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domingo, 12 de febrero de 2012

Libros para San Valentín: Una pena en observación de C. S. Lewis

Idioma original: inglés
Título original: A Grief Observed
Año de publicación: 1961
Valoración: Muy recomendable

Este es un libro que trata sobre el amor; y por lo tanto es un libro romántico, e incluso podría decirse que bonito. Pero también es un libro que trata, y mucho, muchísimo, sobre la muerte, y es por lo tanto un libro triste. Y es al mismo tiempo un libro que trata sobre Dios y es, en ese sentido, reflexivo y casi místico. Es un buen libro para San Valentín, pero solo para quienes quieran plantearse lo que puede ser la pérdida del ser querido.

En Una pena en observación, C. S. Lewis (sí, el mismo de Las crónicas de Narnia) reflexiona, con un tono sorprendentemente contenido, sobre la muerte de su esposa, la también escritora Joy Gresham (H. en la obra), a causa de un cáncer. Son páginas de una clarividencia y de una sinceridad desarmantes: Lewis evita caer en las fáciles frases hechas consolatorias ("ella está ahora en un lugar mejor"; "sigue viva en nuestra memoria"; "la muerte no es el final", etc.) y rechaza decididamente los lugares comunes de la literatura romántica (la idea de que el dolor por la pérdida es mayor en los lugares que se han compartido, por ejemplo), para aplicarse con minuciosidad implacable a describir sus propios sentimientos: la soledad, la ausencia, el dolor, pero también el miedo a que el recuerdo de la mujer se transforme en una ficción, en algo radicalmente distinto a la mujer real.

En las páginas de esta confesión descubrimos un amor adulto, maduro, pero no por ello menos intenso -para quienes creen que el amor romántico es solo cosa de jóvenes. El encuentro de dos personas no iguales, pero sí compatibles y complementarias, que comparten una felicidad casi plena. "En estos breves años pasados, H. y yo festejábamos el amor, en cualquiera de sus modalidades: la solemne y alegre, la romántica y realista, tan dramática a veces como una tempestad, otras veces tan confortable y carente de énfasis como cuando te pones unas zapatillas cómodas. No había fisura del corazón o del cuerpo que quedara insatisfecha".

Junto al amor y la muerte, Dios es el tercer gran pilar de estas reflexiones. Lewis, además de un escritor de novela fantástica, era un conocido apologista cristiano. En esta obra, sin embargo, la idea de Dios atormenta más que consuela al escritor: ¿cómo es posible que exista un Dios que prive de la vida a sus criaturas, que provoque dolor, soledad, muerte? ¿Cómo podemos tener seguridad de que Dios, y la vida después de la muerte, significan realmente algo? Y si significan algo, ¿qué es? Esas preguntas atormentan al escritor casi tanto como la propia ausencia de la mujer amada (aunque a un lector que no comparta esas inquietudes teológicas le puedan parecer demasiado abstractas o retóricas).


Hay adaptación cinematográfica, titulada Tierras de penumbra, con Anthony Hopkins en el papel de C. S. Lewis y Debra Winger en el de Joy Gresham.

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