Año de publicación: 2017
Valoración: muy recomendable
Pedazo de novela el que le ha salido a Cristina Morales; de ésas que (si uno fuera más ingenuo y pensara que los excelentísimos miembros que componen los jurados de ese tipo de cotarros fuesen a leerla), diría que podría ser perfecta candidata a algún premio rimbombante, tipo de la Crítica o Nacional de Narrativa. No la leerán, supongo, porque tal y como está el patio y teniendo cuenta el título (más aún después de haber recibido el de la Crítica de 2016 la celeberrísima Patria), no se querrán arriesgar a que les apliquen un "alsasuazo". Y, sobre todo, porque sospecho que esos galardones poco tienen que hacer las obras de género. Sospecho también que a la autora de dicha obra no le importará demasiado estar fuera de toda quiniela.
¿Qué de qué género estoy hablando? Pues de la narrativa histórica, claro... ¿qué se pensaban, que Terroristas modernos iba de un grupo etarra vintage con activistas gafapastosos? ¿De una célula yihadista que camuflaba sus barbas entre la comunidad hipster? Para nada: debemos irnos 200 añitos atrás para encontrar la ambientación de esta novela, cuando Fernando VII "el Deseado" (que también manda narices...) había ocupado el trono de España y restaurado un régimen absolutista casi peor que el anterior a la invasión napoleónica. En ese trance, en 1816 un grupo de liberales perseguidos, ex-militares o ex-guerrilleros descontentos y gentes diversas con ganas de jarana, en general, se unieron en una insólita conspiración para obligar al monarca a jurar la Constitución de 1812 e instaurar un régimen liberal. La organización de la conjura, más o menos inspirada en las sociedades masónicas, hizo que recibiera el nombre de "la conspiración de Triángulo".
Una conjura terrorista que no deja de ser una fiesta, con sus preparativos y prolegómenos, su apogeo, su desmadre etílico y la inevitable resaca. Una conjura de buscavidas y resentidos, de aprovechados y hasta pordioseros, más que de fanáticos convencidos o desprendidos idealistas. Todos embarcados en una aventura que, como ya ocurriera con la primera novela de Morales, Los combatientes -pero incluso más que en ésta-, bien se puede interpretar como un espejo irónico en el que contemplar otras pseudorevoluciones más recientes, igualmente truncadas. Porque "la Conjura del Triángulo", y supongo que no le estropeo el final a nadie, acabó en un fiasco.
Aunque lo del título tiene su coña, por otra parte... No sólo porque puede llamar a engaño, si alguien piensa que se va a encontrar un libro sobre ciberterrorismo, o algo parecido, sino porque los "terroristas" de esta novela lo que pretendían era instaurar el mismo régimen liberal en el que, con sus variaciones, vivimos ahora en España y proclamar la Constitución de Cádiz que hoy es reivindicada y homenajeada por los capitostes del statu quo político actual. Régimen que, después de todo, tiene su origen en el establecido en su momento por la Revolución francesa y contra el que se acuñó por primera vez el adjetivo "terrorista", precisamente...
Novela de hálito coral, compuesta con variopintos personajes, pues, siguiendo los cánones revolucionarios, ha de ser el pueblo en su conjunto el protagonista de ese proceso y de su relato... por más que la susodicha revolución se quede en agua de borrajas. Pero novela, sobre todo, que hace gala de unas formas, de un estilo apabullante, deslumbrante; Morales es una virtuosa y no se arredra en demostrarlo, en hacer avanzar la narración con variss líneas en paralelo, en dar saltos temporales con seguridad envidiable, en jugar con los cambios de escenario y de actores, en combinar con desparpajo y maestría el lenguaje más coloquial con el más lírico, la acción con la introspección, el erotismo con el humor... Todo un derroche, en suma.
A medio camino entre la tradición picaresca y los Episodios Nacionales de Galdós, entre La colmena y el mejor Eduardo Mendoza, entre la poesía romántica y Siniestro Total, esta novela es una gozada, un verdadero regalo para el lector. Y qué gusto da cuando se encuentra uno.
Una conjura terrorista que no deja de ser una fiesta, con sus preparativos y prolegómenos, su apogeo, su desmadre etílico y la inevitable resaca. Una conjura de buscavidas y resentidos, de aprovechados y hasta pordioseros, más que de fanáticos convencidos o desprendidos idealistas. Todos embarcados en una aventura que, como ya ocurriera con la primera novela de Morales, Los combatientes -pero incluso más que en ésta-, bien se puede interpretar como un espejo irónico en el que contemplar otras pseudorevoluciones más recientes, igualmente truncadas. Porque "la Conjura del Triángulo", y supongo que no le estropeo el final a nadie, acabó en un fiasco.
Aunque lo del título tiene su coña, por otra parte... No sólo porque puede llamar a engaño, si alguien piensa que se va a encontrar un libro sobre ciberterrorismo, o algo parecido, sino porque los "terroristas" de esta novela lo que pretendían era instaurar el mismo régimen liberal en el que, con sus variaciones, vivimos ahora en España y proclamar la Constitución de Cádiz que hoy es reivindicada y homenajeada por los capitostes del statu quo político actual. Régimen que, después de todo, tiene su origen en el establecido en su momento por la Revolución francesa y contra el que se acuñó por primera vez el adjetivo "terrorista", precisamente...
Novela de hálito coral, compuesta con variopintos personajes, pues, siguiendo los cánones revolucionarios, ha de ser el pueblo en su conjunto el protagonista de ese proceso y de su relato... por más que la susodicha revolución se quede en agua de borrajas. Pero novela, sobre todo, que hace gala de unas formas, de un estilo apabullante, deslumbrante; Morales es una virtuosa y no se arredra en demostrarlo, en hacer avanzar la narración con variss líneas en paralelo, en dar saltos temporales con seguridad envidiable, en jugar con los cambios de escenario y de actores, en combinar con desparpajo y maestría el lenguaje más coloquial con el más lírico, la acción con la introspección, el erotismo con el humor... Todo un derroche, en suma.
A medio camino entre la tradición picaresca y los Episodios Nacionales de Galdós, entre La colmena y el mejor Eduardo Mendoza, entre la poesía romántica y Siniestro Total, esta novela es una gozada, un verdadero regalo para el lector. Y qué gusto da cuando se encuentra uno.
Buena reseña, a este paso no va a quedar sitio en los anaqueles ni tiempo para echar la siesta este verano. Había leído la reseña en alguna revista, de música (RDL o Ruta 66) si no me falla la memoria.. Y ya me apetecía hacerle un hueco, ahora tengo el espaldarazo que me faltaba. Tiene buena pinta, muy buena, me recuerda por su carácter a La fuente de la edad de Luis Mateo Díez que me encanto hace ya 20 años. Me la apunto y ye os contaré.
ResponderEliminarEntre el 13 y el 14 de julio de 2017 el porcentaje de reseñas de libros escritos por mujeres es del 100%, ahí queda eso. Que no se me malinterprete, es broma, pero me alegra poner de manifiesto que en este blog no tenemos prejuicios, ni cuotas, ni nada de eso. Tampoco pretendo que esta 'estadística' sea significativa, es sólo una coincidencia. Pero si son de mujeres las próximas veinte reseñas, pues fantástico.
ResponderEliminarPor cierto, estupenda reseña, Juan.
Saludos.
Llevamos un mes de Julio bastante femenino, por cierto!
ResponderEliminarY la verdad es que entran muchas ganas de leer este "Terroristas modernos"...
Gracias, Juan!
Hola, compañeros:
ResponderEliminarYa me había dado cuenta de la curiosa coincidencia, pero si he programado hoy esta reseña es porque la publicación de esta novela es bastante reciente, y por eso me parecía conveniente sacarla cuanto antes.
Hola , Sir Robin: no he leído "La fuente de la edad", aunque creo recodar haber visto en la tele la película que se hizo o parte de ella, pero no te puedo decir más. Sólo insistir en que esta novela de hoy es de lo más recomendable para todo degustador de la buena literatura.
¡Un saludo a todos!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarFantástica reseña que hace honor al libro y a su brillante escritora. Assistí a la presentación de la novela en Barcelona, dónde compré el libro que ya he devorado con pasión, como ha sido escrito. Os paso el enlace de una entrevista radiofónica, de 9 minutos, con fotos de su presentación en la llibreria Laie de Barcelona. https://youtu.be/clmRJFrFpsQ . Y un reportaje de sólo 6 minutos, filmado en Barcelona, donde de la ve con todo su encanto de artista, además de extraordinaria escritora. https://youtu.be/wkklmKdbggE
ResponderEliminarBuenísima reseña. Me lo apunto como lectura veraniega. Y vaya pedazo de título.
ResponderEliminarBuenísima reseña. Me lo apunto como lectura veraniega. Y vaya pedazo de título.
ResponderEliminarHola a los dos:
ResponderEliminarGracias, Manuel, por compartir esos enlaces con nosotros.
Y Letrame, gracias por el elogio (que deben ir hacia la novela, más bien) y sí, el título tien su miga....para pensarse lo de leerlo en el autobús o el metro, tal como corren los tiempos...; )
Un saludo a ambos y gracias por visitarnos.
Manituana a la española? Histórica, coral..
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarYo no diría tanto, porque "Manituana" tiene una intención o al menos una inspiración más épica e incluso lírica en algún sentido, sugiere una idea nostálgica de lo que pudo haber sido, mientras que "Terroristas modernos" está más pegada al suelo, es más patio de Monipodio, por decirlo así... Claro, que en ese sentido, es más española, por supuesto que sí... ; )
Un saludo y gracias por el comentario.
Es un libro agotador, la autora ha hecho todo un ejercicio de escritura, pero también le exige al lector todo un esfuerzo de concentración en la lectura, para ubicar a los personajes, aprender las relaciones que los unen y seguir los saltos de protagonistas y escenarios que, aunque bien hilados, provocan una sensación de caos. A veces me parece que da la misma importancia a ambientes y detalles que a la trama, y eso hace que resulte algo denso. Es bueno, pero no tengo claro que me haya gustado, tengo que reposarlo.
ResponderEliminarBesos.
Hola Sol:
ResponderEliminarSí, es verdad que al final resulta más uns novela de personajes que de trama, pero yo creo que es porque la autora ha pretendido respetar en este punto los datos históricos conocidos y tal vez no haya más cera que la que arde. También podría haber hecho una recreación libre o una dramatización mayor de los hechos y el resultado habría sido una novela más convencional, supongo... Pero quién sabe.
Por lo demás, estoy de acuerdo en que es un libro que hay que dejar reposar.
Un saludo y gracias por el comentario. Y por los besos ; )
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuenas, coincido con Sol en que la lectura ha sido exigente, y también me ha costado avalara entre personajes y lugares, agravado por mi ignorancia sobre nuestra historia. Pero me ha fascinado su manera de escribir. Que además contribuye a ese caos. Tuve que consultar varias veces quien era cada cual, aunque al final ya caí en la cuenta que eso era lo de menos. Me han puesto contento los momentos más calientes que la autora ha ido esparciendo por aquí y por allá. A pesar de lo cual me ha costado terminarla, por lo dicho al principio, y es más del final de la novela no sé si me he aclarado muy bien.
ResponderEliminarPero mi balance, y en esto discrepo con Sol, a mí si me ha gustado. Me ha encantado ¿he dicho lo de la forma de escribir tan fascinante atropellando los diálogos? Casi parecía que les estaba escuchando hablar. Y lo del homenaje a Siniestro Total, que me dejo absolutamente descolocado (no recordaba que lo habías reseñado) por lo inesperado, hilarante. ¡Menos mal que nos queda Portugal!
Gracias a ULAD por invitarnos a la conspiración.
Hola, Sir Robin:
ResponderEliminarPues me alegro mucho de que te haya gustado la novela y además, que coincidamos más o menos en nuestras apreciaciones sobre la misma. Confieso que yo también me hice un esquema para no perderme entre tantos personajes, triángulos y demás, aunque es cierto que, a partir de un determinado momento, la trama conspirativa pierde importancia, a favor de la peripecia vital de los personajes. Por lo demás, es sorprendente y el dominio de tantos recursos narrativos por parte de esta escritora y que además no impiden que demuestre un gran y refrescante sentido del humor.
Si te interesa y puedes localizarla, "Los combatientes", de la misma autora, también resulta muy interesante, con una mezcla de narrativa y teatro de lo más perturbadora.
Por último, y como comentario extra-literario, diré que lo de "Menos mal que nos queda Portugal" pudo ser un aserto irónico en algún momento, pero creo que cada vez más se está convirtiendo en una alternativa plausible... Nosotros ya hemos enviado una avanzadilla para que vaya cogiendo sitio...; )
Un saludo y gracias a ti por sumarte a la conspiración.
Ostras Juan "ahí l has dao" una alternativa más que plausible, juas, juas, casi la única alternativa en este ruedo ibérico. Buscaré la novela que me recomiendas y gracias a vosotros. Un saludo.
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