Idioma original: inglés
Fecha de publicación: 1849
Valoración: Recomendable
En estas fechas tan señaladas (a pocos días de San Valentín), me llena de orgullo y satisfacción reseñar una novela romántica pero de calidad, nada de ñoñeces que animen a los lectores a poner candaditos en puentes italianos, ni best-sellers de medio pelo que narren romances descacharrantes entre niñas raras y muertos vivientes y/o licántropos.
No. No hablamos de nada de eso. Les aseguro que Shirley, una de las cuatro grandes novelas que escribió la mayor de las Brontë, no decepcionará a los lectores exigentes que busquen disfrutar de un buen libro romántico pero sin empalagar y que, por supuesto, no frunzan el morro al escuchar eso de "literatura decimonónica". Porque sí, vale, Shirley es una novela de amor decimonónica, pero para nada puede ser tildada de tostón machista y predecible: no se merece en absoluto estos descalificativos que suelen acompañar a las de su clase.
Narra una historia de amor pero también de amistad y rivalidad entre dos mujeres: Caroline Helstone, una joven rubia, introvertida, delicada y bondadosa, y la Shirley (Shirley Keeldar) que da título al libro, morena, enérgica y un tipo de fémina muy avanzado para su época gracias a su espíritu independiente y sus ideas progresistas. El objeto de deseo de ambas es el joven y atractivo Robert Moore, primo de Caroline, que por culpa de los tiempos combulsos en los que discurre la trama, ve peligrar la próspera marcha de su fábrica textil y teme una revuelta de sus trabajadores. Y aunque en un primer momento parezca que Caroline es la mujer de sus sueños, la arrolladora Shirley lo revolucionará todo. Pero también andará por allí Louis, el reservado hermano de Robert, para añadir áún más emoción al artefacto...
Y de folletín, nada. Las reflexiones personales que atesora, la entrañable amistad que cultivan sus dos mujeres protagonistas (condenadas a odiarse), el suave feminismo que destila, la digna punzada social que da, los hombres aparentemente de hierro pero íntimamente sentimentales que presenta, y el suave giro que da la historia de enamoramientos que le capitanea, hacen de Shirley un libro de alta calidad literaria y sólida textura humanista.
Curiosidades: al parecer, la dulce Caroline Helstone de Charlotte Brontë estaba inspirada en su hermana pequeña Anne, y la indomable Shirley era una recreación de la mediana, Emily, de haber tenido ésta mejor salud y prosperidad. Mientras escribía este libro, Charlotte vio morir a las dos, víctimas de la tisis.
También dicen que a partir de la novela, el nombre de Shirley, hasta entonces cosa de hombres, comenzaron a ponérselo a las mujeres.
Vamos, que amor pastelón no es lo que encontrarán en las páginas de este buen libro.
También de Charlotte Brontë: Jane Eyre
Pues felicidades y gracias por esta reseña, no conocía, o no recuerdo ahora mismo haberla oído nombrar nunca, no sé, esta obra de Charlotte. En cuanto la encuentre me haré con ella.
ResponderEliminarNingún buen lector mínimamente cultivado puede tachar de pastelazos a las novelas escritas por estas mujeres (Charlotte, Emily, Jane Austen). Sólo han sufrido el perjuicio y el prejuicio de actitudes machistas y hasta equivocadamente feministas. Son un pequeño lujo de la literatura europea de ese siglo y de casi toda la historia literaria occidental, pequeño sólo por eso, porque no destaca la producción femenina en ella, sólo por otros motivos socioculturales.
Recibe un cordial saludo.