Idioma original: inglés
Título original: Noir
Año de publicación: 2010
Valoración: está bien
En realidad, en este caso podría ahorrarme la reseña y enlazar directamente a esta otra del blog La primera mirada, porque mis impresiones sobre el libro coinciden casi completamente con las del autor de esa otra reseña. Y la impresión que los dos tenemos es que Noir es una reescritura posmoderna del género negro (desde el propio título) pero que, por lo autoconsciente y lo metaficcional, acaba resultando algo cargante.
Robert Coover (que, por cierto, he descubierto después de leer la novela que es uno de los fundadores de la Electronic Literature Organization) parte del modelo de las novelas negras hardboiled americanas (Raymond Chandler, Dashiel Hammett, etc.): detective crápula y problemático, una cliente femme fatale misteriosa, policías corruptos, matones tabernarios, prostitutas, una ciudad sucia y caótica como escenario... Pero todos estos elementos son tratados con distanciamiento, precisamente porque Coover, y el narrador, y los lectores, y hasta los propios personajes, saben que estamos ante "clichés" genéricos, puestos ahí precisamente para hacerse visibles como tales clichés.
Los propios personajes se transforman en arquetipos desde el propio nombre: el detective Philip M. Noir, la ayudante Blanche, el policía Blue... Es inevitable pensar en la Trilogía de Nueva York de Auster o en Reservoir Dogs de Tarantino. También la trama (que en realidad es casi lo de menos en esta historia) se llena de tópicos del género policiaco: la mujer-niña inocente que seduce al detective, las múltiples trampas en que cae el protagonista, que termina una y otra vez herido, inconsciente, descalzo, desnudo o vestido únicamente con las bragas rosas de su ayudante; los encuentros y diálogos en bares y restaurantes; la rivalidad entre policía y detective, a pesar de que los dos deberían estar del mismo lado... No se trata, en este caso, de que todo lo hayamos visto mil veces, sino de que el autor nos dice: "mira, voy a deconstruirte delante de los ojos esa novela que has leído mil veces para que se te haga evidente".
Solo que para el lector la novela navega en una especie de aguas sin dueño, sin que se pueda decir que estamos propiamente ante una novela negra sino ante una deformación del género; sin llegar a ser una parodia (aunque tiene elementos obviamente humorísticos) y sin romper completamente el aparato ficcional para transformarse en metaficción. Al final, una vez que se capta la intención de Coover, y dado que la trama en sí no engancha demasiado (por lo menos, a un servidor), la lectura se hace algo pesada, como un chiste que se extiende demasiado.
Definitivamente, me quedo con Auster, y con Tarantino.
Creo que está bastante claro que no te gustó el libro, y no lo recomiendas; así que no creo darle una oportunidad.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado La trilogía de NY, pues yo tengo muchas ganas de leerlo desde hace algún tiempo y es bueno saber que ya varios blogeros recomiendan este autor que nunca he probado.
Un abrazo
Lo empecé hace tres días y me temo que lo terminaré por mi cabezonería de terminar cualquier libro que comienzo pero coincido plenamente con la opinión. No me está gustando nada.
ResponderEliminarEs humor.
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