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domingo, 19 de febrero de 2023

Paolo Conte: La reconstrucción del Mocambo y otras canciones

Idioma: italiano y español

Año de publicación: 2004

Traducción: Joan Riambau

Valoración: imprescindible para fans

No sé cuántos de quienes lean esta reseña serán seguidores de Paolo Conte, pero, en todo caso, quiero comenzar la misma diciéndoles, alto y claro: Hermanos, hermanas, aquí tenéis a uno de los vuestros, regocijémonos juntos... Aunque, claro,  esta condición de fan me hace dar por hecho que todo el mundo sabe de quién estoy hablando y, para qué engañarnos, filisteos hay en todas partes, así que aclararé lo que no debería necesitar ninguna aclaración: Paolo Conte, cantautor (entre otras cosas) italiano nacido en Asti hace 85 años, muy influido por la chanson française, el jazz y el blues o las músicas latinoamericanas, y compositor de buena parte de las canciones que conforman la educación sentimental de los italianos y europeos de bien; para empezar, la celebérrima Azzurro, que hizo popular Adriano Celentano (aunque sea mejor cualquier interpretación del propio Conte), así como Gelato al limon o Bartali, epítomes de esa educación sentimental y quizás, aunque casi no me atrevo a usar tan devaluado término, de la nostalgia.

Digamos que este libro que hoy reseño lo ha escrito él -excepto el prólogo de Joan Riambau, que además es el traductor y seleccionador del contenido-, pero no a la manera en que se suelen escribir los libros, ni siquiera los de poesía, pues, incluso cuando se escriben sin ánimo de ser publicados, todo poema no deja de ser una obra literaria y, como tal, se atiene, de una forma u otra, incluso cuando trata de romperlas, a las convenciones propias de la literatura. No sé si otro tanto ocurre con las canciones, como es el caso -pues sus letras o algunas de ellas es lo que recoge este libro-, ya que en ellas tan importante o incluso mucho más que su componente literario es el musical, lógicamente, y al que se subordina el anterior... recordemos, que hay cientos de canciones de gran éxito con letras absurdas, pueriles o que se regodean descaradamente en el ripio (y no estoy pensando en ningún cantautor español de gran predicamento y leyenda acanallada... bueno, sí); no es este el caso, desde luego, de las canciones de Paolo Conte, que ha menudo conforman no ya una composición poética en sí mismas (aunque el propio Conte según recoge este libro, confiesa que nunca a ha escrito poesía y considera que los versos y la música son dos artes muy distintas, puesto que la poesía no ha de plantearse el problema de la interpretación), sino también narrativa; e incluso en algunos casos podríamos hablar de "conceptual": varias de sus canciones -Sono qui con te sempre più solo, La recostruzione del Mocambo, Gli impermeabili- están relacionadas entre sí, de forma que se pueden considerar como distintos "capítulos" de una misma historia, aunque articulados más por la sugerencia o la atmósfera creada que por una narración lineal (algo típico, en todo caso, del carácter "impresionista" de las letras de sus canciones), un tríptico sobre el fracaso cotidiano, alrededor de la figura de un italiano-prototipo de la época de posguerra.

A lo largo de las diversas canciones seleccionadas en este libro cabe encontrar una diferente temática en sus letras, que indica cierta evolución a lo largo de la carrera compositiva, que comenzó en 1967, e interpretativa (1974... y hasta hoy) de Conte: Los recuerdos. bajo una mirada algo irónica, de la vida provinciana -La fisarmonica de Stradella, Tua cugina prima (tutti a Venezia) o la maravillosa habanera Genova per noi-; la idealización del París de los años 20 y su panoplia cosmopolita de ritmos musicales: Alle prese con una verde milonga, Blue Haway, Boogie... esta última, con una letra prodigiosa compuesta al modo de un travelling cinematográfico, casi se diría un breve y vertiginoso relato, cerrado en sí mismo a la vez que abierto, que comienza así:
"Due note e il ritornello era già nella pelle di quei due

         il corpo di lei mandava vampate africane, lui sembrava un coccodrillo...

         i saxe spimgevano a fondo come ciclisti gregari in fuga

         e la canzone andava avanti sempre più affondata nell'aria..."

("Dos notas y el estribillo se aferró a la piel de aquellos dos

el cuerpo de ella exhalaba llamaradas africanas, él parecía un cocodrilo...

los saxos empujaban a fondo como ciclistas gregarios en una escapada

y la canción avanzaba, hundiéndose en el aire...")

No es esta la única referencia al ciclismo en su obra; la encontramos también en la electrizante Diavolo Rosso -himno digno de un spaghetti-western sobre Giovanni Gerbi, ciclista paisano de Conte -y la algo menos acelerada pero también indudablemente nostálgica Bartali, en referencia a otro campeón italiano de ese nombre. Porque la nostalgia, incluso la melancolía, es una constante en toda la obra musical de este cantautor, ya sea como expresión de una relación -o aspiración, como en Dal loggione- amorosa -Dancing, Baci senza memoria, Paso Doble, Inno in re bemole, Una faccia in prestito y la canción que dedicó a su esposa desde hace más de cuarenta años: Gelato al limon- o, simplemente (aunque quizá no sea algo tan simple) del tiempo de una juventud, de un pasado ya inasible y sólo alcanzable en el recuerdo: Una giornata al mareSotto le stelle del jazz...

En otras ocasiones, por fin, lo que buscan expresar sus canciones es la alegría, el vértigo de vivir -incluso con la sensualità delle vide disperate-; así ocurre en la célebre y elegante Via con me o en el sincopado, a ratos onomatopéyico y arrebatador tango/jazz (o viceversa)  Ratafià, cuyo estribillo se podría considerar como un resumen de la mirada sobre la música y el mundo de este ya legendario cantautor: 

"Passa la vita, come una señorita, 'de amor'

apre il ventaglio e mette a repentaglio i cuor

la pampa attende in un silenzio d'erba, fulgor

che rittorni l'uomo-cavallo

nell'intervallo

del suo stupor, baglior, albor...

Passa la vita.

          ("Pasa la vida, como una señorita, 'de amor'

abre el abanico y peligra el corazón

la pampa espera en un silencio de hierba, fulgor

que regrese el hombre-caballo

en el intervalo de su estupor, resplandor, albor...

Pasa la vida.")

¿A qué viene, preguntará tal vez alguno de los lectores más impíos de esta reseña, que se hoy se dedique la misma a una recopilación de canciones de un señor que, al fin y al cabo, a su edad ya debe estar retirado, o incluso quizás con alzheimer y no se acuerde de nada de lo que ha escrito o compuesto? Pues porque de eso nada: hoy, 19 de febrero de 2023, Paolo Conte va a ofrecer un concierto nada menos que en la Scala de Milán, siendo el primer cantautor o representante de la música popular que va a hacerlo en toda la Historia de este mítico teatro. ¡Qué bonito colofón para una carrera musical tan larga y fecunda!, pensará a su vez algún otro de nuestros lectores, un poco menos impío... Pues tampoco, porque el de la Scala no va a ser su último concierto, ni mucho menos: a don Paolo aún le queda cuerda para rato y ojalá que durante muchos años.

5 comentarios:

  1. 85 tacos, y eso que ese cigarrito que luce en la cubierta seguro que no es ocasional. Y encima sigue cantando! Yo lo único que conozco de este señor es la de Azzurro, claro, y no sabía que fuese suya. Es que aquí siempre descubrimos cosas nuevas.

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    Respuestas
    1. Me corrijo: tiene ya 86, pues cumplió años en enero.
      Como decía una columna de un periódico italiano el otro día, debería ser nombrado "Patrimonio humano vivo", como los artesanos en Japón... Pero en fin, si esta reseña sirve al menos para que alguien conozca su obra y figura, me doy por satisfecho cono fan incondicional que soy.

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  2. En los años 80, un buen amigo del Tizino me regaló un vinilo de Paolo Conte y flipé.
    Leeré ese libro con fruición.
    Gracias por aproximarnóslo a tus seguidores.

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  3. Hola : las canciones están en versión original (italiana) y su traducción a la lengua española ... es así, verdad ??

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