Título original: The Man in the High Castle
Año de publicación: 1961
Traducción: Manuel Figueroa
Valoración: Muy recomendable
La verdad es que me pirran las ucronías; ya saben: esas realidades alternativas pergeñadas a partir de un cambio en algún acontecimiento histórico, generalmente de orden bélico: qué hubiera pasado si Napoleón hubiese vencido en Waterloo o si los confederados hubieran logrado secesionarse de los Estados Unidos. Cosas se ese tipo... Y a los escritores de ucronías les pirra todo lo relacionado con la II Guerra Mundial, sus protagonistas, consecuencias y prolegómenos. Algunos ejemplos muy logrados son la estupenda Patria, de Robert Harris, la reveladora La conjura contra América -con un Lindbergh pro-nazi convertido en Presidente de los EEUU- de Philip Roth o en el caso español, la muy célebre, en su momento, En el día de hoy, escrita por Jesús Torbado, pero se dice que concebida por el astuto señor Lara -el primero-, que además le dio un premio Planeta en el 76 (todo un escándalo: ¡un premio Planeta encargado por la editorial...!).
En la realidad ucrónica que nos propone Dick, Alemania y Japón han ganado la guerra y se reparten el mundo, grosso modo. Lo que eran los Estados Unidos de América han quedado divididos entre una entidad al este, depedendiente de Alemania y con un régimen político muy racista y bastante jerarquizado y otro protectorado, al Oeste -los Estados del Pacífico- dependientes del Imperio japonés, muy jerarquizado y bastante racista. En medio, a modo de conveniente colchón, los Estados de las Montañas Rocosas, más o menos a su bola, como antes de las guerra... Los alemanes, por su parte, después de seguir ejerciendo sus propósitos genocidas en los territorios conquistados, como África, se han lanzado a la exploración y colonización de otros planetas, mientras que los japoneses, más cautos, se preparan para una relación cada vez más gélida con sus antiguos socios. La novela se desarrolla sobre todo en San Francisco y en Colorado, mostrándonos las vicisitudes de una serie de personajes que resultan estar unidos entre sí a modo de cadena humana. Hay americanos, japoneses y alemanes. Vencedores y vencidos (y la actitud que toman algunos de éstos hacia su derrota resulta lúcidamente llena de sutilezas... No he leído la reciente Sumisión, pero por lo que dicen sus reseñas, sospecho que hay alguna concomitancia al respecto entre ambas novelas).
Aparecen además, dentro del libro, otros dos (y esto es lo más interesante, como ejercicio metaliterario): el I Ching chino o Libro de los cambios, cuyo sistema adivinatorio consultan muchos de los personajes (incluso parece que el propio autor lo utilizó para escribir esta historia... y no sólo él); y además, otra novela, también leída por casi todos los personajes, titulada La langosta se ha posado , donde se narra ... una ucronía en la que Alemania y Japón han perdido la guerra -el "hombre en el castillo" al que alude el título es, precisamente, Hawthorne Abendsen, el autor de este otro libro dentro del libro-; se crea así un juego especular que, revelado poco a poco, no muestra toda su complejidad hasta el final de la novela (la que tenemos entre manos, no la otra) y que resulta algo confuso en algún momento, pero también muy satisfactorio, desde el punto de vista del lector poco acomodaticio.
Para terminar: El hombre del castillo, además de una magnífica novela, creo yo, es una obra política. Tal vez ya no dé esa impresión, pero sin duda lo era en el momento de su publicación y aún muchos años después; otra cosa es que a estas alturas se nos haya olvidado su motivación. Parece que por suerte, aunque quizá pequemos de incautos...
Otros libros de Philip K. Dick reseñados en Un Libro al Día: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Ubik
En la realidad ucrónica que nos propone Dick, Alemania y Japón han ganado la guerra y se reparten el mundo, grosso modo. Lo que eran los Estados Unidos de América han quedado divididos entre una entidad al este, depedendiente de Alemania y con un régimen político muy racista y bastante jerarquizado y otro protectorado, al Oeste -los Estados del Pacífico- dependientes del Imperio japonés, muy jerarquizado y bastante racista. En medio, a modo de conveniente colchón, los Estados de las Montañas Rocosas, más o menos a su bola, como antes de las guerra... Los alemanes, por su parte, después de seguir ejerciendo sus propósitos genocidas en los territorios conquistados, como África, se han lanzado a la exploración y colonización de otros planetas, mientras que los japoneses, más cautos, se preparan para una relación cada vez más gélida con sus antiguos socios. La novela se desarrolla sobre todo en San Francisco y en Colorado, mostrándonos las vicisitudes de una serie de personajes que resultan estar unidos entre sí a modo de cadena humana. Hay americanos, japoneses y alemanes. Vencedores y vencidos (y la actitud que toman algunos de éstos hacia su derrota resulta lúcidamente llena de sutilezas... No he leído la reciente Sumisión, pero por lo que dicen sus reseñas, sospecho que hay alguna concomitancia al respecto entre ambas novelas).
Aparecen además, dentro del libro, otros dos (y esto es lo más interesante, como ejercicio metaliterario): el I Ching chino o Libro de los cambios, cuyo sistema adivinatorio consultan muchos de los personajes (incluso parece que el propio autor lo utilizó para escribir esta historia... y no sólo él); y además, otra novela, también leída por casi todos los personajes, titulada La langosta se ha posado , donde se narra ... una ucronía en la que Alemania y Japón han perdido la guerra -el "hombre en el castillo" al que alude el título es, precisamente, Hawthorne Abendsen, el autor de este otro libro dentro del libro-; se crea así un juego especular que, revelado poco a poco, no muestra toda su complejidad hasta el final de la novela (la que tenemos entre manos, no la otra) y que resulta algo confuso en algún momento, pero también muy satisfactorio, desde el punto de vista del lector poco acomodaticio.
Para terminar: El hombre del castillo, además de una magnífica novela, creo yo, es una obra política. Tal vez ya no dé esa impresión, pero sin duda lo era en el momento de su publicación y aún muchos años después; otra cosa es que a estas alturas se nos haya olvidado su motivación. Parece que por suerte, aunque quizá pequemos de incautos...
Otros libros de Philip K. Dick reseñados en Un Libro al Día: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Ubik
Hablando de ucronías, yo recuerdo una basurilla en clave humorística que se llamaba (creo) 'Ayer España enrojeció', donde contaba cómo un grupúsculo de extrema izquierda había ganado las elecciones por un error allá por 1977 o así. Bueno, igual es que se anticipaba a los tiempos, jeje.
ResponderEliminarBueno, ahora en serio, el libro parece interesante, y me lo apunto. La reseña, como siempre, impecable.
Saludos. Carlos Andia.
Hola, Carlos:
ResponderEliminarGracias por lo de impecable, pero seguro que si nos ponemos a ello, algún fallo encontraríamos ...;)
Bueno, no conozco esa ucronía de la que hablas, pero sólo el título ya promete... aunque no sé si lo peor o lo mejor.
Sí que recuerdo en cambio, una relato corto de Manuel Vázquez Montalbán en el que hablaba de una Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas o algo parecido, cuyo presidente del Soviet Supremo era...Jordi Pujol.
Y eso que MVM no sabía lo que sabemos ahora....
Un abrazo.
Buenísima reseña y buenísimo escritor era Philip K. Dick.
ResponderEliminarAún no he tenido la ocasión de hincarle diente a este libro en concreto pero me ha llamado mucho la atención el tema de la ucronía, así que lo apunto entre mis próximas lecturas.
Saludos.
Interesante novela. Apuntada. Si tiene semejanzas con Sumision de Houellebecq, esperemos que se desarrolle más profundamente los cambios políticos.
ResponderEliminarSaludos
Gabriel
Hola, Chari:
ResponderEliminarMuchas gracias por lo que respecta ala reseña, pero ,e todo caso, el mérito está en la propia novela (siempre es más fácil reseñar un buen libro que uno mediocre...o uno muy malo, claro). Por lo demás, quiereo reiterar la idea de que, además del interés que pueda tener la propuesta ucrónica que aparece aquí, "El hombre en ele castillo" resulta ser una excelente novela.
Gracias por el comentario y un saludo.
Hola, Gabriel:
me temo que quizás no me he explicado bien. No sé si esta novela tiene mucho que ver con "Sumisión", puesto que ya digo que no he leído la de Houellebecq, pero por las referencias que tengo (de la reseña aquí aparecida, sin ir más lejos), creo que ambas tocan el tema de la aceptación de la propia derrota, así como el proceso de asunción de la ideología triunfadora (en el caso del libro que aquí he reseñado, ocurre sobre todo con el personaje del anticuario Childan, aunque no sólo).
Muchas gracias a ti también por el comentario. Espero que leáis ambos la novela y os guste tanto como amí.
Hola, Juan.
ResponderEliminarIncreíblemente, habiendo sido un devorador de obras de ciencia ficción en los 80, y un fanático de la película de Ridley Scott, Blade Runner, basada en uno de sus más conocidos escritos, no leí nada de Philip Dick.
Sí leí las otras dos ucronias que mencionas en tu reseña, y raramente, dada la diferencia de calidad entre sus autores, prefiero Fatherland a La conjura contra América.
Apuntaré tu recomendación!!
Hola, Puma:
ResponderEliminarEn realidad, no creo que se pueda decir que esta novela sea de ciencia-ficción, a pesar de que ganó en su momento un premio Hugo. Hay algunos elementos que sí son, podría decirse, de "sci-fi", pero aunque se pueden englobar las ucronías dentro de este género, yo no estoy del todo de acuerdo...
En cuanto a la novela de Harris, yo también disfruté mucho leyéndola (más que con la de Roth, lo confieso), pero es que Robert Harris es un gran escritor de eso que solemos llamar "best-sellers" (llamémosles novelas, sin más) y tiene mucho oficio pàra mantener al lector pegado a las páginas de sus libros... si te interesa el tema de la II G. M:, por cierto, tiene otra novela titulada "Enigma", aunque no es tan apasionante como "Patria".
"La conjura contra América", por su parte, no es de las mejores de Roth, pero resulta como ya he dicho en la reseña, muy reveladora acerca del antisemitismo e incluso filonazismo que había en Estados Unidos antes de la guerra, y nos muestra lo muy en el filo de la navaja que caminamos a veces, como sociedades en principio democráticas y libres.
Bueno, no me enrollo más, un saludo y gracias de nuevo por pasarte por aquí. Como siempre, es un placer....
Genial la novela de Phil K. Dick UBIK
ResponderEliminarGracias por la recomendación, Valma (un secreto entre tú y yo: "Ubik" es la próxima novela de Dick en mi lista).
ResponderEliminarHola, Juan!
ResponderEliminarA partir de la lectura de Fatherland he sido un seguidor bastante fiel de Robert Harris. Enigma es una buena novela (de hecho, gracias a ella conocí la existencia, historia y rol en el desenlace de la guerra y en el desarrollo de las computadoras de Alan Turing), Pompeya no tanto. No leí sus dos obras enmarcadas en el Imperio Romano pero sí la última que publicó (El índice del miedo, o algo así), bastante respetable.
Y en un guión suyo se basa una buena película de Roman Polanski, bastante menospreciada, que se llama El escritor fantasma.
No me pongo colorado al admitir que soy fanático de la obra de algunos autores catalogados de "best-sellers", como Frederic Forsyth y, muy especialmente, John Le Carré. Pero bueno, sobre ellos deberé opinar en otros blogs.
:-)
Un saludo!!
ResponderEliminarHola, Puma:
Pues te diré que yo era muy fan de F. Forsyth en mi primera juventud y también he leído, aunque quizás menos de lo que debería a John Le Carré. Sobre los best-sellers, yo particulamente no soy lector asiduo de los libros que pueden ser considerados como tales pero tampoco le hago ascos a leer alguno de vez en cuando...dejando aparte que, como en todo, entre ellos hay diferentes niveles de calidad y de mejor o peor oficio
En cuanto a la película "El escritor", la he visto y me gustó bastante. Que yo sepa, está basada no sólo en un guión, sino en una novela de Harris (que es de los buenos haciendo best-sellers, desde luego).
Un saludo, Puma, y hasta la próxima.
Como siempre, está buenísima la reseña, y el blog. Os sigo hace tiempo. Creo que esta novela, como en algún lugar dijo Ricardo Piglia, le debe no todo, sino algunos trucos, al Tlön de Borges. En fin, saludos. ¡Y pásense por mi blog! loslogocratas.blogspot.com
ResponderEliminarHola Sebastián:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus elogios, ante todo. Hace tiempo que leí el relato de Borges, así que no lo tengo tan presente como debería, pero por lo que creo recordar, me parece que su influencia es más general en toda la obra de Philip K. Dick que en esta novela en concreto....le volveré a echar un vistazo, de todas formas.
Gracias de nuevo por tu comentario y por pasarte por aquí. Un afectuoso saludo.
Es un libro complicado, difícil, se deja leer a ratos y luego se vuelve de piedra, no para cualquiera, pese a que la sinopsis o la mera idea puedan sonar muy atrayentes.
ResponderEliminarEntiendo perfectamente a aquellos que les haya parecido aburrido, muy denso o inclusive: (según algunos foristas de distintos sitios por ahí) sin pies ni cabeza.
La prosa de K Dick tiene algo, un no se que, que te hace que te pierdas en ella, para bien o para mal, a ratos parece que te hipnotiza y ya no entendiste un rábano de lo que te esta narrando. Muchos personajes, varias historias entrelazadas, demasiados nombres y referencias a culturas Asiáticas, el uso del I Ching puede agarrarte en curva, si no tienes idea de estos menesteres. Bastante bien documentado con respecto a la 2da guerra mundial, no obstante puedes perderle el hilo y no recuperarlo jamas.
Adore lo casual de la novela,se siente como un lugar común; cuando lo abres te esperas una ucronia devastadora, totalitaria y terrible, (onda 1984) cuando lo lees te das cuenta de que son historias de gente tratando de vivir su existencias como pueden, bajo el yugo Nazi-Nipon y los efectos que esto tiene en sus vidas, me ha parecido maravillosa la naturalidad con la cual recibes a los personajes, no se sienten ajenos o terribles. Se sienten cercanos, dando mayor tinte de horror al asunto. Me han gustado mucho,por ejemplo, los artículos que vende Robert Childan, cosas de la cultura pop Estadounidense, cosas que podrían parecernos fatuas, y nos obligan a decir ''¿cual es la cultura Yankee? ¿Superman? ''McDonalds?'' ''¿Las armas?'' A lo que K Dick responde con un ''Si''. Te das cuenta de que esas habrían sido las cosas, consideradas como culturales y nativas, si los Estados Unidos hubiesen sido conquistados.
Muchos dirán que los actos descritos en la novela a cargo de los Nazis son terribles, y que han gobernado el planeta como les ha venido en gana, no obstante y tras ver el mundo en que nos toco vivir nos cuestionamos ''y...¿nos fue bien con la realidad que nos toco?'' ¿A caso no los Americanos también hicieron y deshicieron una vez que obtuvieron el poder? Las masacres y golpes de estado en Latino America, los horribles experimentos de la CIA (sobre su propia población), el apoyo a empresas que han vuelto nuestro planeta un basurero inhabitable (Monsanto, British Petroleum, Union Carbide, United Fruit,Smithfield foods),la abrumadora cantidad de pruebas nucleares, el atroz apoyo al narcotrafico, el total y el sangriento estancamiento de medio oriente y Africa. Nos damos cuenta de que todos somos supervivientes en nuestras respectivas realidades.
Buen libro, complicado, lo dicho, no para cualquiera.
Hola Hugo:
ResponderEliminarGracias por tu meditado comentario, con el que estoy bastante de acuerdo, al menos en lo que se refiere al libro (hacer un diagnóstico del mundo contemporáneo creo que me supera...). Si no la has leído, te recomiendo la biografía de Philip K. Dick escrita por Carrére:
http://unlibroaldia.blogspot.com/2015/12/emmanuel-carrere-yo-estoy-vivo-y.html
,que considero que te proporcionará muchas claves para entender la obra de este autor y de "El hombre del castillo" en particular (aunque, por otro lado, me parece que has sido más que capaz de interpretarla por tu cuenta). Gracias de nuevo por tu comentario y un saludo.
Dick logra armar una interesante ucronía con otra ucronía como hilo conductor. Eso lo lleva a uno a pensar en otras que pudieran andar rodando por allí sin habernos enterado. La carga oriental de la novela me parece una especie de tributo del autor a sus costumbres y creencias, que terminan teniendo más peso que el mismo planteamiento central.
ResponderEliminarAmazon ya lanzó la primera temporada de la serie basada en este libro con el mismo nombre, pero con cierta diferencia. En lugar de un libro, por ejemplo, en la serie el misterio es una cinta cinematográfica. La realización es muy impactante visualmente y los personajes algo distintos a los originales.
Ambas piezas recomendadas
Hola Jean:
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo con tu comentario. Sobre el regusto oriental de la novela, te recuerdo (o te informo), que Dick escribió esta obra siguiendo las directrices del I Ching (es decir, igual que el escritor que aparece en la novela), o al menos eso cuenta Emmanuel Carrére en su biografía de este autor.
La serie no la he visto, pero parece muy interesante.
Un saludo y muchas gracias por tu comentario.