Idioma original: español
Año de publicación: 1983.
Valoración: recomendable.
El premio Cervantes de 2009 se concedió al poeta mexicano Jose Emilio Pacheco.
Hojeando en una librería una edición de sus obras completas, encontré por casualidad estos versos:
"Lo que dice la arena al mar es acaso:
-No te serenes nunca. Tu belleza
es tu absoluto desconsuelo.
Si alguna vez
encontraras sosiego perderías
tu condición de mar.
Si te calmas
dejará de fluir el tiempo."
De pronto me sentí reflejaba en estas palabras de un modo sorprendente y difícil de definir.
Ese pedacito de lucidez fue suficiente para dejarme con ganas de leer más, así que busqué "Los trabajos del mar", el poemario al que pertenecen estos versos.
El título se lo da el epígrafe con que comienza; un fragmento de "Mythistorem" de Giorgos Seferis. Desde el primer momento, los trabajos del mar aparecen identificados con "los trabajos del amor", se hace presente en el libro "el rostro de las víctimas" y se mira al futuro con esperanza en las nuevas generaciones, a las que "nosotros no tenemos nada que enseñarles/sino la paz".
En este libro Pacheco demuestra ser un autor con mucha erudición pero a la vez sencillo y coloquial.
A partir de animales marinos, rocas, frutas, cuadros, piezas musicales... va desplegando ante nosotros un mapa de preguntas sobre el mundo, la vida, el tiempo. Después de contemplarlo con calma uno tiene la sensación, un tanto difusa pero inevitable, de ser un poquito más sabio.
El libro consta de 5 partes y un epílogo que me parece lo más interesante de toda la obra.
Pretende ser una imitación de las sátiras del poeta romano Juvenal. Igual que éste criticaba de forma directa a la sociedad romana de su época, Pacheco parece hacer lo mismo con el México de principios de los 80 o quizá, más en general, con la realidad de nuestro tiempo (a la que se refiere en un epígrafe propio como "la edad de plástico").
"Si tienes el poder no despojes
a los pueblos valientes y desdichados.
Puedes robarles
todo el oro y la plata que se te antoje
pero les dejarás a cambio la espada."
Como digo, estos poemas me parecen los más interesantes del libro por la honestidad casi brutal con que critican el abuso de poder de dirigentes y personas enriquecidas, la corrupción, el derroche, la hipocresía y la doble moral... El poeta llega incluso a burlarse de sí mismo, de su pretensión de "hablar en nombre del pueblo" pero termina sus sátiras, con un doliente reclamo a la solidaridad:
"La mejor parte de nuestro ser son las lágrimas.
No hay ningún mal que pueda sernos
ajeno."
Francamente recomendable.
También de Jose Emilio Pacheco en ULAD: Las batallas en el desierto, El principio del placer
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