Idioma original: rumano
Título original: Saludos
Año de publicación: 1995
Valoración: Muy recomendable
Alexandru Ecovoiu empezó a escribir (o, al menos, a publicar) relativamente tarde, en los años 80, ya cumplidos los 40 años, pero no alcanzó el reconocimiento que merecía hasta 1995, cuando se publicó su novela Saludos, que recibió el Premio de la Unión de Escritores de Rumanía. Desde entonces ha publicado otras dos novelas y el libro de relatos Los tres niños Mozart.
En esta novela que hoy reseño el protagonista conoce a Sey, el último trotamundos, que se presta a contarle su historia. Y ciertamente tiene mucho que contar: sus aventuras a lo largo del mundo, las mujeres que conoce, los peligros a los que tiene que hacer frente... y la competición que rige su vida y la de su gran competidor, y que sólo terminará cuando uno de los dos llegue el último (sí, habéis leído bien, el último) a la meta.
Además de un relato de viajes y de aventuras de lo más entretenido e interesante, Saludos es también un canto a la utopía y a la libertad, un viaje que no sólo se mide en los kilómetros recorridos, sino en los pasos que da el protagonista para conocerse a sí mismo y para convertirse en lo que es.
Y también, sin duda, es un libro excelentemente escrito, en el que el ejercicio narrativo del trotamundos (irónico, a veces humorístico, desordenado pero fácil de seguir) y los pensamientos de su oyente se intercalan creando una prosa de apariencia sencilla que nos mantendrá pegados al libro desde la primera página.
PD. Gracias a Igitur, que hace unos meses nos recomendó este libro en su comentario a Corazones cicatrizados.
El libro no lo conozco, pero es una de las editoriales más interesantes que uno encuentra en casi cualquier "gran libreria". Con un buen catalogo y ediciones la mar de chulas.
ResponderEliminarMe parece que al hacer la ficha del libro debería mencionarse el nombre del traductor, que algo tendrá que ver con que el libro esté bien escrito o no. ¿No os parece?
ResponderEliminarPues esa es una discusión que ya hemos tenido en este blog algunas veces; por una parte, como siempre nos recuerda Paula (por ejemplo en esta entrada), está claro que "una traducción es una versión, una recreación", y que por tanto el nombre del traductor debería figurar en la reseña.
ResponderEliminarLo que pasa es que, como explicamos en el principio de los tiempos, lo que reseñamos generalmente en ULAD no es una edición ni una traducción concretas (por ejemplo, no reseñamos la traducción de Borges de Las palmeras salvajes, sino Las palmeras salvajes de Faulkner).
En fin, que al final queda a elección del reseñista de turno hablar del traductor o no, aunque la experiencia dice que solo lo mencionamos o cuando es famoso (como en el caso de Borges) o cuando hace mal su trabajo. Lo cual es una pena, es verdad...
No me refiero a que se comente la traducción; eso, por supuesto, queda al criterio de quien reseña, sino que en la ficha del libro que hay al principio de la página, donde se mencionan autor, título, editorial, se añada el nombre del traductor. Eso es potestad del moderador del blog. Me parece un dato tan importante como el resto.
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