Este jueves, o sea, mañana, se falla el Premio Nobel de Literatura de este año, y ya están haciéndose las típicas apuestas que aciertan tantas veces como fallan. Hay una cosa que está bastante clara: este año el ganador no será un escritor en lengua española: es muy poco habitual que el Nobel premie dos veces seguidas a escritores en la misma lengua, sobre todo si esa lengua no es el inglés.
Estos son algunos de los (eternos) candidatos al Nobel de Literatura:
Adonis: poeta de origen sirio, candidato al Nobel desde hace una eternidad, este puede ser su año entre otras cosas por los aires de cambio en el mundo árabe: a los académicos suecos les encanta hacer ese tipo de gestos y demostrar que están "implicados" con los acontecimientos. En todo caso, que esta circunstancia externa le pueda favorecer no le resta ni un gramo de valor a su obra poética, sugerente y amplísima.
Philip Roth: aunque su obra sea algo irregular en los últimos tiempos, tiene "fondo de armario" (El lamento de Portnoy, Me casé con un comunista, La mancha humana, Pastoral americana, Elegía...) como para justificar de sobra el premio. Además, hace bastante tiempo (desde 1993) que un escritor estadounidense no se lleva el Nobel. Claro que entre los candidatos hay otros compatriotas suyos igualmente bien posicionados...
Cormac McCarthy: Un autor que se ha hecho conocido para el gran público gracias, diría yo, a las adaptaciones cinematográficas de La carretera o No es país para viejos, pero al que la crítica reconoce sus méritos desde hace tiempo. Con un estilo simple y cortante, ha reflejado la realidad de los Estados Unidos (entre otras cosas) con crudeza y sin tapujos.
Thomas Pynchon: junto con Don DeLillo (otro posible candidato) es el gran experimentador de la literatura estadounidense contemporánea. Obras como La subasta del lote 49, V o El arco iris de gravedad representan una revolución narrativa única en su país y en su época. Si le dan el premio, será interesante ver si Pynchon (alérgico como pocos a cualquier acto público) acude a recogerlo...
Tomas Tranströmer: reconozco que no he leído nada de este autor sueco, que sin embargo aparece año tras año en las quinielas para el Premio Nobel. Es poeta, como Adonis, lo que puede beneficiarle si el Nobel decide romper con una racha de cinco novelistas seguidos...
Ko Un: Otra confesión: acabo de oír hablar de este escritor por primera vez ahora, hace diez minutos. Por lo que leo en la Wikipedia (en inglés: la Wikipedia en español ni siquiera tiene un artículo para él), es un poeta surcoreano, activista en favor de la democracia en su país (un punto positivo para él, según los criterios habituales del Nobel), antiguo monje budista, suicida frustrado por partida doble... En fin, puede ser el "tapado" de las quinielas, y a los suecos también les gusta dárselas de originales de vez en cuando...
Haruki Murakami: Que conste que lo incluyo solo porque aparece mencionado en algunas listas. Pero yo estoy en contra. Entre "muy en contra" y "absolutamente en contra". Sí, Murakami escribe bien, tiene un gran éxito de público, es relativamente original... Pero para mí, su obra no está ni de lejos a la altura de los grandes: es repetitiva, facilona y superficial (toma ya). Como le den el Nobel a Murakami, me pego un tiro. En el pie.
yo voto por tranströmer, que me encanta, y por mccarthy, que todavía también
ResponderEliminary comparto tu opinión de murakami
:)
Acabo de leer esto en El País: http://blogs.elpais.com/ruta-norteamericana/
ResponderEliminarYo voto por Cormac McCarthy. De los estadounidenses candidatos, me parece el más potente... Y Murakami a mí tampoco me parece que tenga una prosa de Nobel. Ni este año ni otro. (¿y Bob Dylan qué? solo espero que no, pero...)
ResponderEliminarHe llegado a tu blog por casualidad buscando a ver si la bola de cristal me decía quién va a ganar mañana el Nobel. Sólo puedo decir una cosa, si lo gana Murakami prepara dos balas una para ti y otra para mí... Me impresiona ver que pueda estar en el bombo pero yo creo que ni él mismo se lo habrá tomado en serio.
ResponderEliminarsiempre los eternos candidatos, y esperan y esperan...rompamos moldes: Dylan
ResponderEliminarhttp://www.alestedeleden.blogspot.com
Se ve que ninguno de ustedes ha leído Crónica del Pájaro que da Cuerda al Mundo de Murakami, y por eso caen en la crítica más facilista y ramplona.
ResponderEliminarQué le critican a Murakami? sus descripciones?
pues miren este fragmento de un poema de nuevo Nobel:
"Parado frente a la ventana abierta, / en un primer piso, / me estaba afeitando una mañana./ Encendí la maquinilla./ Comenzó a zumbar."
Querido anónimo, no creo que nadie critique aquí precisamente las "descripciones" de Murakami. Es verdad que no he leído la Crónica del pájaro... ni 1Q84, pero he leído casi todo lo demás. Y lo que le reprocho es que sus personajes son superficiales, que tiene una serie de tics narrativos que repite una y otra vez; y así en general, que sus novelas no me parece que añadan nada esencial a nuestra forma de ver el mundo o la vida, como sí hacen, por ejemplo, las novelas de Philip Roth o los poemas de Adonis. Por supuesto, eres libre de no estar de acuerdo conmigo.
ResponderEliminarAhora, lo de sacar cinco versos fuera de contexto y pretender con eso desautorizar toda la obra de un escritor, es, bueno, algo tan infantil que no creo que haga falta ni contestar.
Un saludo.
1) Tu y yo tenemos dos maneras muy diferentes de percibir la literatura.
ResponderEliminary eso me alegra y me parece respetable.
2) Ese "algo infantil" que acabo de hacer es un ejemplo claro de lo que hacen muchos críticos para desacreditar la obra de un autor, sin argumentos.
Yo sí que he leído "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo": y es una gran nada caminando hacia ninguna parte. Menudo bluf. Se salva el flashback en Mongolia, pero la trama principal, tela... Lo dicho, en mi opinión una mierdaca. Para literatura japonesa de la buena, "Una cuestión personal", de Kenzaburo Oé. Y eso.
ResponderEliminarYo también he leído Crónica... y coincido con Maese Salakov, vaya bluff. No me gustó nada. Me pareció que estaba lleno de palabrería que no iba a ninguna parte.
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