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viernes, 8 de marzo de 2024

8M. Lecturas atentas, mentes críticas.

Perséfone era la hija favorita de Deméter, la madre tierra. Su belleza y alegría colmaban el planeta de vibrante energía vital: el sol brillaba, los ríos discurrían llenos de peces, los bosques lucían frondosos… Hasta que un día el dios del infierno (Hades) subió a la superficie, vio a Perséfone y se enamoró perdidamente de ella, por lo que decidió secuestrarla y hacerla su esposa. En el mismo momento en que se la llevaba de camino a los infiernos, el cielo se volvió gris, los ríos se congelaron y algunos bosques se quedaron pelados. Deméter, horrorizada, fue a pedir ayuda a Zeus (dios de los dioses) que, tras escuchar a ambas partes, concluyó que Perséfone pasaría seis meses con su madre en la superficie y otros seis con su marido en el infierno. Fin. 

El mito de Perséfone se concibió como una parábola para explicar por qué tenemos cuatro estaciones durante el año. Y como somos un blog literario, no hace falta decir que estamos a tope con las metáforas, los simbolismos y cualquier interpretación libre y bien ficcionada que nos permitan observar el mundo y al ser humano desde todas las ópticas posibles. Pero también porque somos un blog literario, somos muy conscientes del poder de las palabras y más aún cuando estas se articulan en forma de narraciones que trascienden y se integran en el relato cultural.

La belleza o el interés que suscita, aún hoy, el mito de Perséfone, no quita que esté construido sobre un sustrato absolutamente misógino que relega los derechos y la dignidad de la mujer muy por debajo de los del hombre. Claro que cuando el mito fue construido, no se tenía esa percepción y mucho menos teniendo en cuenta el factor romántico del «secuestro por amor». Sin embargo, cualquiera que hoy relea ese mito con un mínimo de atención, de conciencia, de perspectiva de género, de algo, lo que sea —por dios— se dará cuenta enseguida de que Hades debiera estar entre rejas de por vida y en régimen estricto de bromuro, mientras que Zeus debiera ser inhabilitado para ejercer cualquier responsabilidad que no sea cuidar de un faro recóndito con graves patologías estructurales.

¿Es esa lectura atenta, compatible con una experiencia estética satisfactoria?

Desde el momento en que el 8M se integró en el mainstream y, por tanto, en el mercado y, por tanto, en inspiración para todo tipo de productos susceptibles de ser comprados, la maquinaria editorial ha podido también expandir sus fronteras y poner a disposición del público todo tipo de novelas, ensayos, novela gráfica, etc, alrededor de la igualdad de derechos para la mujer. Y ese es un gran paso por lo dicho hace tres párrafos: porque todas aquellas narrativas que logran trascender —y cuantas más haya, más probabilidad de que eso suceda— se integran en nuestro relato cultural, que buena falta nos hace. Y en el momento en que como sociedad integramos conceptos del tipo «el amor romántico no lo justifica todo» podremos abordar y disfrutar plenamente narrativas que sustentan todo lo contrario sin que por ello aceptemos ni por un momento tales premisas —si ahora mismo estás pensando «eso a mí no me pasa» quiero que sepas que te quiero y te respeto igual—. Por tanto, sobre la pregunta:

¿Es esa lectura atenta, compatible con una experiencia estética satisfactoria? Pues ya dependerá de cada uno, pero sí es un factor irrenunciable para no perder nuestra capacidad crítica.

Volviendo al mainstream y al espumillón lila que HOY lo inunda todo, a las marcas que HOY jalean nuestra valía mientras nos venden ediciones especiales de lo de siempre, a las empresas que HOY dirigen su amoroso foco sobre sus trabajadoras que se pasan el resto del año haciendo encajes de bolillo para conciliar su vida familiar. HOY, que se puede decir coño en voz alta sin que suene vulgar… ¿Qué hacemos con las listas de libros y películas «para mujeres» que HOY publican los medios serios? Servidora, al menos, se las pasa por el mismo.

Recapitulando: (1) bien que la lucha por la igualdad de derechos para la mujer haya llegado al mainstream y, con ello, a los libros, pero también (2) bien por los libros y las historias de siempre, que narran otras realidades no tan remotas* y que hoy tienen el valor añadido de despertar nuestra mirada crítica en lo que al papel de la mujer se refiere y, ante todo (3) bien por esa mirada atenta que todos debemos mantener no solo en la lectura, si no también ante la borrachera de acontecimientos en el que estamos irremediablemente inmersos un día como hoy. Que no nos empapelen con listas.

Por más 8M cada vez menos necesarios.

* Si ponemos el foco en algunos países a los que nos gusta viajar por su exotismo embriagador y donde las Perséfones son secuestradas a diario.

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