Año de publicación: 2012
Valoración: repugnante, siendo muy generoso
Sí, ya lo sé: a libros como estos no hay que prestarles la más mínima atención. De hecho, si he sugerido no publicar esta reseña el 28 de diciembre ha sido por si alguien se confundía y le daba por presentarse en una tienda a comprar esta insignificancia. De hecho, también, se me hará larguísimo el día en que se publique, acostumbrado a ver en nuestra portada libros de escritores que, por lo menos, ostentan ese calificativo con un mínimo de dignidad.
Por eso me gustaría evitar que nadie pensara que este libro sirve ni como regalo para salir del paso con alguien, con tal de que lea algo. Ni siquiera para eso tiene sentido alguno.
Por eso me gustaría evitar que nadie pensara que este libro sirve ni como regalo para salir del paso con alguien, con tal de que lea algo. Ni siquiera para eso tiene sentido alguno.
Para los que nos leéis desde fuera de España, sabed que el autor de este libro es un famosísimo periodista que presenta un programa que es un paradigma de la telebasura. No: es el paradigma de la telebasura. Programas de TV dedicados a seguir la vida de los famosos y que, cuando no tienen suficiente con ellos, provocan peleas y conflictos entre sus propios colaboradores. Programas que solo se ven cuando uno salta de canal en canal y se queda paralizado por el horror de tanta vacuidad, por el horror de tanta gente perdiendo el tiempo con su visión, por el horror de las cifras de audiencia.
Entonces, este señor llega un día en que no tiene bastante con la fama y el dinero, ambos en cantidades desmesuradas, que le procura el programa de las narices, y va y decide intentar dignificar su imagen. Decide optar a otra posteridad que ésa, decide ser un creador. Entonces tiene el sueño febril de que puede ser escritor, porque él, sabéis, estudió filología (haría bromas sobre biólogas justo aquí). Como para las editoriales españolas estas cosas tienen tirón, pues toma, ahí está su autobiografía.
Con esa pretensión la planta en las tiendas, usa su programa para promocionarla, y ahí está, compartiendo estantes con libros de escritores de verdad, pero que no lo tienen tan sencillo.
Bueno, se le podría conceder el beneficio de la duda y pensar que uno puede redimirse, exorcizar los demonios de su nefasta aportación cultural a través de un libro sincero y confidente.
Pues no, para nada. Este libro es un manual de mirarse al ombligo, de auto-flagelación seguida de auto-complacencia, un manual, ya que estamos, de auto-ayuda pero para su autor, que al fin ve su nombre en grandes letras en la portada de un libro. Seguro, sin llegar a plantearse si lo merece realmente. Porque este libro es pura obscenidad: pero no porque se empeñe en relatar toda clase de detalles de su experiencia carnal homosexual, o en especular sobre la de otros. Es obsceno porque se me ocurren pocas maneras más absurdas de tirar papel, de desperdiciar tiempo, de dilapidar dinero, que comprarlo o leerlo. Es obsceno porque su autor pretende convertir en fascinante una existencia como la de mucha gente, por el simple hecho de ser una persona famosa. Frustraciones, vergüenza, angustia adolescente. Pura pornografía sentimental, puro efectismo, pura sensiblería mojigata camuflada de valentía. Aburrido, mal estructurado, grotesco, con un estilo zafio que se quiere vestir de culto con cuatro citas que no vienen a cuento. Formulaico en todos los sentidos. Es obsceno, insisto en lo que escribí antes, porque su autor piensa que es el libro perfecto para regalar a quien no lee, y eso es tramposo, sibilino, y repugnante. Y parece atisbarse que habrá una continuación. Para la que no me pillaréis.
Alejaos, pues, vosotros mismos, y alejad a las personas que apreciéis en algo, de este ejercicio de narcisismo desmesurado. No permitáis que morbo o curiosidad actúen a favor de este fraude. Ninguno, cero, nada, vacío, inhóspito, nulo, y, no por lo esperado, menos indignante, es el absurdo sentido de algo así. Tan vergonzoso, tan frívolo y tan pretencioso que no merecería ni ser calificado de libro.
Sí, ya lo sé: ni tendría que haberlo leído ni que haberlo reseñado. Ni debería venderse en librerías: en los supermercados cutres, en una bandejita, envuelto en papel celofán, al lado de la casquería.
Pero alguien tenía que decirlo. Y para tener credibilidad es imprescindible haberlo leído antes. Así que, aunque a mí no me coge por sorpresa, muchas gracias por ponerlo en la red.
ResponderEliminarMe daria verguenza decir que he leido este libro.
ResponderEliminarEl tiempo de lectura suele ser limitado y perderlo leyendo semejante gilipollez... No se, creo que deberia tomarse mas en serio sus lecturas. Y se lo digo sin animo de ofender, pero en un blog sobre literatura comentar esto es un ASESINATO.
Tú mismo lo has dicho, ni deberías haberlo leído y mucho menos reseñado. Al fin y al cabo nadie que se acerque a este blog va a tener la mala intención de regalar algo así ¿no?.
ResponderEliminar¿Por qué no te lo piensas, Francesc, y nos regalas otra reseña hoy, sobre un relato, cuento, cómic,... lo que tengas a mano pero que nos quite el mal sabor de boca de la reseña de hoy?
Esta reseña es brutal, Francesc. Me lo he pasado estupendamente leyéndola. Cuando me enteré de que este hombre iba a publicar un libro me imaginaba que sería una bazofia, pero me quedaba una pequeña esperanza de que fuera un fenómeno. ¿No habría sido maravillosamente absurdo que fuera un escritor de primera?
ResponderEliminarQueridos anónimos: en primer lugar, los que escriben este blog lo hacen desde la más absoluta libertad. En segundo lugar, el título del blog es Un LIBRO al día, no Una obra maestra de la literatura universal al día. Además, como bien dice Montuenga, hay que criticar con conocimiento de causa; lo contrario es un ejercicio de irresponsabilidad y falta de ética.
Si buscáis en las diferentes etiquetas veréis que en más de tres años se han reseñado todo tipo de libros en este blog, desde best-sellers infumables hasta grandes obras, autores de todas las épocas y de todas las nacionalidades, tanto libros que nos han resultado sublimes como grandes decepciones.
Y, perdonad que os diga, pero para mí en eso radica la grandeza de este blog.
Personalmente, a mí este "intrusismo laboral" me saca de quicio: cualquier persona que sale en la tele y consigue una mínima notoriedad acaba sacando un libro, y lo que es peor, ese libro se venderá seguro mucho más que miles de otros muchísimo mejor escritos y más interesantes. Al final, la "literatura" (con muchas comillas) se convierte en merchandising de la televisión, como las figuritas de Gollum o de Chewbacca que te regalan con el Happy Meal.
ResponderEliminar"Alguien tiene que hacerlo": espíritu de sacrificio, sí, pero no desinteresado: me han asegurado que, si voy al infierno, el tiempo empleado en la lectura y reseña de este libro (unas dos horitas) me convalida. Por otra parte, como amante de la literatura, considero una obligación cerciorarme de que nadie se equivoca respecto a artefactos como éste, que comparten mesas y escaparates con algunos de los que nos gustan. Esa es mi finalidad, conseguir que quien se lo plantee (y seamos sinceros, todos conocemos a alguien que podría sentirse tentado por esta porquería intrascendente disfrazada de confesión) lo descarte. Cómo me encantaría que ésto lo leyese su autor: qué seguro estoy de que pensaría que lo mejor es ignorarnos, que él tiene millones de seguidores y nosotros miles, pero que se diera cuenta de que es detestado justo por quienes le encantaría que le apreciaran: los amantes de las letras. No ofende quien quiere sino quien puede, pues bien, no por escribir y publicar eres escritor, J.J.
ResponderEliminarDicho lo cual, doy las gracias por igual a todos los comentarios, los que defienden la atención prestada y los que la critican encarnizadamente. Pues todos queremos lo mismo, que es evitar poner más dinero en el bolsillo de este impostor.
Feliz año a todos!.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarPues me encanta la polémica creada.
ResponderEliminarLo que no es tan agradable es los extremismo, y el dictaminar que libro se puede reseñar o no.
Por suerte el veto a leer y opinar , paso .
Si te pasas por cualquier librería , ves la lista de los más vendidos y te encuentras con este en el 2º ó 3 puesto.
Francesc me ha encantado tu crítica.
Feliz Año 2013
Pili
Iba a leer tu reseña por si acaso alguien hablaba bien del libro, pero no he necesitado pasar de la primera línea con tu valoración general. Definitivamente ni archivo el título en mi memoria. Hay tánto bueno por leer por ahí!!!
ResponderEliminarSaludos.
Si tenía alguna duda, que no era así, me las has terminado de despejar. Un saludo
ResponderEliminarPili: gracias por los ánimos y por las buenas palabras.
ResponderEliminarYemila: tú que también pasaste por el trago de leer algo horroroso pero cumplir con el deber de reportarlo, tus ánimos son especialmente bienvenidos.
Inmaculada: pues léete la reseña, mujer, que si lo llego a saber no doy tantas pistas ni en primera línea ni en etiquetas. No sabéis lo que uno disfruta despanzurrando semejante farsa como para que me digáis que no pasáis de la primera línea-
Concha: gracias. Espero que a todo el mundo le despeje las dudas, las tentaciones. No lo compréis, ni regalado. Si os lo regalan, no lo leáis. Explicadle a ese ser querido el porqué de la inconveniencia del regalo. O leedle esta reseña. En todo caso, mucha comprensión, mucho diálogo, lo que sea antes que leerlo: yo ya lo he hecho por todos.
Por cierto: para olvidar el mal trago, tengo a Foster Wallace. Buh.
12 comentarios! Ya sabéis lo que tenéis que hacer para tener visitas...Por favor, mañana el de Aznar:-)
ResponderEliminarPor cierto Francesc, el de Foster Wallace es La broma infinita?
Bueeeno... el de Aznar le tocaría a otro... Yemila cumplió con las sombritas de las narices, yo con este... además, no sé, Aznar, prefiero reservar mis fuerzas para cuando escriba Rajoy.
ResponderEliminarEl de Foster Wallace es Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer. La broma infinita son más de 1000 páginas que reposan en mi estante esperando que llegue un día en que disponga de suficiente tiempo.
Te has despachado a gusto, se ve que tenías ganas de hacerlo desde hacía tiempo. La impresión que tengo es que tú y el libro que comentas (perdon, reseñas; es que lo mismo se enfada P...) o el autor que detestas sois la misma cosa. Como los amantes etruscos, os fundís en esa acción-reacción que conforman el todo de cada suceso. Uno pone el revulsivo y el otro el vómito.
ResponderEliminarMe encantan los comentarios endogámicos, y esta vez hay muchos. Es extraño que no estéis todos en Navidad. Una pregunta: ¿por qué no os relacionáis por email, Skipe, chat-FB o lo que sea? Aquí queda un poco raro.
Inquina, Y, se dice IN QUI NA. Por otro lado, la condescendencia es cosa de poderosos. De ostentadores de pequeños poderes, sobre todo; ya sabes, jefecillo de aquí o de allá, de estos o de aquellos.
Llevo muy mal el turno de noche, no me lo tengáis en cuenta. Estoy siendo condescendiente conmigo mismo, Y. ¿Así también vale? :-)
Gracias, JeanP. Si me he de fundir con algún autor de los que reseñe algún día, déjame probar entre Llúcia Ramis, Nicole Krauss y Pola Oloixarac. Y no, no tenía ganas de hacer esta reseña desde hace mucho tiempo. No detesto al autor, detesto su trabajo habitual y que se piense que eso le da patente de corso para perpetrar este ejercicio de intrusismo.
ResponderEliminarLos comentarios endogámicos son muy propios cuando todos funcionamos de manera autónoma y vemos las reseñas de los compañeros con la misma visión que cualquier otro lector. En este caso, me han servido para darle salida a los bidones sobrantes de vitriolo y bilis que no incluí en la reseña. Si eso se hubiera quedado dentro de mí el único camino que me hubiera quedado sería la autocondescendencia compasiva.
ResponderEliminarMuy buena, Francesc. Y me ha gustado mucho lo que has escrito, Paula, pero la verdad es que cansa un poco tener que dar tantas explicaciones...Estando aquí como estamos, por amor al Arte, como quien dice, creo que no nos merecemos algunas críticas.
Menos inquina y condescendencia, queridos lectores, que aquí nadie cobra un duro. Y no hay que olvidar que cada año se publican en todo el mundo cientos de libros horrorosos pero muy bien publicitados y vendidos que de vez en cuando merece la pena analizar, aunque sea, para reflexionar por qué este planeta está hecho unos zorros.
¿Habéis leído este libro? ¿En serio? ¿Y habéis pagado por él?
ResponderEliminarEjem! sí, yo lo leí, sí, en serio, de arriba abajo, pero no, no pagué: Emule, lavabo, y papelera de reciclaje. Hasta ahí podíamos llegar. Trabajo sucio, pero alguien tenía que hacerlo.
ResponderEliminarEl libro está bien, no es una obra maestra pero se puede leer, en algunos momentos hasta es emotivo.
ResponderEliminarNo todo va a ser "El ser y el tiempo"
Por cierto, no entiendo eso del intrusismo laboral. Si te refieres a que es un presentador de TV, y que por ello no puede escribir, si es eso, pues vaya ...
La mayoría de los escritores son abogados, médicos, historiadores etc, pero no filólogos, porque ellos están muy preocupados con la sintaxis.
Para mí, Nico, el intrusismo en este caso consiste en acceder a una publicación y una promoción de algo que no es más que morbo alrededor de quien lo escribe. Y engano en su exposición. Gracias por el comentario, pero lo único que confirma el paso del tiempo desde que lo leí es mi convencimiento de su perversidad y mi firmeza en mi opinión sobre el libro: basura mediática.
ResponderEliminarEl idioma y la literatura estarían muertos si sólo pudieran publicar o hablar los premiados en el club de lecturas del pueblo o del famoso país escandinavo
ResponderEliminarQuemar libros no es fomentar la libertad
Gracias, Antonio, por el comentario. Un post que colea tras varios meses, anda. Pero mencionar la libertad en este contexto me parece que roza la ley de Godwin. Libre es el autor de este libro de publicar lo que quiera, y libre es de aprovechar su tirón promocional y acabar de alicatarse su baño de oro. Claro que lo es. Yo no quemo este libro: digo que su autor va de que es algo trascendente. Alerta de spoiler: por qué engaña a sus lectores dejando que se pasen medio libro pensando que contrajo el VIH acostándose con un chapero?. Para acabar mostrando que ha mentido a lo largo del libro. Sí: mentido. Fin de la alerta. Un día recriminó a dos que echó del plató que "si leyeran su libro" tendrían más educación. Vaya pretensiones. Igualmente, aguantaría las pretensiones si el libro tuviera el mínimo valor en algún sentido. No lo tiene. Repito. No tiene ningún valor, no leáis esta porquería ni por la curiosidad de saber el motivo de que lo sea. Ni por eso. No tiene que ver con la libertad ni con el idioma ni con la literatura. Nada en absoluto.
ResponderEliminarGracias a ti por contestar y mantener este blog con sus comentarios y libertad de expresión.
ResponderEliminarNo es mi intención llevar la razón y zanjar cuestiones de crítica literaria sino la de defender el derecho de todo el que quiera ser escritor y publicar, sin que ello se le pueda tachar de intrusismo, porque entonces sería restringir la literatura a una élite. Quién no tenga padrino en el mundo literario no podría escribir.
Es cierto que Jorge Javier Vázquez no ha seguido la vía habitual para publicar un libro, en los años cincuenta o sesenta se hacía una revista literaria, o se pertenecía a una escuela; o la vía de los años ochenta y noventa, consistente en que le den un premio o accésit.
Hay otros escritores que utilizan la vía de internet o la vía de fusión de arte como escritura y cines... Jorge Javier V. utiliza la prensa rosa como promoción de su libro.
La cuestión del Sida no es mentir, es simplemente un recurso literario, todos sabemos que no tiene Sida, lo hubiese dicho por TV, pero se podría haber contagiado. Lo que se intenta es "causar extrañeza" y mantener la tensión literaria en el lector.
Quiero decir que la literatura no debe ser cosa de cierta élite exclusivamente. El Quijote se escribió para que se leyera en voz alta en corrillos de gente y mucha de esa gente no sabía siquiera leer. (eso debería hacer JJ leer en su programa un capítulo al día.:)
Desde luego que hay libros mejores; que nadie espere una especie de "Señas de Identidad" de Goytisolo, pero es un libro correcto, y mucho mejor que los nuevos best seller escandinavos. Y eso sí que es engañar al lector, con enormes promociones y marketing, simplemente para entretener ( suponiendo que esté mal entretener, que no lo está, pero bueno, eso sería materia de otro post).
De nada, Antonio, gracias por la atención que nos prestas y me encanta que haya un cierto disentimiento sobre el tema. Sobre JJV yo sí que aprecio que alimenta la duda sobre la enfermedad, y que lo usa como elemento de engaño al lector. Sobre la literatura destinada a las élites, el único criterio es el acceso de ciertos autores a mayor promoción y distribución. Las mesas de novedades vs la búsqueda en las estanterías. Precisamente ese padrinazgo y esa publicidad los echarán, seguro, en menos, decenas de escritores con cosas más interesantes qué decir que explicar sus titubeos sexuales.
ResponderEliminarSobre los escandinavos, tuve bastante con el primer Millenium. Ñam ñam y a otra cosa. te sugiero que te pasees por nuestras páginas. Tenemos de todo, cada vez más.
La verdad, has despertado mi curiosidad. Supongo que una obra que despierta tales odios debe tener algo para ello. Tendré que leerlo. Además, cuentas tan poco sobre la historia que apetece descubrir más. Me lo apunto.
ResponderEliminarJose: la historia consiste en el autor disfrazando de glamour y de pretendida trascendencia su vida marcada por su condición de homosexual dentro de una barriada de una población de extrarradio. Y mintiendo descaradamente para atrapar al lector a base de engaños. Con un estilo atroz y pedante. Cualquier otra lectura que encuentres aquí, antes que esta. Sé que normalmente ser tan tajante produce el efecto contrario, pero hay tanto donde elegir antes que perder dos horas con esta tontería. De verdad.
ResponderEliminarEso es lo que me gusta cuando busco blogs relacionados a libros, que sean honestos al decir lo que piensan, que sean honestos al decir que fallas hay en estos y por que debemos o no leerlos. Se también que todas las personas somos diferentes, asi que muchos pensaran diferente a ti, pero otros te apoyan, me gustaría leer el libro para saber si te hallo o no la razón.
ResponderEliminarGracias.
Querido Draywall Bogota: precisamente mi intención con la reseña es evitar en lo posible que nadie invierta tiempo o dinero en este esperpento disfrazado de confesión. Pero cada uno a su riesgo. Gracias por leernos y confiar en nosotros.
ResponderEliminar"No permitáis que morbo o curiosidad actúen a favor de este fraude. Ninguno, cero, nada, vacío, inhóspito, nulo, y, no por lo esperado, menos indignante, es el absurdo sentido de algo así. Tan vergonzoso, tan frívolo y tan pretencioso que no merecería ni ser calificado de libro".
ResponderEliminar¿No es cierto que lo que debería escandalizar es el número de ejemplares vendidos, más que el producto es sí?