Idioma original: italiano
Título original: Il Gatopardo
Año de publicación: 1958
Valoración: Recomendable
Batallita va: En los últimos meses, estoy intentando moderar bastante mis compras de libros, que antes eran compulsivas y, muchas veces, exageradas. O voy menos de librerías, o cuando voy, hago ímprobos esfuerzos para salir con un libro en vez de cuatro, o con dos o tres, pero cortos y en ediciones baratitas de bolsillo. Esto no significa que esté leyendo menos, casi diría que todo lo contrario, pero sí que estoy leyendo de otra manera: estoy releyendo libros de los que tengo buen recuerdo -como he contado en alguna otra entrada-, o me estoy animando a leer un buen puñado de esos libros que me compré en un arrebato, pero que al llegar a casa ya no me parecían tan apetecibles como en la librería.
Uno de los libros de este segundo grupo es precisamente El Gatopardo, un auténtico clásico del siglo XX, una de las obras maestras de la novela histórica, que en la librería me pareció que debía comprar y leer, y en casa me pareció que iba a ser un rollazo. Una previsión que, por otra parte, se ha cumplido, por lo menos parcialmente.
Es imposible no admirar a Lampedusa por haber escrito solo una novela, y que sea un novelón como El Gatopardo: una narración profunda, densa y tremendamente comprensiva (y comprehensiva) de la unificación italiana, vista desde la perspectiva de un aristócrata siciliano, el príncipe Fabrizio (basado, parece ser, en el propio abuelo de Lampedusa). También es casi imposible no admirar al propio personaje de don Fabrizio, primitivo, hedonista, animal, pero al mismo tiempo sagaz, irónico, capaz de comprender los cambios que se avecinan y su efecto en su vida y su posición social, aunque no de detenerlos. El tema y lema de la obra, de hecho, es el conocido adagio "cambiarlo todo, para que todo siga igual", es decir, organizar toda una gran revolución como la unificación italiana, para que al final los privilegiados y los sistemas fundamentales de poder sigan siendo los mismos.
Lo que lastra un poco la novela, para mi gusto, es su estilo algo anticuado, preciosista y hasta pedante, que en algunos pasajes puede ser culpa de la traducción, pero que en otros casos (esas descripciones de jardines, olores, habitaciones...) son creación del autor. Así, la novela se mueve entre pasajes descriptivos recargados, y chispazos geniales de diálogo o de acción, en la que los personajes quedan perfectamente retratados y -muchas veces- ridiculizados. Si hubiera más de lo segundo, y menos de lo primero, la lectura sería mucho más recomendable, o incluso imprescindible; en todo caso, sigue siendo un monumento literario indiscutible.
Qué maravilla, qué ganas de ver la peli, con Claudia Cardinale como Angélica...
ResponderEliminarMuy interesante, creo que nos has hecho descubrir una verdadera joya tanto literaria como su versión cinematográfica. Muy buena reseña.
ResponderEliminarLo que lastra un poco la novela, para mi gusto, es su estilo algo anticuado (Si) , preciosista (Si) y hasta pedante (esto ya no lo admito), que en algunos pasajes puede ser culpa de la traducción, pero que en otros casos (esas descripciones de jardines, olores, habitaciones...) son creación del autor (pra mí e so mejor del libro). Un saludo
ResponderEliminarLamento esta crítica tan mezquina e injusta de uno de los libros de la literatura universal.
ResponderEliminarPara aquellos lectores que no leyeron el libro: su lenguaje no es en absoluto anticuado, mucho menos pedante y ¡no hay nada mejor que un libro nos haga ver y oler las habitaciones, los jardines y las personas como si estuviesen presente! ¿Cómo puede ser eso objeto de reproche?
El libro tiene algunas de las escenas más exquisitas que leí en mi larga vida de lector: el rezo del santo Rosario, al comienzo de libro, la reuniòn del príncipe con su rico y vulgar súbdito para negociar el casamiento de su sobrino con la hija del campesino, teniendo como testigo al cura, la decadencia de la realeza y de nobleza local. En fin, todo el libro es un disfrute difícil de igualar por otras novelas históricas.
No se lo pierdan.
Para mí imprescindible.
Alfredo
Buenos Aires.
Gracias, Alfredo, por tu comentario. Estoy muy de acuerdo con lo que escribes y me tranquiliza que lo hagas!
ResponderEliminarMe ha sorprendido mucho esta reseña, tengo que decir. Este libro es una obra cumbre de la literatura italiana, tiene una atmósfera densa pero exquisita y muy realista, es como un fresco de un momento histórico crucial. Lectores, no se dejen asustar por esta reseña tan inadecuada, este libro es una maravilla!
Imprescindible de todas todas. La película y la novela no se desmerecen para nada entre ellas. La eterna escena secuencia del baile es apabullante.
ResponderEliminarPor su capacidad estilística, es muy buena literatura. Por su falta de dinamismo, es un desastre como novela.
ResponderEliminarSuscribo palabra por palabra el último comentario por Álvaro y admiro su valor, yo nunca me atrevería a decirlo en voz alta... me pregunto si algún día tendré el suficiente criterio como para poder distinguir "no me ha gustado porque no lo he entendido" de "no me ha gustado porque tiene determinados fallos"
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