Título original: Nesnesitelná lehkost byti
Idioma original: checo
Año de publicación: 1984
Valoración: Imprescindible
Hay libros que te tocan por dentro, que llegan a cambiar tu vida, que amplian tu forma de sentir y de pensar.
En este sentido, tengo mucho que agradecerle a esta novela, repleta de hondas reflexiones, como todas las de Kundera.
Además de una dura crítica al régimen socialista que regía en Europa del Este, es una novela compleja, en la que se entrelazan las historias de cuatro personajes con la voz, casi filosófica, del narrador.
Así, se nos presentan cuestiones de gran hondura. Entre ellas: la imposibilidad de saber a ciencia cierta si erramos o no en una decisión tomada (debido a que la vida no tiene marcha atrás ni hay manera de ensayar previamente para actuar de forma certera); la difícil situación del ser humano inmerso en un régimen político que le priva de su libertad e intimidad; la lucha entre el "kitsch" (la sensiblería, lo que se supone que uno debe sentir) y el verdadero sentimiento (único, no unificable)...
Lo cierto es que me siento torpe al intentar expresar por qué éste es, para mí, uno de esos libros que guardo en mi "memoria poética" (usando una expresión del propio Kundera) como imprescindibles.
Quizá un fragmento tomado de él permita intuir un poco de su brillantez, mejor que mis palabras.
"La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es por lo tanto, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será.
Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real sólo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes.
Entonces, ¿qué hemos de elegir? ¿El peso o la levedad?"
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Pues yo, si tengo que elegir, me quedo con la levedad, como ya puse en otro comentario. La verdad es que ya no recuerdo mucho de este libro, pero en cualquier caso, ya sólo por el título está claro que a Kundera la levedad le parece bastante horrible. Es un lugar común de la crítica social decir que vivimos de una manera leve, superficial, y que esto nos condena a una existencia inauténtica, irreal y, en el fondo, a la infelicidad.
ResponderEliminarEstas ideas son bastante más viejas de lo que pueda parecer a primera vista. No nacen tanto con la sociedad de consumo como con el modo de vida moderno y la extensión de garantías jurídicas y seguridades cotidianas que le acompaña. Parece que en cuanto nos libramos de la necesidad de estar deslomándonos de sol a sol en el campo bajo las órdenes de un señor que puede hacer con nosotros lo que le viene en gana, nuestra vida se vuelve gris, tediosa e insignificante. Uno de los grandes nostálgicos del sentido trágico de la vida, perdido en la modernidad, fue Heidegger, y ya sabemos que su solución pasó por calzarse el pin del partido nazi. Qué queréis que os diga: aunque el precio sea una vida mediocre y tediosa, yo no hecho de menos la tragedia.
Yo también tengo que releerme este libro, que me impresionó, como varios otros que he leído de Kundera. A ver si escribo una recomendación de La broma, que en su primera parte me parece incluso superior a La insoportable...
ResponderEliminarLo mejor de Kundera, en mi opinión, es precisamente su capacidad para introducir reflexión en la narración, para ser autoconsciente con respecto a su labor como creador de mundos narrativos, y por último, pero no menos importante, su forma de escribir escenas de sexo, algo en lo que es uno de los mejores escritores que conozco.
Este es el libro que tengo en la mesilla desde hace un mes y medio...
ResponderEliminarLas primeras páginas (ese fragmento que ha puesto esti) prometía, pero a medida que pasan las paginas, me resulta un poco "insoportable" leer las historias un tanto liosas de esos personajes. Lo acabaré aunque me cueste y mas despues de leer las últimas tres lineas del comentario de santi, jaja ;)
blanca
quizá yo también deba releerlo :)
ResponderEliminarno estoy segura de que en la novela kundera deje clara su preferencia por "el peso".
y no creo que esa levedad existencial de la que habla sea fruto de ciertas condiciones sociológicas (al menos, no únicamente); creo que se refiere a algo más innato al ser humano.
no sé si estos fragmentos podrán aclarar algo sobre esto que digo..
"El hombre nunca puede saber que debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores.No existe posibilidad alguna de comprobar cual de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero que valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma? Por eso la vida parece un boceto. Pero ni un boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro."
"Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como Jesucristo a la cruz. La imagen es terrible. En el mundo del eterno retorno descansa sobre cada gesto el peso de una insoportable responsabilidad. Ese es el motivo por el cual Nietzsche llamó a la idea del eterno retorno la carga más pesada (das schwerste Gewicht). Pero si el eterno retorno es la carga más pesada, entonces nuestras vidas pueden aparecer, sobre ese telón de fondo, en toda su maravillosa levedad."
Sí, es muy probable que el bueno de Milan tenga una postura bastante más equilibrada que la que le he atribuido (por cierto, ¿no se meterían con él en el cole por llamarse como unas gomas de borrar? jajaja..). El segundo fragmento que citas parece que lo demuestra.
ResponderEliminarPor otro lado, según cómo se mire, a mí también me parece que la levedad puede tener su aspecto temible. Esa sensación de estar colgando de un hilo, de tener que elegir a cada rato sin buenos motivos para tirar por un lado o por el otro. Supongo que eso siempre habrá estado ahí, pero también creo que con ciertas condiciones sociales (las modernas) esa sensación se agiganta.
Antes, al fin y al cabo, sí había modelos que guiaban las decisiones; es justo el desprestigio moderno de la tradición heredada lo que nos obliga a decidir todo por nosotros mismos, colgando en el aire. Antes las decisiones también tenían un peso infinito: cielo o infierno. Lo de Nietzsche, después de todo, no es más que eso, la recuperación del cielo y el infierno, pero de un modo imaginario, postmoderno. Muchos otros nos han ofrecido cielos e infiernos desde entonces, y de ese tipo de ensayos es de los que desconfío...
Estoy con Esti. Creo que Kundera no habla de la sociedad en general, sino de cada ser humano en particular. Pone de manifiesto que cada un@ tenemos unas circunstancias personales, por lo tanto, el peso es algo diferente para cada persona. La elección viene cuando decidimos vivir con ese peso, o elegimos abrazar la levedad. Ésta es al menos la interpretacion que yo hago.
ResponderEliminarHace reflexionar tambien acerca del deseo de inmortalidad innato al ser humano, que solo es posible cuando se rechaza la levedad...
(de todas formas, no me habia planteado el cielo como consecuencia del peso; y el infierno como consecuncia de la levedad.)
Vaya lío!
Blanca
Gracias por vuestra reseña, es un placer contar con la colaboración de los lectores y sus blogs.
ResponderEliminarSaludos,
Tusquets Editores
yo me quedaría con el peso.creo que la reflexión es muy buena, que clase de decisiones tómamos en nuestra vida que nos hagan tener peso,ser reales.
ResponderEliminarcada uno de nosotros tiene un alma, y el peso reside en el hecho de encontrarla, porqué solo se vive una vez,y paracese ser que una vida sin una plena identificación con uno mismo no existe. con el hecho de encontrarse, de ser humano, de ser persona.
a eso va lo de la insoportable levedad del ser, porqué un ser sin alma no tiene peso, es ligero, cómo una cáscara, cómo una maquina, por eso es insoportable el ser.
bueno, yo lo veo así.
De los libros que mas he disfrutado y amado, de esos que marcan tus pensamientos y tu vida en general, poco he escuchado hablar del ultimo capitulo "la sonrisa de karenin" la forma como aborda el tema del amor, los animales, lo humano... me saco varias lagrimas y satisfactorias reflexiones... Grande es Milan Kundera!
ResponderEliminarSiento discrepar de la mayoría de los comentarios. Me ha parecido una de las novelas más pretenciosas de los últimos tiempos.
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