Idioma original: inglés
Título original: Cold intimacies. The making of emotional capitalism
Fecha de publicación: 2006
Valoración: muy recomendable
Estoy convencido de que la teoría con mayúsculas es aquella que nos muestra la relevancia de lo que habitualmente consideramos trivial e insignificante. Eva Illouz sabe hacerlo de un modo magistral en este pequeño libro. Habla de esos programas-confesionario que proliferan en televisión (tipo El diario de Patricia, en España; Oprah Winfrey en EE.UU., etc.) y habla también de las páginas de Internet dedicadas a la búsqueda de pareja. Y cuando uno cierra el libro no acaba de creerse cómo pudo pasar por alto, hasta entonces, lo que estos programas y estas páginas dicen sobre nuestro modo de comprendernos y experimentarnos a nosotros mismos.
Este volumen reúne tres conferencias sobre la relación entre las emociones y las estructuras económicas del capitalismo. A mí este tipo de recopilaciones me suelen echar para atrás: no es raro encontrarse con textos de ocasión, sin hondura argumentativa y con expresiones destinadas a la galería. Pero no es el caso, en absoluto. Claro está que las circunstancias son toda una garantía de rigor: Eva Illouz fue invitada por Axel Honeth, el actual director del Instituto de Investigación Social de Frankfurt (sí, el de la Escuela) a dictar lo que ellos denominan "conferencias Adorno". No se trata de glosar el pensamiento del filósofo crítico, sino de plantear la posible vigencia de sus principales ideas. De hecho, Adorno no tiene sino una presencia muy indirecta en el texto, pero ésta sorprende por su honradez y rigor. Illouz, en el sanctasanctórum de la Teoría crítica, se lanza a cuestionar alguno de sus principales presupuestos, englobándolos en lo que denomina su "anhelo de pureza". Son algunas de las páginas más lúcidas del libro, por cierto.
El propósito de Illouz consiste en rescatar el tema de las emociones, habitualmente relegado a un segundo plano en el tratamiento sociológico del capitalismo y la modernidad. Su tesis principal es que a lo largo del siglo XX se ha dado una progresiva imbricación de nuestras destrezas emocionales y del funcionamiento capitalista de la economía. En las empresas se ha ido valorando cada vez más la competencia emocional, mientras que los individuos hemos pasado a comprender nuestras emociones como bienes intercambiables en el mercado. Si esta interpretación es plausible, y Eva Illouz hace que lo parezca, se impone la necesidad de repensar mucho de cuanto creíamos seguro sobre lo privado y lo público.
Muy muy buen libro! Me hicieron leer este libro en la Universidad y de verdad, es de esos libros que nos hacen replantear muchas cosas sobre cosas muy cotidianas que pasan como "desapercibidas" :)
ResponderEliminar