Idioma original: español
Año de publicación: 2009
Valoración: Muy recomendable
En este mundo, algo desquiciado y desquiciante, a veces hay que pararse un poco, prescindir del constante bombardeo de prensa e informativos para indagar más a fondo sobre todo ese ingente material, desperdigado por los medios de comunicación que, más que informarnos, nos confunde. El libro de reportajes que traigo es un testimonio vivísimo realizado a pie de calle por una joven, pero curtida en mil frentes (y nunca mejor dicho) periodista española. Rodríguez conoce a la perfección el terreno – los diversos terrenos – que pisa, y transmite de manera hábil y amena lo que ella misma ha presenciado y vivido a todo el que esté interesado en saber. Tras largos años de constantes viajes a la zona, de entrevistar a gente de toda procedencia social (tanto dirigentes como gente de a pie, pasando por sus propios colegas) y política (víctimas y verdugos) y de observar con sus propios ojos, intenta orientar al lector por entre ese maremágnum de causas, efectos, masacres, justificaciones, contradicciones, ataques, contraataques y arrasamientos.
Utilizando una técnica efectiva, un estilo ágil un lenguaje exacto y adaptado a los diversos registros que le exige su propia estrategia, la autora, escoge unos pocos personajes representativos de cada país y deja que ellos mismos se expliquen, sin olvidarse de intervenir cuando es preciso echar mano de antecedentes históricos, escenas vividas, datos estadísticos o cualquier otra información relevante. Estos cambios de enfoque dotan el conjunto de dinamismo, amenidad y, sobre todo, de solidez.
Capítulo a capítulo, vamos visitando un país tras otro de esa zona del mundo, siete en total (Irak, Palestina y Territorios Ocupados, Israel, Líbano, Siria, Egipto y Afganistán). Cada uno de ellos cuenta, al menos, con dos informantes, a los que se superpone, como he dicho, la voz omnipresente de la autora. Con sabiduría, con una sabia mezcla de visión subjetiva y objetividad, con ideología propia – que ni oculta ni exhibe, pero sí deja traslucir –, con pasión contenida, es decir, con verdadero saber hacer, consigue que vayamos sumergiéndonos de lleno en una realidad que hasta ahora sólo intuíamos, sin dramatismos ni sensiblerías superfluos.
En cuanto al título, nadie mejor para explicarlo que la propia autora en palabras que le sirven para abrir el libro: “En una ocasión, mientras escribía su historia, le pregunté si prefería que ocultara su identidad. Se quedó pensativo unos segundos y después contestó: «Como dice el refrán iraquí “el hombre mojado no teme la lluvia”. Ya no tengo nada que perder. No me preocupa que aparezca mi nombre y, si quieres, con fotos”.
Qué buena pinta tiene. Desde luego, de los informativos no puede uno fiarse en absoluto...
ResponderEliminarQué genial lo de "El hombre mojado no teme a la lluvia". Es muy valiente pensar eso: siempre quedan resquicios para el miedo.
Brillante. En cuanto pueda me haré con este libro.
ResponderEliminarY lo de que te da igual calarte cuando ya estás mojado...Creo que así es cómo piensan los iraquíes y los palestinos, y eso explica a la perfección su comportamiento: cuando te humillan y agreden de forma continua y nadie (me refiero a la comunidad internacional manipulada por los amos de la barraca) te defiende, es lógico que la parte más oscura de uno brote de forma grotesca y descontrolada...
Ésta me parece una gran recomendación. Gracias.
ResponderEliminarAnímaos, no creo que os decepcione, al contrario.
ResponderEliminarIan, has acertado. Efectivamente, las palabras son de un iraquí, la primera historia del libro es la suya.
Saludos
Hola, me encantó el blog. Sólo, como documentalista una recomendación. Etiquetad los nombres de autores (la forma normalizada es: APELLIDOS, Nombre) y el nombre del libro, de manera que si quisiera encontrar reseña de algún libro en particular sea facilmente recuperable.
ResponderEliminarSaludos!!!
Muy buena reseña y comparto con Paula el deleite que me ha causado leer la frase "El hombre mojado no teme a la lluvia", es excelente!
ResponderEliminarSaludos y muy Feliz Año Nuevo para todos!
Marcelo
Desde luego, la capacidad de este blog para incentivar el consumo de libros (sobre todo entre nosotros mismos) es ilimitada: ayer vi este libro en la librería Elkar y no pude resistirme. Creo que deberían darnos una subvención por esto...
ResponderEliminar¡Cuánto me alegro! Y no eres el único, yo acabo de empezar "El elogio..." y estoy disfrutando un montón.
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