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viernes, 3 de mayo de 2024

Clara Obligado: Las otras vidas

 Idioma: español

Año de publicación: 2007

Valoración: está bien

Me decidí a leer algún libro de la hispanoargentina Clara Obligado (o argentina residente en España, para ser más exacto) impelido por la admiración que le profesa cierta booktuber de la que yo, por mi parte, me suelo fiar. Vaya por delante que creo que me equivoqué con el libro elegido para comenzar con esta escritora, una recopilación de cuentos bastante delgadita y que, por tanto, parecía idónea para tal fin. No diré que el libro se me haya hecho largo, porque materialmente es imposible, ni tampoco que estén mal escritos -al contrario- o resulten dificultosos para leer, pero, a decir verdad, me han parecido que ni chicha ni limoná: en general, no me han dejado demasiada huella, e incluso, si no fuera porque he ido tomando notas de ellos según los leía, me costaría bastante recordad algo de aluno de los cuentos, incluso justo después de haberlos leído.

Podemos distinguir dos tipos de relatos en esta recopilación: por un lado, los más largos -tampoco mucho- y con un tono mucho más "serio", en ocasiones melancólico e incluso trágico, tocando temas como el exilio, la memoria y la muerte. Por otra parte, cuentos cortitos, de apenas una página o dos, más divertidos y con un trasfondo  erótico; de éstos, destacan, a mi entender, La sirena, en la que un pescadero venden una sirena en su establecimiento, Lenguas vivas, sobre las diferencias entre el castellano de Argentina y el de España -sobre todo en lo que toca al asunto que ya os podéis imaginar-, Los pecados de la carne, delirio erótico de una señora que hace cola en una charcutería, entre tanta salchicha, longaniza y demás embutidos y el cuento que abre el volumen, Yo, en otra vida fui avestruz, que va...exactamente sobre eso.

Por lo que respecta a los relatos más largos, es evidente que tienen un desarrollo narrativo mayor, más personajes, los protagonistas recorren un arco más amplio, etc. Pero esta mayor complejidad no siempre juega a favor de un resultado más satisfactorio; ejemplo de ello serían los cuentos más trabajados en el aspecto narrativo: El enviado, sobre la amistad entre un chico de "familia bien" de Madrid y el hijo de la portera de la finca, desaparecido de forma enigmática, y Paternidad, sobre la crisis de la mediana edad de un profesor universitario que acaba de ser padre por primera vez. Son relatos que, pese a su ambición y corrección formal -porque hay que señalar que la prosa de Obligado es siempre excelente-no acaban de despertar el interés del lector. O de este lector, cuando menos. otra cosa es lo que ocurre con los dos relatos largos que más me han agradado: Exilio, variaciones sobre las vidas posibles (o reales) de una(s) exiliada(s) política(s) y Con las mujeres nunca se sabe (Homenaje a Raymond Carver), en el que dos amigas inseparables de la infancia y juventud se reencuentran al cabo de los años al morir el marido de una de ellas y volver la otra, exitosa diseñadora de modas, al pueblo del interior de Argentina donde se crió. Un cuento en el que la autora consigue dar con el tono exacto de fría familiaridad, sin descartar la sorpresa.

En suma, una colección de relatos no diré decepcionante pero que tampoco mueven al entusiasmo. Repetiré con esta escritora, sin duda, pero dentro de un tiempo y quizás con alguna novela cuyas críticas sean positivas, de forma unánime, para no pillarme los dedos. Hasta entonces, chau, doña Clara


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