentarios serán moderados y solo serán visibles si los aprueba un miembro del equipo.