Título original: Diary of a Bad Year
Año de publicación: 2007
Valoración: Muy recomendable
Últimamente estaba algo preocupado, porque hacía tiempo que no disfrutaba plenamente de casi ningún libro, y en cambio varias películas me habían encantado (Donnie Darko, Gran Torino, Requiem for a Dream...) ¿Qué me estaba pasando? ¿He dejado de ser un bibliófilo y me he convertido en un cinéfilo sin darme cuenta? (Y no es que tenga nada de malo en sí mismo ser un cinéfilo, pero una transformación así, sin avisar...)
Pero acabo de terminar de leer Diario de un mal año y me he reconciliado con mi bibliofilia. No es que sea la novela perfecta, ni siquiera probablemente la mejor de su autor. Pero es una obra original, interesante, entretenida y variada, que presenta muchas facetas distintas: la sesuda e intelectual, la romántica y sensual, la irónica y (casi) humorística... Como respondiendo a todas estas facetas, la novela se divide horizontalmente (dentro del volumen) en dos partes -"Opiniones contundentes" y "Segundo diario"- y verticalmente (dentro de la página) en dos o tres secciones, que reflejan, en la parte de arriba, lo que escribe el narrador para su publicación en un libro de reflexiones; en el medio, lo que el autor piensa realmente, sobre todo en relación con su vecina y mecanógrafa, la sensual y vitalista Anya; y en la parte de abajo, lo que piensa la propia mujer del escritor, y de su novio, Alan. Este triángulo narrativo hace avanzar la novela en la parte inferior de la página, pero también influye en la evolución de la mitad de arriba, mostrando que quizás las opiniones no eran tan "contundentes"...
Hay en el Diario algo de autobroma por parte de Coetzee: el narrador y personaje principal es el propio Coetzee, pero no lo es del todo (nunca el autor es del todo el narrador, eso ya lo sabemos). Comparte con el personaje sus orígenes, parte de su trayectoria vital, su oficio, incluso su nombre. Es difícil saber si comparte con él también sus "Opiniones contundentes". Sin llegar a ser un viejo verde obsesionado con el sexo (como lo son algunos personajes de Philip Roth, por ejemplo), el Coetzee de la novela no reniega de su carnalidad, de sus impulsos o de sus necesidades, que en cambio quedan ocultos en las "opiniones" de la parte de arriba de la página.
Así, Diario de un mal año se convierte en un diálogo -o discusión, o debate, o "bronca"- del autor consigo mismo: un diálogo, además, encarado con una distancia irónica fundamental y envidiable, que evita que un escritor consagrado -ganador de un Nobel nada menos- se tome a sí mismo tan en serio como para no apreciar sus propias contradicciones.
Todas las obras de J.M. Coetzee reseñadas en ULAD: Aquí
Qué recurso más original eso de dividir la página, no? Suena muy bien. Me ha recordado a lo que hace Woody Allen en una escena de Annie Hall (creo que es en ésa), cuando aparecen unos subtítulos aclarando lo que realmente están pensando los personajes bajo el barniz de una charla trivial.
ResponderEliminarEsperaba bastante más del libro. Las partes que corresponden a los ensayos/opiniones no me han parecido interesantes y las voces de los personajes un tanto superficiales. Lo he leído con avidez esperando encontrar algo más y lo he terminado un poco decepcionado.
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