Un año más ya estamos en vísperas de que se conozca el Premio Nobel de Literatura, y como siempre cada cual tiene sus favoritos. En ULAD no vamos a ser menos, así que aquí va nuestra particular quiniela (mañana sabremos si hemos acertado).
Vamos a proceder por eliminación: a la Academia Sueca le gusta repartir sus gracias con variedad (un año aquí, otro en la otra punta del globo...), así que nuestra primera apuesta, considerando que el año pasado ganó Tranströmer, es que este año el premio no será para ningún europeo, o por lo menos para ningún europeo-occidental (dejamos fuera de las apuestas, por tanto, a candidatos sólidos como McEwan, Magris, Lobo Antunes o Cees Nooteboom). Por el mismo motivo, también apostaría a que este año no va a ganar un poeta (lo siento, Adonis, otro año más que te quedas sin premio).
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Don DeLillo |
Seguramente, por lo tanto, volverá a ganar un narrador (novelista o cuentista), no europeo. Los estadounidenses pueden tener muchas opciones, por dos motivos: hace ya casi veinte años que ningún
yankee gana el Premio Nobel (la última fue Toni Morrison en el 93), y además hay varios candidatos fuertes, con lo cual podrían premiar a uno para, simbólicamente, premiarlos a todos. Los principales favoritos estadounidenses hoy en día son
Philip Roth (de quien sin embargo dicen que tiene mala prensa en la Academia Sueca),
Don DeLillo,
Thomas Pynchon o
Cormac McCarthy, entre otros. DeLillo o Pynchon son, creo, los que más posibilidades pueden tener, porque son casi unánimemente aclamados por la crítica. Lo del Premio Nobel para Bob Dylan yo no me lo acabo de creer.
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Alice Munro |
Si miramos fuera de EE.UU., los académicos también tiene donde elegir: todavía en América, pero más al norte, nos encontramos a
Alice Munro, cuentista canadiense que puede beneficiarse si los suecos deciden darle el premio a una mujer este año (lo que no quiere decir, ojo, que no se merezca el premio). En África el candidato más fuerte es
Chinua Achebe, grandísimo narrador nigeriano, aunque también suena el nombre de
Ngũgĩ wa Thiong'o; en Asia,
por mucho que me duela, el nombre más repetido es el de
Murakami, junto con el del chino
Mo Yan. Y en Europa, pero en Europa del Este, tenemos también grandes candidatos como
Ismail Kadaré,
Milan Kundera o
Peter Nadas, del que confieso que no he leído nada (perdón por el chiste).
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Enrique Vila-Matas |
¿Y los españoles, preguntará alguno? Pues se habla de los de casi siempre:
Javier Marías, Enrique Vila-Matas y, algo que a mí me sorprende,
Eduardo Mendoza. Pero este no va a ser el año: no solo porque como he dicho antes no creo que este año gane ningún europeo, sino porque está muy reciente el premio a Vargas Llosa, y que ganasen dos escritores hispanohablantes tan seguidos sería muy sorprendente. (Dejando aparte el hecho de que la literatura española actual no está EMHO a la altura de las más grandes de la literatura mundial, pero ese es otro asunto).
En fin, que si nos pedís uno o dos nombres, nos quedamos con DeLillo y Pynchon. Pero también es posible que la Academia Sueca nos sorprenda a todos premiando a un casi-desconocido. Mañana lo sabremos...
Prime: descarto a Roth que ha recibido otro premio recientemente. Murakami merece mi respeto pero su elección sería de una obviedad sonrojante. De los americanos, optaría por McCarthy aunque su impacto comercial es muy notable y eso aleja a los snobs.
ResponderEliminarCreo que ninguno de los españoles están en su mejor momento, aunque si hubiera de apostar por uno sería por Marías.
Creo que la cosa irá de autores africanos o de Europa del Este.
Saludos uladianos.
Para no estar en un "bon" momento las recientes críticas neoyorquinas a Vila Matas son espectaculares. Ay, Bon, Bon, ¿adónde bon?
ResponderEliminarhttp://www.blogenriquevilamatas.com/dublinesca-obra-maestra-para-the-times-literary-supplement/
ResponderEliminarLos últimos veinte años han sido bastante lamentables para el prestigio crítico de la Academia sueca: premiar a fraudes seudoliterarios como Elfried Jelinek, Darío Fo o a la mediocre y sobrevalorada Doris Lessing, dejan en mal lugar el criterio del premio. Lo arbitrario domina.
Apuntamos los escritores que deberían ganar el premio, por razones cualitativas obvias:
- Milan Kundera
- Michel Tournier
- Juan Goytisolo
- Tadeusz Rozewicz
- Álvaro Mutis
Fdo.
CACAPIPITALISMO BERMUDEZ
Pues es curioso que Juan Goytisolo solía aparecer en las quinielas de los Nobel, pero este año está totalmente desaparecido.
ResponderEliminarA Michel Tournier y Tadeusz Rozewicz reconozco que ni los conocía.
Por lo demás, estoy totalmente de acuerdo con que algunos de los premios Nobel recientes (y no tan recientes) son un desprestigio para el premio.
Ejem: perdón por el error de concordancia ningúno/están... sobre Vila-Matas tiendo a considerarlo mejor escritor que novelista. Un estilo espléndido no siempre acompañado por una resolución de la trama a tal altura. Leeré Dublinesca, por supuesto. Santi: la que has liado, chavalín.
ResponderEliminarY yo propondría a Quim Monzó, por toda su obra, incluso la etílica. Además me ha salido un Captcha, Bagivel 97 que parece una marca de whisky barato.
A mí me gustaría que lo ganara Amos Oz, creo que su obra es maravillosa y su estilo muy particular. Cada día cuesta más conseguir un escritor que trate temas tan variados con esa sensibilidad y sencillez.
ResponderEliminarHablando de momentos... Delillo tampoco esta en su mejor momento. Lejos quedan obras como Submundo y Libra.
ResponderEliminarY lo de Murakami... No creo que sea un autor que encaje dentro del Premio. Son casos distintos pero no se lo daria a el y tampoco a Stephen King.
Y de los que quedan.... Siempre esta el morbete de ver al señor Pynchon recogiendo un premio.
Que Dios reparta mierda.
Lo de estar o no en un "buen momento" no creo que sea importante para el Nobel: de hecho, suelen premiar a escritores "talluditos" que ya han dejado atrás lo mejor de su producción. Vargas Llosa o Cela tampoco estaban en su mejor momento cuando ganaron el Nobel, por ejemplo...
ResponderEliminarSobre Murakami ya me he pronunciado, así que no me voy a repetir :)
Y lo de Pynchon, pues sí, la duda es si saldría de su casi mítico aislamiento para recibir el Nobel; a lo mejor eso también retrae algo a los académicos suecos, que igual no se lo dan por miedo a que lo rechace...
Indudablemente lo que hará mucha gracia es, si se lo dan a un escritor de un país remoto y un nombre impronunciable, que obligará a algún adormilado editor español a encargar a toda pastilla una traducción para no quedar en evidencia y publicar aquí alguno de sus libros, para que lo compren cuatro gatos, mientras las jodidas sombritas andan por doquier.
ResponderEliminarEste último comentario me ha hecho pensar otra cosa: que para las editoriales también es como el día de la Lotería de Navidad. Si le dan el Premio Nobel a un autor publicado por determinada editorial, tiene asegurado un subidón de ventas... Es lo que pasó con Gao Xinjian para Ediciones del Bronce, Herta Müller para Siruela...
ResponderEliminarY Alfaguara con Vargas Llosa, no te olvides...
ResponderEliminar¡Vaya por Dios, tanta elucubración y estadística para dummies por el retrete! Van y se lo dan al chino. Eso sí, no les quedó más remedio que dárselo a él porque Murakami era "de una obviedad sonrojante". ¡Apuesto a que los eligen por la forma de los ojos! ¿Hablas de "snobs" y metes a Javier Marías como posible premiado? ¡Pero si escribe para suegras! Me he reído un rato con vosotros (¿de?).
ResponderEliminarYa, bueno, este tipo de literatura no es my favourite cup of tea. No pongo en duda todo lo que apuntas (no puedo corroborarlo, pues la leí a los 15 años y no me acuerdo ni de un solo acontecimiento. Se ve que la abordé con cariño), pero nada de ello me acicatea para "releerla". Puro rosismo. Verás, la vida se me antoja corta y no quiero perder el tiempo, por ello solo me interesa aquello que me aporta algo que pueda incorporar, de un modo u otro, a mi existencia. Por cierto, qué tremendamente follable (perdón, tomadlo como realismo sucio) está Matthew Macfadyen en la peli (él no es así en realidad).
ResponderEliminarEl último comentario va por Orgullo y prejuicio, se sobrentiende.
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