Título original: Op Zee
Año de publicación: 2011
Valoración: Se deja leer
En el mar describe un viaje en velero que comenzó en el puerto de Harlingen (Países Bajos), continuó bordeando las costas de Inglaterra, el mar del Norte, el Atlántico… Donald planea esa travesía como única forma de librarse del tedio que le produce su vida de oficinista, las críticas, las traiciones. Ya en la costa danesa, recoge a su hija de siete años y juntos regresan a Holanda. Dice la contraportada: “Alejados del mundo, el viaje se anuncia idílico, y entre padre e hija surge una complicidad que nunca antes habían conocido”. Pero en un punto concreto el tiempo comienza a empeorar, surgen complicaciones increíbles y el viaje se convierte en francamente insoportable. Lo malo del asunto es que nada de esto es verdad, aunque forma parte de la narración, más tarde descubriremos que Heijmans nos estaba engañando.
Contra
lo que pueda parecer dadas las pistas previas, aquí no hay lirismo, ni
esmeradas descripciones, ni diálogos interesantes y muy poca profundidad
psicológica. En un primer momento, nos da la impresión de estar ante un manual
de supervivencia. Las frases son cortas y simples, lo que ocurre durante el
recorrido, así como la relación paterno-filial, roza la banalidad y solo un
fuego de artificio, completamente injustificado, consigue alejarnos del mortal
aburrimiento. Pero al menos así nos vamos inquietando por momentos,
comprendemos que algo anda mal y no sabemos qué puede ser, el discurso se
vuelve cada vez más absurdo y las reacciones más incoherentes, tanto que empezamos
a dudar de lo que se nos cuenta. Finalmente, se nos brinda un punto de vista
paralelo y la línea narrativa se bifurca.
Por
fortuna, el texto apenas ocupa centenar y medio de páginas con bastantes
espacios en blanco, pero podría reducirse a un relato de quince o veinte para que
el efecto que, se supone, debería producir en nosotros se efectúe con la
contundencia deseada. Hacer trampas al lector puede ser legítimo si la
verosimilitud no resulta dañada, si los trucos consiguen un efecto sorpresa, si
eso contribuye a mantener la intriga, aumenta la complejidad narrativa o
efectos similares. Nunca cuando el argumento es una falacia de principio a fin
y el descubrimiento de lo que se esconde detrás reduce toda la trama a cenizas.
En mi opinión, es un caso de tensión narrativa mal manejada, pues las
explicaciones, que –solo- aparecen en las últimas páginas, están creando otro
relato, completamente distinto del que hemos leído y que promete ser mucho más
rico e interesante pero bastante más difícil de elaborar. Y, según parece, algunos
escritores no están dispuestos a complicarse la vida. Por cierto, esta novela me
ha recordado a otra que reseñé hace unos
meses, y mis reproches de entonces iban por el mismo camino.
No debo desvelar
nada más, solo añado que en todo ello subyace la constatación de una necesidad
vital: mantener la propia mente en perfecto estado de equilibrio. De ahí que en
obviedades como “Quien deja de pensar con
lucidez queda a merced del mar” y otras similares se encuentre la metáfora
que puede aplicarse a cualquier situación y, aunque en un principio nos pasen
desapercibidas, acaban convirtiéndose en el eje de todo el asunto.
Buenas señor Montuenga. Comparto su valoración aunque yo no sería capaz de señalar de forma tan clara sus defectos, que ahora veo gracias a sus acertadas explicaciones. Bien es cierto que suelo enfrentar las lecturas o las películas, las historias en general, sin prejuicios y con cierta ingenuidad; en este caso me lleve 2 buenas sorpresas; )
ResponderEliminarY aunque el libro no es como lo pintan, y gracias a su brevedad que cuenta muy a su favor "se deja leer". Saludos.
Buenas tardes, Sir Robin. Me alegra que la reseña le haya servido de algo y que esté de acuerdo en la valoración. No sé a qué sorpresas se refiere, en cualquier caso espero que hayan sido buenas ;)
ResponderEliminarGracias y hasta pronto.
Hola Sir Montuenga: me refería a los giros argumentales que me pillaron por sorpresa al final del texto ¡con que facilidad me dejo engañar!
ResponderEliminarHola otra vez. Es que, en ficción, lo que hay que hacer es dejarse engañar. Todo lo ciegamente que podamos. Leemos, precisamente, para que nos cuenten mentiras y creérnoslas. El juicio crítico viene cuando hemos cerrado la novela.
ResponderEliminarHablando de narradores fiables, recomiendo (a usted y a todos) La vida de Pi, aquí reseñada (http://unlibroaldia.blogspot.com/2010/02/yann-martel-vida-de-pi.html?m=1). Luego rodaron la peli, que todo el mundo ha visto y, la verdad, es muy fiel al libro, pero merece la pena disfrutar de esas descripciones, hacernos las preguntas que se hace Martel y, sobre tooodo, leer la tercera parte con muchiiiiísima atención.
Muchas gracias, tomo nota, y tengo la "ventaja" de no haber visto la película. Saludos Sir Montuenga.
ResponderEliminarPues ya nos contarás ☺
EliminarPues sí, creo que coincidimos plenamente, y es que es muy evidente por dónde chirría este libro. Me sorprende que guste tanto y que, como mucho, la gente se queje del final. El caso es que bien contada y construida hubiera podido ser una muy buena novela. Pero hay tantos guijarros que te incomodan continuamente casi desde el principio... Lo único que le saqué de positivo es que se lee con facilidad y rapidez (que no sé si es un halago exactamente) y que la parte del mar me gustó más. Por lo demás es un pinchazo tremendo.
ResponderEliminarUn abrazo
Coincido también en eso. Es curioso que seamos las únicas voces discordantes, pero suele pasar: cuando hay una opinión unánime sobre algo, pocos se atreven a ser el primero que disienta.
ResponderEliminarPor otra parte, mucha gente estará encantada con este tipo de lecturas, cortas y facilonas para no comerse el coco, por eso se escriben y se siguen publicando.
Con diez paginas habria resultado mucho mas creible, asi como mas interesante escuchar o desarrollar la vision de la mujer, que de por si, es otra novela aparte...
ResponderEliminarPara mi naufragio total... y van varios este verano...
Justo eso iba a poner yo, diez páginas, pero al final me decidí por las 15-20 que pongo en la reseña para que pudieran caber las dos versiones.
ResponderEliminarNaufragio, por supuesto. Muy bien traída la metáfora :)
Hola,
ResponderEliminarA mi esta novela me gustó. Me parece muy bien escrita y con una estructura hábil y bien resuelta.
No quiero añadir más spoilers a la reseña, pero entiendo que este libro va del contraste entre la propia percepción y la realidad que nos rodea. Con las expectativas que nos creamos y el no aceptar que no se cumplan.
El autor juega con el lector, y yo me quedo encantado de que me engañen y me sorprendan.
Saludos